Simon Brand dirige esta película en la que nos narra la historia de cinco hombres que despiertan en un almacén de sustancias químicas en medio del desierto sin recordar absolutamente nada, ni sus propios nombres, ni como llegaron allí... están encerrados y van investigando hasta descubrir que su situación se debe a un secuestro, dos de ellos son las victimas, el resto sus captores, pero nadie recuerda quién es quién, sólo saben que al caer la noche el resto de la banda criminal llegará a las perdidas instalaciones.
La mayor virtud del film reside en su argumento, muy atractivo, y que mantiene al espectador en la continua conjetura.
Sin embargo, el guión se queda pobre, mostrándonos unos personajes planos, vacíos como sus mentes con los que llegar a identificarse es difícil, ni siquiera llega a importar qué es lo que suceda con ellos de tan lejanos e intrascendentes que se moldean.
A su favor diremos que los giros finales recuperan un poco la atención por la sorpresa que producen. En conjunto un film entretenido pero prescindible.
Enoch