Mentes en blanco

De buenas a primeras, despiertas encerrado en un almacén industrial, golpeado, medio drogado y con la mente totalmente en blanco. Junto a ti hay otras cuatro personas, todas ellas en tu misma condición.

Una llamada telefónica del exterior te advierte de una curiosa situación: dos de los allí presentes han sido secuestrados por los otros, pero el problema es que nadie sabe, ¿quién es quién? Una tensa acción se desarrolla, subiendo la presión a cada segundo.

Mientras tanto, fuera del lugar de encierro, la esposa de uno de los secuestrados debe pagar un rescate, vigilada de cerca por la policía, que quiere rastrear a los hombres encargados de recoger el botín.

Thriller angustioso, con su punto de originalidad, pero es inevitable acordarse de “Cube” (1997) y “Saw” (2004), películas que sin duda ha servido de inspiración a la hora de producir este film.

La película tuvo un presupuesto $3,7 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $3,0 millones.

Cinco hombres se despiertan encerrados en un viejo almacén en pleno desierto, incapaces de recordar quiénes son y cómo han llegado allí. Pronto advierten que dos de ellos habían sido secuestrados por los otros tres, sin poder discernir entre víctimas y raptores.
Thriller psicológico de planteamiento original, escenarios mínimos y sólido reparto. Los personajes irán reconstruyendo el rompecabezas de las últimas horas a medida que remite su amnesia y se acrecientan la tensión claustrofóbica y el afán de supervivencia. Interesante ópera prima de un realizador curtido en la publicidad televisiva y el videoclip.



“Las decisiones que tomemos al salir de este agujero son las que nos marcaran.”

Creo que está es la típica película donde el productor abusa de la tijera. Imagino que el guionista y quizá el director aún estarán cagándose en sus muelas. Hay agujeros importantes. Lástima. En fin...se deja ver.

Por lo que he visto las críticas tienden a comparar esta película con Saw, cuando el argumento de la misma no tiene absolutamente nada que ver. Que la estética es similar, pues sí, pero vamos si ahora cada vez que veamos un ambiente un tanto sombrío nos vamos a acordar de Saw me parece confundir churros con merinas.

La cinta es de lo más entretenida que he visto últimamente y me parece que tiene un guión de lo más original. El desarrollo de la trama también veo que se realiza de una forma correcta y no entiendo que la gente critique la falta de definición de los personajes, cuando estos personajes tienen amnesia por necesidades del guión.

Con lo que sí que coincido es en el final de la película, que es un poco rebuscado, y creo que no había necesidad de rizar el rizo.

Simon Brand dirige esta película en la que nos narra la historia de cinco hombres que despiertan en un almacén de sustancias químicas en medio del desierto sin recordar absolutamente nada, ni sus propios nombres, ni como llegaron allí... están encerrados y van investigando hasta descubrir que su situación se debe a un secuestro, dos de ellos son las victimas, el resto sus captores, pero nadie recuerda quién es quién, sólo saben que al caer la noche el resto de la banda criminal llegará a las perdidas instalaciones.
La mayor virtud del film reside en su argumento, muy atractivo, y que mantiene al espectador en la continua conjetura.
Sin embargo, el guión se queda pobre, mostrándonos unos personajes planos, vacíos como sus mentes con los que llegar a identificarse es difícil, ni siquiera llega a importar qué es lo que suceda con ellos de tan lejanos e intrascendentes que se moldean.
A su favor diremos que los giros finales recuperan un poco la atención por la sorpresa que producen. En conjunto un film entretenido pero prescindible.
Enoch