El juego de la verdad

Comedia, española y con estos actores, me motivó a verla, aunque no soy gran fan de la comedia española. Parece que no vaya a ser gran cosa, pero luego te sorprende con alguna que otra carcajada. Se deja ver, la historia no mata pero está entretenida. Los personajes lo hacen bien y el desenlace te deja qué pensar.

El 2004 era una fecha idónea para que se estrenara en España una comedia como "El juego de la verdad", dado que las salas de cine todavía estaban sometidas al efecto "El otro lado de la cama" (2002). Es decir, esta cinta, se antojaba, iba a responder en taquilla.

Así fue. Cumplió con creces, a pesar de que la película de Fernández Armero no tenía nada especial. Un cuarteto de caras autóctonas conocidas (Verbeke, Esteve, Ulloa y Jaenada) le daba chispa a una historia sencilla acerca de amores confusos, líos de falda y tensión sexual. Detrás de todo ello no había más que una imitación de la comedia americana actual, siendo el resultado final, desgraciadamente, fallido.

En fin, alguna sonrisa de complicidad le darán a esta cinta. Eso sí, las carcajadas puras se pueden contar con los dedos de una mano, pues no abundan. Exclusivamente para ratos muy libres. Encaja bien con las palomitas.

Película típicamente española de enredos, parejas y líos al estilo de "Salsa Rosa", que no es que me haya disgustado, pero hay que ver sus matices primero, como el tema de que cosas como la infidelidad se traten con una absurdez fuera de lo corriente o algunos giros en la trama que se huelen 30 minutos antes de que se sucedan.

Por otro lado, los actores: no trago a Óscar Jaenada; puede o no ser bueno, pero no lo aguanto, al igual que María Esteve, alguien que no es natural en su actuación, que sobreactua más de la cuenta. Tras ver a Tristán Ulloa en una que me provocó acidez de estómago, "Lucía y el Sexo", pues tengo que decir que no lo hace mal, como Natalia Verbeke; gracias a ellos dos, y al veterano Fernando Cayo, este film se hace más soportable.

De todas formas prefiero aquella "Todo es Mentira", del mismo director, que es superior a ésta, aunque tiene cosas que te hacen decir "bueno, para pasar el rato no está mal".

Cuatro amigos formados por dos parejas de novios en la treintena, verán trastocadas sus relaciones cuando a uno de ellos le diagnostiquen por error un tumor cerebral y le den tres meses de vida. El juego de los convencionalismos terminará y comenzarán a aflorar verdades escondidas que darán un vuelco a sus relaciones.
Comedia entretenida, aunque manida y previsible, tiene sus puntos, pero le falta un poco de mala leche. El desarrollo está bien llevado, pero el final lo resuelven de la manera más tópica y típica posible y ahí ya, nos entra el sueño.
Para pasar el rato.

Para desmontar el aserto de que el cine español es necesariamente guarro llega "El Juego de la Verdad", comedia romántica sofisticada con aire norteamericano. Escasa de humor pero con algo más de enredo, la película se hace simpática por una historia con gancho y sobre todo, por las implicaciones que tiene. Dos parejas amigas sufren una conmoción cuando a Ernesto (Tristán Ulloa) le diagnostican erróneamente un cáncer irreversible que le da tres meses de vida. Miento, lo que les perturba realmente no es esto sino las verdades que se revelan una noche en la playa para acabar con la red de mentiras socialmente aceptadas. Esto les hará ponerse de uñas, o de otra forman, unos con otros. Guión manejado con cierto ingenio aunque también previsible, al largometraje no le hubiera venido mal meter otra marcha para hacerlo más dinámico.

En conjunto es curiosa de ver si bien os confieso que el final no me gusta, tal vez por fácil, poco creíble o porque esperaba otras parejas. La que sí me gusta, éste es el verdadero aliciente de la obra, es Natalia Verbeke, una de las actrices más sexys de nuestro cine, sin dejar de ser dulce con esa cara tan guapa y esa vocecita que tiene, como de dibujo animado. Efectivamente, lo sensual no está reñido con lo inocente sino al revés. Aquí la tenemos de varias formas, en traje de baño, chino o de ejecutiva aunque cuando está más tremenda es con gafas y luego con coletas ¿Que no se quieren casar con ella? Vamos anda. ¿Que se quieren acostar con Susana (Natalia Verbeke)? Mira, eso sí me lo creo. Anda que no iba a subir la audiencia de las noticias con esta presentadora. Como dice Mario (Fernando Cayo), "¿A quien no le gusta Susana?".