Shin Chan (Serie de TV)

El protagonismo de un irreverente niño que no levanta ni un sólo palmo del suelo es el cimiento de una serie sustentada en base a sus travesuras, frases conocidas por cualquiera que le siga en sus aventuras a menudo y demás.

La palabra mensaje es obviada en una gamberrada fuera de lo común, que divierte por su ligereza y deja enormes momentos gracias a la perspicacia de un crío que no debería serlo tanto pero que, sin embargo, a su edad ya conoce muchas cosas más propias de la adolescencia que de etapas anteriores, y es ello lo que le confiere esa frescura y ese tono humorístico tan descacharrante y desafiante.

Los personajes, no hacen más que completar un círculo donde Shin Chan les pone a prueba constantemente, siguiéndoles y metiéndose en los asuntos de cualquiera o respondiendo del modo más ingenioso y ocurrente a todo aquel que le rodea, sin cortarse ni un sólo pelo y dejando en evidencia a cualquiera que pueda pensar que es un simple niñito.
Así pues, y alejándose de cualquier tipo de convencionalismo, vemos como le toma el pelo a su madre, a su profesora y a todo aquel que se precie, en ocasiones alentado por su cachondo abuelo, haciendo de esta pequeña serie un sencillo divertimiento con el que amenizar la tarde tanto a pequeños, como a adolescentes, sin importar nada más que eso.

Prefiero Shin Chan antes que Los Simpson (aunque ambas series las considero obras de arte), siempre me resultó más entretenida, aunque las dos series han decaído en el mismo aspecto: han perdido realismo conforme pasaban las temporadas. Las dos han sido series animadas destinadas a un público maduro y lo siguen siendo, pero ahora cualquiera puede comprender los chistes y gags porque han pasado a ser series comerciales y basadas en familias aventureras.

Pero ahora hablando solo de Shin Chan, es un anime (bastante mal dibujado pero a nadie le importa) más inteligente de lo que parece, lleno de personajes y cameos interesantes y con mucha química. Además, Shin Chan es un niño que o lo adoras o lo odias, nadie se queda indiferente y sin embargo puede a veces incluso ser un ejemplo a seguir.

Shinosuke Nohara es un niño de solo 5 años, aunque no lo parezca. Y es que lo que parecía un garabato como otro cualquiera se ha ido convirtiendo en un personaje único. Porque todos queremos a este niño descarado que odia el pimiento y que no hace más que hacerle la vida imposible a su madre.
Me acuerdo que cuando era pequeña veía Shin Chan, hasta que mis padres me prohibieron verla... Luego, según me fui haciendo mayor, volví a ver todos los episodios, una y otra vez, y por muchas veces que los haya visto, no dejo de reírme a carcajadas con las aventuras de Shin Chan. Incluso mis padres se ríen cuando lo tengo puesto.
Todos los personajes son únicos y tienen sus manías;
Misae: Ama de casa que pelea diariamente con su hijo, que siempre acaba con un chichón. Es una mujer vaga, que pretende adelgazar. Se pone de dieta, pero a los dos días ya se rinde. Es una mujer con mucho carácter, tanto con su marido como con su hijo.
Iroshi: Hombre sin carácter, que vive con miedo a su esposa. Su gran pasión: el golf. A la familia le quedan 32 años de hipoteca por pagar, cosa que Shin Chan recuerda constantemente. Es un ejecutivo de poca monta al que no dan ascendido.
Nené: amiga de Shin Chan. Tiene una obsesión con jugar a papás y mamás. Es una niña con carácter que acaba provocando miedo a sus amigos. Su conejito de peluche es la mayor víctima cuando le entran sus rabietas.
Kasama: De cinco años también, es un niño pijo y creído aunque también educado e inteligente al que le gusta presumir. Va a una academia de inglés y tiene unos amigos parecidos a él, pero siempre aparece Shin Chan para dejarlo en ridículo a partir de divertidas bromas y malentendidos.
Masao: Un niño asustadizo, tímido e inseguro que no es capaz de decir que no a Nené a la hora de jugar a papás y mamás.
Bochan: (El maravilloso Bochan) Con su moco colgando y su cara de melón. Casi nunca dice nada, sin embargo adoro a este personaje. Tan sencillo y a la vez tan imprescindible.

Después están otros muchos personajes la mar de graciosos e irrepetibles como los abuelos de Shin Chan, sus profesoras, el "mafioso", etc...

En definitva, Shin Chan, una serie para reír y reír no recomendada para niños.

Estoy seguro que los que dicen que Los Simpson es una serie infantil son los mismos que dicen que esta serie lo es. Shin Chan no son "unos dibujitos", Shin Chan es una crítica social (sobre todo de la sociedad Nipona) de como ve la vida un niño de 5 años, es tronchante y entretenida a la vez y (al igual que Los Simpson) se puede ver una y otra vez sin cansarse.

Me encantan estos tipos de series porque los puedes ver con los ojos de un niño para divertirte y evadirte de los problemas de la vida cotidiana o con los ojos de un adulto, para sacarle el máximo jugo a la serie, por eso la puedes ver con 7 años y con 30 te sigue pareciendo divertida.

La única queja que tengo ante esta obra maestra de Yoshito es que los últimos capítulos flojean muchísimo, hay alguna buena historia entre tanto capítulo soso pero aún así se añoran los de antes.

Lo que me habré reído con los miles de travesuras y meteduras de pata de este niño chiquitajo, feo, descarado, deslenguado, exhibicionista, ligón y totalmente carente de sentido del ridículo. Trae de cabeza a sus padres, a su inteligente y resignado perro, a sus amigos, a sus maestros de la guardería y a todo el que se cruce en su camino de niño despreocupado, desastre y completamente feliz.
Capítulo tras capítulo se satiriza la familia media y la sociedad actual a través de la perspectiva sincera, chocante, irritante, imaginativa y libre de prejuicios de este pequeñajo que te hace sonreír, y que nos recuerda que nunca debemos olvidar mirar con los ojos de la infancia.