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The Wire (Bajo escucha) (Serie de TV)

Serie de TV. Thriller. Drama Serie de TV (2002-2008). 5 temporadas. 60 episodios. En los barrios bajos de Baltimore, se investiga un asesinato relacionado con el mundo de las drogas. Un policía es el encargado de detener a los miembros de un importante cártel. La corrupción policial, las frágiles lealtades dentro de los cárteles y la miseria vinculada al narcotráfico son algunos de los problemas denunciados en esta serie. Parece inspirarse en series modernas como ... [+]
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Críticas 383
Críticas ordenadas por utilidad
10 de febrero de 2009
175 de 188 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevo un tiempo pensándolo y no me atrevo, no me decido , me da respeto escribir una crítica sobre una serie que idolatro tanto. Me da pánico no hacerle justicia, expresar con pobres palabras una descripción y una sinopsis vulgar y sólo ensalzar lo que me gusta cayendo en el forofismo radical de “está de puta madre, porque sí, porque te lo digo yo, hazme caso”. Por otro lado, la cínica arrogancia de quien cree estar en posesión de la verdad,(al igual que me imagino que los fan de “Sin tetas no hay paraíso”, o “Los hombres de Paco”, pensaran de las suyas) te hace sentir indiferencia y te viene a dar un poco igual si convences a alguien o no. Uno tiene la propia satisfacción de estar viendo algo de calidad y de saber apreciar lo bueno, lo mejor. Y si el resto del mundo no lo aprecia, el mundo está loco y ciego. Allá ellos.

Tal y como los más entendidos advierten , The Wire no es un producto de consumo rápido ni para las masas. Es un drama policiaco que se debe digerir lentamente, paladearla y saborearla sin ansiedad, sin esperar el climax, la resolución facilona y rápida de los casos al final de cada capítulo. Aquí el realismo es completo, los personajes son lo más fidedignos a sus alter ego en la realidad. Los polis los hay buenos y malos, los buenos tienen sus miserias, los malos tienen un poco de lado humano y un mucho de condicionamiento social. Los actores son tan buenos hasta el punto de no saber si en realidad están filmando los entresijos reales del mundo del narcotráfico con una cámara oculta. Hay muchos personajes que son fantásticos: villanos carismáticos hasta decir basta, protagonistas que permanecerán de modo imborrables en nuestro memoria, con unas tramas precisas y preciosas que enmarcan las 5 temporadas que duran describiendo distintos estratos de la sociedad.

Del fondo se desprende un desencanto y una desilusión por todo el sistema, por cómo funciona el mundo. Parece más bien un estudio antropológico sobre la naturaleza humana y la sociedad actual, que una simple serie de policías. No parece haber esperanza. Una pescadilla que se muerde la cola en los barrios más marginales de Baltimore. Una tragedia shakespiriana envuelta en el mundo de las drogas de los bajos fondos.

Pero como dice el slogan Listen Carefully: es una serie inteligente para espectadores inteligentes, que no te da la información masticada, cada mensaje lo debes extraer tú. No hacen juicios de valor, ni existen moralejas ni moralinas. Nunca podremos agradecer lo suficiente lo que ha hecho HBO por las series.

Pues eso, y aunque suene un argumento pobre y arrogante, The Wire es simplemente la mejor serie que se haya rodado nunca .Esto es así. Que digan lo mismo los seguidores de Los Serrano, Sin tetas o su puta madre. Todos están equivocados. Yo no. Y no, no soy arrogante. Y no, no estoy equivocado.
Chris Moltisanti
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20 de febrero de 2008
189 de 224 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante serie americana que nos regala otra vez HBO que durante cinco temporadas y más de sesenta capítulos nos hace volver a disfrutar del mejor cine policíaco. Si creíamos que con Don Siegel, Steve McQueen, Harry "el sucio", Canción triste de Hill Street ó Las Calles de San Francisco el talento de este género ya había sido totalmente mostrado...nunca más lejos de la realidad. Y una vez más gracias a HBO. Lástima que aquí no podamos abonarnos.

The Wire ("La Escucha") nos adentra en las tripas del departamento de policía de Baltimore, de su Ayuntamiento y de sus calles. Y de que manera. En sus calles el realismo alcanzado es casi de reality show. Los mecanismos del tráfico de droga son mostrados al detalle. Desde el pez gordo hasta el negro de la esquina. Y de como los persiguen. Una unidad policial montando casos espectculares mediante escuchas e impresionantes investigaciones. Y mostrando su lado más humano. El alcohol riega cada vena de cada policía. Y acción. Increibles tiroteos, persecuciones, muertes, asesinatos...

En las últimas temporadas también nos enseña los hilos de poder y demás corrupciones e influencias que empapan, en este caso, el Ayuntamiento de una gran capital americana y su relación con el periodismo.

Lo mejor: guiones perfectos, tramas montadas hasta el más mínimo detalle, actores desconocidos pero haciendo trabajos soberbios, la jerga y manera de hablar de los chicos negros (es flipante, para esto mejor verla en versión orignal), la cabecera de cada episodio, la aparición continua de personajes muy atractivos, la musica (blues y rap)...

En fin, otra grata sorpresa de la pequeña pantalla americana que últimamente nos sorprende año tras año apostando por series que ahora ya, y en poco tiempo, serán consideradas joyas del cine, aunténticas lecciones de producción, de realización y de interpretación. Gracias HBO.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alfie
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15 de noviembre de 2009
123 de 134 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevo una doble vida, me acuesto en Baltimore y despierto en Bilbao.
Llevo así una temporada, o mejor dicho, unas cinco.
Llevo móvil, pero vuelto a usar las cabinas de teléfono del barrio.
Llevo gente en mi coche, pero no se puede hablar en él.
Llevo deambulando por las mismas calles, pero todas parecen acabar en un callejón sin salida.
Llevo un tiempo disfrutando de the wire y en esto no hay peros.
El único error que se ha cometido con esta serie es presentarla a los Emmy. No ganaron ninguno porque esta creación esta por encima de todo eso, trasciende la pequeña pantalla y compite al nivel más alto, en todas las categorías de los Nóbel.

Nóbel de Literatura: este se lo darían seguro, no necesitan ni el guión, ni que escuchen los diálogos, basta con que lean las citas del comienzo de cada capítulo.
Nóbel de Economía: cómo se lo podrían negar, si esta serie sobre la corrupción a todos los niveles, predijo la crisis global del sistema financiero y el único que parece poder resolverla es Stringer Bell.
Nóbel de Química: si no es suficiente con la que desprenden los actores, no será por falta de investigación de substancias, en laboratorios clandestinos o policiales.
Nóbel de Física: los actores están en forma, pero cuando estudian trayectorias de balas, cuerpos y dinero cumplen con todos los principios de la termodinámica.
Nóbel de la Paz: si las consideradas mejores películas y series antibélicas pertenecen al género bélico, entonces esta serie es la más honesta, pues la guerra que filma no tiene ni principio ni fin, todos tienen sus razones y todos pierden algo, es la vida, día a día, sin tregua.
Nóbel de Medicina: este lo tienen difícil, simplemente por que no han metido la escucha en un hospital. Pero si se puede decir que el mundo está enfermo, esta serie es la mejor radiografía para acertar su diagnóstico.
En cuanto al guión, puesta en escena, ambientación, fotografía, actores…que se puede decir más, si hasta las ratas que aparecen en pantalla están perfectas.
Llevo una doble vida y las dos parecen de verdad, complejas y fascinantes, conectadas por un simple cable de televisión.
txusfin
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29 de abril de 2008
88 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace horas terminé de ver el último capítulo de la última temporada de The Wire y debo admitir que utilizo este espacio que brinda Film Affinity para salir un poco del estado de nostalgia y de tristeza en el cual estoy inmerso. A riesgo de sonar un tanto melodramático y pensando en que mañana ya me olvidaré de todo lo que me pasó en estas horas. Es que me encariñé con todos los muchachos y muchachas de The Wire. Es una serie que me hizo sentir parte, una serie que de tan bien realizada traspasa las fronteras de lo ficcional y te mete adentro como si uno fuera un residente más de esa tan amada ciudad de Baltimore. No habiendo estado nunca en EEUU, y por muchos prejuicios ideológicos que tuve y que tengo nunca teniendo ganas de estar en esas tierras, esta serie me permitió palpar de cerca lo que es el día a día, lo que es lo marginal y lo duro de vivir en una gran potencia pero de puertas afueras.
No puedo escribir mucho sobre lo técnico, lo cinematógráfico de la serie, esta es realmente una crítica más para mí que para ustedes futuros espectadores. Lo único que puedo decir es que espero que cuando la vean sientan lo mismo que fuí sintiendo yo. Eso sí, tengan en cuenta que cuando se termine, la nostalgia y un dejo de tristeza hacia toda esa gente que nos acompañó será indefectible. Lo que importa en esta serie no es tanto el final sino el viaje que se ha recorrido.

Gracias David Simon.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sergei
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7 de noviembre de 2010
80 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sus iniciales títulos de crédito avisan que vamos a ver imágenes residuales de la propia temporada montadas con ritmo y sin aparentes intenciones. “The Wire” funciona como ese mosaico que se nos muestra sobre un mismo tema: diferentes imágenes amoldadas a una versión distinta en cada temporada de la misma canción compuesta y escrita por Tom Waits.

La serie de David Simon está simplemente tan bien armada que un breve tirón de un hilo estira y tensa a otros tres, que a su vez mueven a otros cinco y así, sucesivamente, alargando toda una pequeña madeja, que cabía en la palma de una mano, hasta abarcar una ciudad completa. “The Wire” es y funciona como suma de elementos orgánicos en pequeñas secuencias que forman un resonante conjunto. Todo está orquestado mediante innumerables personajes secundarios que forman un conjunto coral demoledor. No se puede valorar como partes de un conjunto, como una simple dosis introducida en nuestro cuerpo en dos o tres episodios porque solamente podemos valorarla en un completo abanico y conjunto. Es toda la cadena de distribución al completo. Pura simbiosis de la serie que genera su trama con breves aleteos que se convierten en feroces huracanes.

“The Wire” es una serie grande, monumental y una de las más completas vistas en pantalla pequeña porque ilustra una ciudad al completo. Desde la burocracia política y policial pasando por la que habita en la ley de las calles, comparadas con un tablero de ajedrez, hasta la que forma parte de la educación, un puerto o la de un periódico.
La construcción de la secuencia se realiza por breves ecos. Directos y sencillos. Economía en estado puro. La belleza de su construcción de guión oscila sobre un completo conjunto. En su episodio final se cierran tramas incluso circulares, ciclos vitales e instintos de supervivencia. Es la gracia del encanto artístico, de la clase conciliadora sobre fondos y leyendas, de puestos sobre puestos y de magnificencia como una apisonadora.

Genialidad que nos demuestra que la marcha es sueño en vida y las series de televisión captan una breve porción de un camino de miradas, acciones y momentos. Personajes que intentan luchar frente a un mundo hipócrita y se dan cuenta que la hipocresía es una regla y requisito más del sistema. Tal vez el leitmotiv de la serie sea el precio que hay que pagar por sobrevivir intentando ser fiel a principios. Ese es el de ser expulsado del sistema. En un mundo donde mentir es la ley y su motor la injusticia explotando los principios.
El mundo marcha porque tiene que marchar y nada puede detenerlo. Si lo observas mucho desde el exterior seguramente veas la ironía y simpleza de un objeto, que ya es difuso, dando vueltas sobre un eje inamovible. Si estás dentro e intentas ir contra su rotación acabarás mareado y vomitando todo lo que llevas dentro. El mundo marcha, míralo desde la excluyente distancia, déjate llevar o acabarás muerto en tus propias nauseas.
Maldito Bastardo
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