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La espera

Thriller. Terror. Intriga Eladio (Víctor Clavijo), guarda de una finca, acepta el soborno de un cazador. Semanas después su vida entera colapsa. Lo que parecía un vuelco favorable del destino se convertirá en un macabro descenso a los infiernos en el que Eladio verá puesta a prueba su cordura.
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
18 de diciembre de 2023
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el vasto paisaje del thriller español, "La Espera" de F. Javier Gutiérrez emerge como un cuervo oscuro y misterioso, desafiando las expectativas con cada giro. En este relato de suspense rural, la trama, sutil como una sombra, se despliega en el tranquilo telón de fondo de una finca, convirtiendo lo aparentemente ordinario en algo extraordinariamente perturbador.

Gutiérrez demuestra una destreza magistral al tejer una atmósfera de inquietud y suspense desde el primer fotograma. La dirección se convierte en un personaje silencioso pero omnipresente, guiando la narrativa a través de la quietud del paisaje rural, donde cada árbol y cada rincón parece susurrar un oscuro secreto. La película abraza el terror folk a la española, hundiendo sus raíces en la tierra de lo ancestral y desconocido.

Víctor Clavijo, en el papel de Eladio, ofrece una actuación que ancla la película en la realidad mientras se sumerge en las profundidades de la locura. Su interpretación convincente proporciona un ancla emocional para el espectador, llevándolo a través del aterrador viaje psicológico del protagonista.

El guion, aunque potente en sus conceptos, puede parecer un tanto reservado y falto de mordiente. La trama se desenvuelve con la parsimonia de una pesadilla, dejando que la tensión crezca lentamente, aunque en momentos puede parecer que se detiene demasiado. Las primeras escenas establecen una promesa emocionante que, lamentablemente, no siempre se mantiene.

La cinematografía inicial es una joya, capturando la belleza inquietante del entorno rural con una paleta rica y contrastada. Sin embargo, a medida que avanza, la calidad visual parece diluirse, como si la película perdiera parte de su brillo inicial. Este declive estético, aunque no fatal, es un punto a considerar.

En el vasto panorama del cine de suspense español, "La Espera" destaca como una obra única que se atreve a explorar el terror en lo cotidiano. Aunque su ritmo puede no ser del gusto de todos, aquellos que buscan un thriller que se apodere de sus sentidos, que prefieren el susurro del viento al estruendo, encontrarán en esta película una espera que vale la pena.
Pablo Veiga
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13 de diciembre de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es que las cosas hechas con calma y cariño funcionan, ¿eh? Eso es algo altamente indudable en ‘La espera’, sobre todo si el resultado también acompaña. F. Javier Gutiérrez nos entrega ‘La espera’, una producción a fuego lentísimo, con una calma inmensa que va originando la historia poquito a poco, sin prisa pero sin pausa, ejerciendo en el espectador una sensación de desasosiego, tensión y deseo de avanzar absolutamente inmensas. ¿Esto es atractivo para el público? Esto es atractivo de más, puesto que la historia que nos cuenta es espectacular desde el instante inicial, donde una, en apariencia, apacible reunión ya te hace entrever que no hay nada tranquilo en lo que apoyarte para liberar tensión viendo la película.


Esto es parte del encanto de la misma, obviamente. La obra está creada con el fin irrevocable de mantenerte altamente tensionado durante todo su metraje. La elegancia de los planos detalle (sin spoilers comentar ese café de taza manchada, esa escopeta, ese huevo…) que ponen en contraposición al espectador con la película y le ofertan una especie de batalla entre lo que está viendo y lo que pueda evocar son de una delicia inmensa, lo que sirven como gestión de las escenas de una trama que, sibilinamente, ya te tiene atrapado y ejerce su fuerza sobre ti para irte metiendo en la atmósfera de esta finca y su entorno, donde todo lo que parezca tranquilo es un mero trampantojo que servirá únicamente para elevar el aura que envuelve a ‘La espera’.

Víctor Clavijo es un gran culpable. El peso de ‘La espera’ pasa en casi su totalidad por sus hombros, y esto hace que su interpretación tenga que ser, cuanto menos, notable. Pero el tema es que el trabajo entre F. Javier Gutiérrez y Víctor Clavijo número dos (ya trabajaron juntos en ‘3 días’) es inmenso, y el intérprete hace un trabajo absolutamente bárbaro que, si bien resulta inmenso ante la pantalla, tras ella ha debido de ser agotador. El aspecto físico de Víctor va formando durante la película un elemento más que resulta clave para entender a lo que nos enfrentamos en ‘La espera’, pues al final, en un descenso a los infiernos de este calibre, hay que trabajar todo para que la credibilidad sea de tal magnitud como lo que nos cuentan. Ejercicio realizado con una profesionalidad inmensa que, si bien ya va acaparando premios, obvio me resulta decir que debería de recibir aplausos a cada instante. Mencionar también a Ruth Díaz y su trabajo complejo e intenso y a un Pedro Casablanc que oferta al público exactamente lo que su personaje debe dar.

El equilibrio entre el terror puro y duro, que en alguna que otra escena sí que surge, y el agobio y la tensión que F. Javier Gutiérrez quiere darnos durante todo el metraje de ‘La espera’ son de una labor altamente plausible. Equilibrar en una balanza cinematográfica algo así me resulta, desde mi desconocimiento, una de las labores más complejas que se puedan tener. Todo esto además hay que hacerlo de una manera organizada, puesto que podríamos dejarnos llevar por elementos disonantes que nos hicieran perdernos, sin embargo es el trabajo de guion tan bellamente detallado el que hace que la trama funcione independientemente de la dificultad que la misma pueda poseer.

Y obvio que en ‘La espera’ tenemos un activo importantísimo para que la misma sea lo que es: la fotografía, ya que es una locura absoluta ver cada milímetro de tierra de esta finca y su terreno, el cual nos quiere transportar a Sierra Morena. Quizás sea ese aura propia y mi conocimiento de la zona lo que hace que crea que ‘La espera’ es más “cariñosa” de lo que es; pero no se puede engañar al público, y de cómoda no tiene absolutamente nada. He ahí otro gran trabajo de la película: no está creada para que el público disfrute, y por supuesto que no lo hace. Cansado estoy, y me permito estas líneas para decirlo, de que mucha gente piense que el cine es únicamente para pasarlo bien, cuando realmente un servidor lo que quiere es que le ofrezca sensaciones diversas, y en este caso el poder de ‘La espera’ es tan inmenso para hacerte sentir agobio e incomodidad que la habilidad para llegar a eso me parece tan brutal que solo puedo aplaudir de pie a F. Javier Gutiérrez.

En definitiva, ‘La espera’ es inmensa. Lenta, tranquila pero sin dejarte reposar y con una cantidad infinita de detalles. Un trabajo delicioso que da muestra de lo que el cine bien realizado puede ofrecer. Maravillosa.

Crítica para MagaZinema
https://www.magazinema.es/
Garzía
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17 de diciembre de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como si no existiese un encargo de hollywood entre medias -el último intento, creo, de reanudar 'The Ring' en versión anglosajona- 'La espera' se siente después de, valga la redundancia, demasiados años de espera, la secuela espiritual, o en el plano estilístico, de aquella '3 Días' con aire de western sofocante y árido que ahora se rebaña en la química regodeantemente tóxica y malsana, la que desgraciadamente no me transmitían Inma Cuesta y Roberto Álamo en 'El Páramo' (2021, David Casademunt) entre Ruth Díaz -convenientemente apocada, pero con un sufrido instinto de resistencia- y un Victor Clavijo en modo churretoso, sucio, turbio y antihéroe como él solo posicionado, cada día más, como nuestro propio Guy Pearce hipervitaminado de dopamina actoral y tan supeditado a la gestualidad, casi mudo, que ya expuso en su anterior colaboración con F. Javier Gutiérrez.
No debería disgustar a los que gozaron de la comunión entre western rural, terror y fantasía -todo contra lo que se atrevan a bregarse un guarda de fincas de Algeciras y una Siux de Reinosa- en la anterior apuesta (la no anglosajona ni por encargo) de su autor dejándote igual sabor de boca: el derramamiento de sangre y el sudor, aunque sin cariz apocalíptico... ni de folk horror, ¿por qué no puede etiquetarse, especialmente en su tramo final, como un festín de horror lorquiano?
Ah sí, lo de la siux Ruth Díaz... es una chorradita mía, la peli transcurre en la Andalucía más profunda, cortijera y subdesarrollada de 1970, no en las llanuras estadounidenses. Pero la que ha sido punk lo es para toda la vida.
Y por cierto, como también le ha ocurrido en alguna ocasión a Raúl Cerezo & Fernando González Gómez ('La pasajera', 'Viejos') os aconsejo muy encarecidamente no rastrear posters extranjeros si no queréis que os destripen demasiado la peli antes de verla. Aunque no sea el caso del de esta publicación. Para no contaros de más es para lo que generalmente sirven mis paridas de relleno.
Que vayáis a verla, carajo.
antonio lopez herraiz
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28 de octubre de 2023
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vista en Sitges con curiosidad despues de su pase en Austin, Vancouver, Screamfest, Oldemburg...
¡Por fin sales del cine viendo una película distinta! Te atrapa secuencia tras secuencia hasta el sorprendente final..
Víctor Clavijo es el Goya de este año. ¡Y qué fotografía, y maquillaje!
F. Javier Gutiérrez (inolvidable 3 días) es uno de los grandes directores españoles.
Lo mejor que he visto este año. ¿Para cuándo el estreno en cines?: decía el director que no lo había comprado ninguna televisión, salvo Canal Sur... Y que no tenía subvención del ICAA!!!: q¿quién entiende este país?
cinefugo
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12 de diciembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
*La crueldad del campo

A lo largo de La Espera se hace referencia en más de una ocasión a la intensidad y dificultad de la vida rural. Y la imagen consigue transmitirlo a la perfección. Los personajes están sumidos en un terror atmosférico que se intensifica conforme avanza la trama. El sudor y la sangre quedan expuestos en primer plano, junto a un bochornoso halo de calor y angustia que plaga la pantalla, incrementando el componente intrigante.

Pero no toda la dureza del campo se muestra a través de la fotografía. Como ya sucedía en Los santos inocentes (Miguel Delibes, 1981) —novela que en el 1984 Mario Camus llevó a la gran pantalla—, se establece una jerarquía social rural. Quienes realmente trabajan el campo y se enfrentan a él son los jornaleros, pero el fruto del trabajo es por y para la diversión y ganancia de quienes tienen el dinero, que se aprovechan de ello.

Se establece un enfrentamiento entre la vida rural y la urbana, entendiendo urbana como más metropolitana que el campo. Una primera, humilde y cumplidora, y otra segunda, egoísta y necia. Pero esta visión maniqueísta se retuerce y desdibuja, creándose así personajes que no son únicamente blancos o negros, sino que se forman de una escala de grises.

En base a estos grises, al dilema que surge en la película, aparece una trama muy naturalista que personifica al rural y le da un carácter duro, vengativo. Al final, la naturaleza es quien más sufre y alguien tendrá que pagar por ello.

*Mezcla de géneros

Como decía el director, La Espera es un thriller en el que hay elementos de terror y de western. También dramáticos. Es una película que navega entre muchos géneros y los va rozando, recreándose más en unos que en otros.

El terror, como ya se ha mencionado anteriormente, es mayoritariamente ambiental. Gutiérrez consigue plasmar con eficacia el arduo trabajo campestre. Sin embargo, también hay una voluntad técnica gracias a la cual se crean escenas que podrían ser memorables. Ese culmen de la primera parte, por ejemplo, bárbaro. Tanto por los movimientos de cámara que acompañan al personaje, como por la tensión construida y la frialdad de la escena.

Por separado, varias de las secuencias resultan de lo más interesantes. Sobre todo desde un punto de vista enfocado en la técnica, que es precisa. Pero en conjunto estas escenas se pierden en el artificio y resultan en una obra donde el metraje se va extendiendo por momentos sin llegar a ningún fin claro.

*Conclusión

La Espera tiene muchas buenas ideas y una ejecución técnicamente perfecta. La premisa es interesante y las actuaciones, sobre todo de Víctor Clavijo, son muy entregadas. Pero no es suficiente para soportar el ritmo interminable y las muchísimas vueltas innecesarias que da la trama. Cocinada a fuego lento y abrasador, termina excediéndose en el tiempo de cocción.

Escrito por Ana Aliaga Díaz
Cinemagavia
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