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A cualquier precio

Drama Henry Whipple (Dennis Quaid) es un granjero del Medio Oeste de Estados Unidos cuyo máximo deseo es que su hijo Dean (Zac Efron) se haga cargo del negocio familiar. Pero Dean tiene otros planes: sueña con triunfar como piloto de carreras. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
8 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El prometedor director de origen iraní nacido en Carolina del Norte, de aliento y modales amaneradamente 'indies' y especializado en excelentes retratos de la inmigración en Estados Unidos que es Ramin Bahrani, es un realizador con ideas avanzadas que ejecuta una dirección correcta en este film, si bien no puede desprenderse de ciertos tics que lo alejan de ese rupturismo que pretende. El propio Bahrani junto a Hallie Elizabeth Newton escriben un libreto que en lo formal está ortodoxamente escrito y que aborda el medio Oeste americano, la familia, la desolación y la nada. Buena música de Dickon Hinchliffe y luminosa fotografía de Michael Simmonds.

En cuanto al reparto Denis Quaid está muy bien y hace un papel redondo, un rol muy problemático en el cual sus habituales armas de seductor transpiran tragedia y desesperanza. Zac Efron está igualmente muy bien, no sólo como rebelde sin causa a lo Dean –al principio-, sino como el joven que vive un acontecimiento muy trágico que produce una progresiva opacidad en su mirada, que rompe los estereotipos y prejuicios sobre su hacer actoral.

A mí me ha parecido bien. No es una obra de altos vuelos pero está tejida con buenas mimbres, yendo más allá del típico melodrama familiar de odio y cólera. Bahrani es más contenido, menos impulsivo.
Kikivall
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22 de junio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema de “A cualquier precio” es el de muchas películas que van de menos a más y tardan demasiado en mostrar sus intenciones pasando demasiado tiempo en tierra de nadie, bien porque atan demasiados cabos al presentar el contexto, bien por falta de seguridad de tener suficiente material para ofrecer un metraje digno o bien porque lo apuestan todo a finales espectaculares o con sorpresa: que hay muchas posibilidades de desconectar física, mental o metafóricamente en mitad de la película sin haber llegado a la parte interesante. Quizá en los buenos tiempos del cine, con gente ya sentada en la butaca con sus palomitas (y el clavo de la entrada bien presente), los creadores se podían sentir a salvo para ofrecer lo que creyeran conveniente al ritmo que creyesen oportuno porque nadie iba a levantarse aunque la cosa fuese algo lenta, pero en los tiempos que corren de abundante entretenimiento multimedia y catálogos infinitos en las plataformas de streaming, hay que cebar bien todo el metraje para asegurar que la carnaza esté distribuida y que nadie escapa a la siguiente serie o película de la parrilla si siente que no le están dando algo interesante desde el primer momento.

A mí, personalmente, me pasó algo por el estilo, de ahí que le pusiera inicialmente un tres, fruto de un calentón. Terminé hastiado de lo que parece una historia bastante intrascendente de un chaval que ni estudia ni trabaja en la América profunda, granjera, apacible y costumbrista y no pasé de ahí. El papel es complicado porque en la primera parte de la película todo parece girar únicamente en torno a ese muchacho aburrido que no sabe qué hacer con su vida en lo que aquí sería un pueblo de la llamada ‘España vaciada’ y al que Zach Efron no sabe cómo hacer para darle algo de personalidad. No es de extrañar que más de uno haya dejado la película harto de ver a un niñato del que poco se puede esperar y no haya llegado a su evolución a sangrientos conflictos de tierras y lindes, al intrigante mundo de las semillas mejoradas genéticamente, a la lealtad familiar, al espionaje industrial y el contrabando de productos agrícolas y a la ambición por salir al mundo real para buscar una vida mejor.

Pues sí, aunque cueste creerlo, “A cualquier precio” contiene todo eso, bien contado, presentado de una manera interesante un retrato de la vida en esa América rural y orgullosa (qué contraste con la España equivalente) y mezclando todas las tramas con mucha naturalidad y todo el buen ritmo que se echó en falta durante una primera parte de telefilm melodramático. Y no toda la culpa es de Efron, el chico da para lo que da, pero pocos habrían resuelto con éxito una papeleta impòsible. Ya en frío, años después de verla y pensando en ella más detenidamente, le subo la nota, pero como consejo para la próxima: si sabeis hacer las cosas bien, no dejéis todo lo interesante para el final.
OsitoF
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22 de septiembre de 2014
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Aquí tenemos una película que intenta innovar, si bien promete mucho y luego no llega a dar tanto... Una historia de familia, de comunidad del medio oeste americano, que parece que tocará lugares comunes pero que de repente pega un giro sorprendente (lo mejor del film) y toca de lleno las relaciones familiares y humanas desde un punto de vista descarnado, con tintes incluso de cine negro... Dennis Quaid, como siempre, perfecto, sobresale de un reparto más bien anodino.

Le falta el empujón definitivo para hacerse sombría y un final mucho más negro, que creo que es lo que pide la historia. Se agradece, no obstante, la frescura de la originalidad.
melchorin
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13 de agosto de 2019
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Existen películas que hay que leer entre líneas. “A cualquier precio” es una de ellas. Bajo el artefacto de un melodrama clásico, incluso anticuado, habita un retrato fidedigno y triste del bienestar a costa de la ética. Que las cosas en general –también las personas- acaban teniendo un precio, no es algo nuevo. Títulos sobre el empecinamiento en lograr algo a cambio de vender el alma al diablo hay centenares. "A cualquier precio" explica, sin piedad, el tránsito entre el anhelo por conseguir una pequeña gloria y el oscuro logro final. Nadie se salva, aunque una pátina de ternura suaviza siempre la mirada del director hacia sus personajes. Unos por asentimiento ante lo que sucede (ese padre y ese hijo, bíblicos en su enfrentamiento con la tierra y la tradición de por medio, que al final se reencuentran para ocultar juntos lo horrible); otros, sencillamente, por mirar a otro lado. El cinismo, la bajeza, la rebeldía adolescente y el sexo ramplón se reparten por igual, como esas simbólicas semillas que pautan el devenir futuro de las cosechas. El paisaje pone la belleza, el aliento poético: los campos cultivados mecidos por el viento que son un reloj de arena. Las estaciones pasan y los hombres y diatribas permanecen disfrazados de éxito y fracaso. De ambas caras de la moneda está sobrada este desasosegante retrato de una América fundida en sus tradiciones.

En el fondo es un filme humanista tergiversado por la sordidez de los tiempos actuales. Un melodrama rural de los cincuenta rebajado de épica, sin atisbo de esplendor. Ni los ranchos son inmensos -proyecciones en el espacio de la magnificencia de sus propietarios-, ni los personajes carismáticos, más grandes que la propia vida. No hay, obviamente, espacio para un final feliz en esta relectura de los cánones de Douglas Sirk. Aún así, por extirpe y modos de filmar, estamos más cerca de “Escrito sobre el viento” o “Los ángeles empañados” que de otros largometrajes sobre sobre el medio oeste más recientes, vendidos a un cine sin alma. “A cualquier precio” parece narrada en sordina, pero su trasfondo es espeso, de una turbiedad que hiere. Al final, incluso en un día soleado y feliz, la ceniza de las decisiones equivocadas acaba cubriéndolo todo: la música y el baile son una mortaja para la prosperidad. Basta esa mirada al vacío de un espléndido Dennis Quaid para cotejar las dimensiones de la tragedia. Aunque suene la melodía del triunfo, pocas cosas cambiarán ya en su mentiroso mundo.
Simsolo
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12 de julio de 2020
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Anunciada como una película de época y a la altura de clásicos de los 50 y 60, la publicidad por parte de ciertos sectores críticos hace sospechar que hay algo por detrás que no se entiende... creo que ya comprendéis hacia dónde quiero dirigir estas palabras.
Tras las cámaras se halla Ramin Bahrani (Goodbye Solo) uno de los directores llamados a marcar una época en esto del cine yankie, pero que poco a poco parece que se va estancando con sus trabajos. La obra que nos entrega ahora es una película convencional ambientada en el medio oeste de EE.UU. centrada en dar a conocer las vidas de los granjeros que hacen América grande, por así decirlo. A esto le une un par de tramas de índole familiar y ambición comercial y nos sale A Cualquier Precio. Una película que explota bien el sentir machista de una sociedad agraria americana que aunque evoluciona en lo que respecta a las tecnologías aplicadas a la agricultura, sigue anclada en el XIX a la hora de tratar a la mujer. Incluso el guión y la elección de ciertos personajes parece moverse en esa dicotomía: aquí aparece Heather Graham (Resacón en Las Vegas) como mujer "suelta", por así decirlo, que hace lo mismo que en otras producciones en las que aparece desaprovechando su talento interpretativo en detrimento de su presencia física. En el lado opuesto está Kim Dickens (Deadwood) como sufrida esposa que en pos de mantener las formas de la familia de cara al público, traga con lo que sea. Pero quienes llevan peso específico en la cinta son Dennis Quaid (Frequency) y Zac Efron (El Gran Showman). Si bien no son sus mejores actuaciones, soportan el peso dramático de la película con suficiencia.
Sin embargo, está lastrada por la inconsistencia del guión, forzado para llegar a un final deseado a golpe de garrote. Las subtramas apenas se sostienen y hay personajes (Heather Graham, por ejemplo) que pintan poco o sólo están por la excusa de crear un conflicto de la nada, sin precedentes. El personaje de Maika Monroe (The Stranger) es un ejemplo de como desaprovechar un puntal en la trama, quizás el más interesante de todos. Pero hay que seguir con la tradición y explotar al máximo los personajes masculinos, que, como dice el título todo vale a cualquier precio.
En resumen, se ve bien rodada y las interpretaciones no chirrían (sigo viendo mejor a Efron como actor cómico que como actor dramático), pero hay lagunas en el guión que dejan cabos sueltos y conflictos que no se sabe de donde proceden. Y al final qué importa lo que hagas si puedes sacar la empresa adelante.
Siferval
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