Mentes en blanco

Película que va más allá del thriller convencional americano, te mantiene en tensión y con muchísima intriga durante toda la película. Su categoría técnica no es demasiado alta y las interpretaciones no van más alla del suficiente, pero tiene algo, algo que te deja enganchado a la película durante su trayecto. Fotografía perfectamente adaptada al entorno sombrío y terrorífico en él que se desarrolla esta historia. Lo más efectivo de la película es, sin duda, su sobresaliente montaje, perfectamente coordinado y adaptado a la realidad de la historia. Muy recomendable para pasar un rato bastante entretenido.

Quitando el hecho de que la estética está plagiada completamente de la otra película que casi todas las demás críticas nombran, estamos ante un plato que le falta sal. Está bien lo de la idea de que no se acuerdan y crea un ambiente de desconfianza muy bueno para el espectador pero, esto dura la primera media hora si llega, el resto ya es volver siempre a lo mismo.

No la veo como una película recomendable, más bien es un producto de vídeo club preparado para cuando se han acabado las novedades y no tienes nada que alquilar que no hayas visto ya en la tele cien veces.

En el spoiler explico cosas que me han parecido curiosas de la cinta.

Interesante película injustamente comparada con otras como Saw, Memento o Sospechosos habituales. Bien interpretada, trama interesante y con la justa duración para no hacerse pesada. Su final con "sorpresa" ha dado mucho que hablar pero no está mal.
Lo mejor: las escenas en el almacén.
Lo peor: la trama policial.

Tiene un planteamiento inicial bastante fresco y atractivo: cinco desconocidos despiertan súbitamente, ensangrentados y malheridos, sin recordar cómo han llegado a estar encerrados en un edificio totalmente sellado y de imposible escapatoria.

Caras conocidas como Jim Caviezel, Joe Pantoliano, Greg Kinnear o Barry Pepper, protagonizaban este thriller parido por Matthew Waynee (guión) y Simon Brand (dirección) en el que se destacaba a la hora de abrir interrogantes, errando, eso sí, en la tarea de dar respuesta a los mismos.

En fin, humo. Te mantiene en cautiverio durante los primeros veinte minutos. Luego la cosa ya va desinflándose de mala manera, llevándote, por tanto, el fiasco correspondiente, pues allá donde esperabas encontrar una obra ingeniosa, no había otra cosa que no fuera la típica bacalada hollywoodense.

Típico thriller de habitación cerrada con pocos personajes que deben luchar por sobrevivir ante una situación límite o entre ellos mismos.
En esta ocasión los protagonistas están amnésicos y encerrados dentro de una nave de la que no pueden salir.
La película juega con los personajes y también con el espectador. Cuenta con numerosos giros argumentales que la hacen bastante interesante. Es difícil prever quién es quién y como puede terminar la historia, lo que le suma bastantes puntos pues ese debe ser el objetivo de todo buen thriller que se precie.
Respecto al reparto, todos son caras que suenan de verles en otros films, sin llegar a ser nombres conocidos. Cumplen bien su trabajo, sobre todo Jim Caviezel.
La escasísima duración de la película es otro punto a su favor. Es imposible llegar a aburri en 80 minutos, y menos cuando no paran de pasar cosas y avanzar el argumento. No tiene ni un solo segundo de relleno.
Un thriller de los buenos, aunque desgraciadamente pasó sin pena ni gloria y no es muy conocido, pero merece la pena para los seguidores del género.