Viaje a la Luna (C)

Debo reconocer que desde hace unos meses paso una especie de enfriamiento (no lo quiero llamar crisis todavía) hacía filmaffinity.
De ser la primera página que visito al día a olvidarme de ella semanas.
¿Porqué?
Muy sencillo, al ver películas como estas me doy cuenta de la inutilidad de algunas votaciones:

Mientras unos se empeñaban en hacer del nuevo arte un arte más propenso al escapismo y a la visión de un mundo totalmente distinto que, como ya comenté en otra crítica, les sacase de su rutina, otros como Méliès optaron por empezar a trastear con los valores estéticos y prácticos del cine, otorgando así unas nuevas peculiaridades que ofreciesen otra rienda a la que agarrarse y sobre la cual intentar sustentar todas aquellas fantasías que se mecían bajo la cuna de un nuevo y fascinante arte.

Aunque no sólo se quedó ahí Méliès, pues tampoco desechaba el hecho de intentar ofrecer al hombre de apie una nueva versión, nuevos mundos, zonas y lugares que explorar, aun inexistentes en la mente del ciudadano de la epoca, otorgándoles una forma y, a través de todo ello, sumergiendo al respetable en una experiencia totalmente innovadora y sensacional, que mostrase lo recóndito, lo inexplorable.

Y aunque veo que algunos se empeñan más en cuestionar cortometrajes de este tipo repletos de fantasía mediante estandartes físicos, cuando actualmente también se rompen estos esquemas y el espectador no abre boca (a parte de unos pocos), servidor sólo puede aconsejar intentar experimentar por uno mismo todos aquellos valores que el cineasta francés implantó en su corto y, sobretodo, que disfruten los escuetos y fantasiosos minutos que dura esta maravilla del inicio de uno de los más grandes artes que haya existido.

Estamos ante una película del año 1902... faltaban 18 años para que naciera mi abuelo paterno. Eran los principios del cine, el nacimiento del séptimo arte. Ver esta película es imprescindible, aunque solo sea para decir: "Esto es lo que había", y soltar una pequeña sonrisa.

Es increíble pensar que hoy día se hace esta película con las técnicas de ahora y pasa desapercibida, pero la inocencia, la magia y la belleza de esta mini película es insuperable.

Me surge una pregunta: ¿Si George Méliès levantara la cabeza y viera películas como "Mátrix", "La jungla de cristal", "Terminator 2", "Planet terror" o "El día de la bestia"? ¿Qué diría? ¿qué haría? ¿cómo reaccionaría?

Tal vez la nota de este cortometraje tendría que ser un 10; y no cabe duda que para la época es la nota adecuada. Para George Méliès, experto ilusionista francés, el cinematógrafo fue como otra de esos aspectos que ayudarían, y este más que ningún otro, a mejorar sus trucos de "magia"; pero lo que para este parisino comenzó siendo un aparato con el que recrear trucos impresionantes para la época, acabó siendo un soporte en el que se podían llegar a contar historias fascinantes; y una de éstas es "Viaje a la Luna". A pesar de su enorme teatralidad, hablando desde los decorados hasta las gesticualciones e interpretaciones de los actores y actrices, Mélìès comienza lo que algún día serán las grandes producciones en cuanto a presupuesto , decorados y efectos especiales se refiere; y lo que, también, algún día le dejó arruinado.
Nos encontramos ante uno de los mejores cortometrajes de este visionario, que un día vio en el grandioso invento de los hermanos Lumiére un aparato con el que conquistar y entretener al público. Hay que destacar que en unos 16 años rodó unas 500 breves películas, de las cuáles se ha perdido una buena parte.

Obra capital de Méliès, uno de los grandes artífices en el desarrollo de este arte. El artista francés introdujo la ficción en el cine y fue pionero en rodar secuencias con efectos especiales –el más famoso de ellos el "stop trick", técnica que descubrió accidentalmente–.

'Viaje a la Luna' es un filme que escasea de intención realista. El tono de su narración, impregnado de un simpático aroma surrealista, retoza con lo imposible y lo absurdo. Un cuento fantástico repleto de numerosos golpes de efecto con la intención de sorprender al espectador y que constituye la primera película de ciencia-ficción de la historia.

En 'Viaje a la Luna', además del "stop trick", Méliès emplea varias de sus innovaciones: la animación fotograma a fotograma, la exposición múltiple del negativo, y los fundidos a negro y desde negro. Era ilusionista y para él, el cine era una herramienta que le permitía mostrar todos sus trucos. Sin darse cuenta, lo revolucionó.

Una experiencia transformadora y extraordinaria, donde hace gala de su habilidad para manipular la realidad a través de la cinematografía, destreza que le sirvió para ser conocido como "el mago del cine". En 1902, la idea de viajar a la Luna era una locura. Genios como Méliès se atrevieron con esta aventura.