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Adaptation. El ladrón de orquídeas

Comedia. Drama Charlie Kaufman, un guionista de Los Ángeles, vive un periodo de crisis creativa, todo lo contrario que su hermano gemelo Donald. Charlie escribe tal como vive: con gran dificultad y lleno de inseguridades, mientras que Donald vive tal como escribe: con dejadez. Por su parte, Susan escribe sobre la vida, pero es incapaz de vivirla. Por el contrario, la intensa y aventurera vida de John es digna de una novela. (FILMAFFINITY)
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Críticas 125
Críticas ordenadas por utilidad
6 de agosto de 2008
40 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine dentro del cine, no es una idea nueva y original pero si interesante y poco explotada; Charlie Kaufman se representa en pantalla de manera neurótica, falto de seguridad en sí mismo y lleno de complejos y miedos; es inevitable no buscar un paralelismo con Woody Allen, el neoyorquino más conocido del mundo (con permiso de Scorsese) que siempre juega al mismo juego en sus películas, presentar ese personaje neurótico y pusilánime que se desliza en la sociedad como un extraterrestre recién caído de otro planeta.
Es cierto, la película en su conjunto es una metáfora, un alegato en contra de Hollywood y la industria (con perdón), pero el destrozar en el tramo final lo que hasta el momento había sido una bella creación solo con el proposito de mostrar al espectador por parte del guionista: mirad, esto es lo que odio, lo que funciona en taquilla, lo que me piden las productoras y así lo muestro para que veais lo estúpido, irresoluto y penoso que es, me parece una lástima y un error imperdonable; un final alternativo donde se mostrara un enfrentamiento metateórico entre Charlie y Donald, entre él y su otro yo hubiera sido preferible y menos capcioso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
McKnight
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6 de diciembre de 2010
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Adaptation”… ¿Es el mundo el que debe “adaptarse” a nosotros o nosotros al mundo? ¿Es Hollywood el que debe obedecer a las exigencias del artista o es al revés?

“Adaptation” nos lo cuenta con una historia sobre orquídeas. Orquídeas que cambian, que adoptan diversas formas y apariencias, que evolucionan según las exigencias del medio. Las orquídeas hablan de “adaptación”. Metáforas de modelos cambiantes de respuesta a la realidad y símbolos de renovación y belleza.

“La adaptación es algo muuuy profundo”, sentencia Laroche (Chris Cooper). Laroche, el ladrón de orquídeas, encarna el simbolismo de sus flores. Él cambia de afición (fósiles, espejos, peces, etc.) como las orquídeas de pareja simbiótica. Para él, la vida es renovarse constantemente.

En cambio, Susan (Meryl Streep) se maravilla de la pasión de Laroche, pero no de las orquídeas. Para ella “son sólo una flor”. O una droga. Y su vida se acorrala y consume en un matrimonio sin pasión disfrazada de intelectualidad sofisticada. Rutina y aburrimiento.

La pasión de Charlie (Nicholas Cage) está todavía más alejada de las orquídeas: vive su pasión de prestado a través del libro de Susan. Charlie se encierra en sí mismo, es onanista y se autocompadece bajo el disfraz de desprecio filosófico de la vida real. No se atreve a declarar su amor a Amelia (Cara Seymour) y la pierde. Para el colmo su “adaptación” de la novela de Susan redunda en un guion tedioso y autorreferencial. Se engaña creyéndose un artista íntegro frente a la corrupción de la industria (“Sólo quiero hablar de flores”), pero en el fondo no tiene nada que contar.

Contrario a Laroche y sus orquídeas, Susan y Charlie encarnan el “ouroboros”: la serpiente que se come la cola, la repetición constante de lo mismo. Como el asesino de múltiple personalidad en el guion de Donald (también Nicholas Cage), el ouroboros representa el encierro en uno mismo y el miedo a salir a vivir una vida plena y deseada. Para Susan, representa una vida frustrada: la orquídea soñada resulta ser “sólo una flor”. Y para Charlie, una vida sin sentido. Él se pregunta “¿Para qué estoy en el mundo?” Y la evolución se abre ante él como un misterio sin respuesta…

Pero las respuestas llegan. “No tienes historia. Tus personajes tienen que cambiar desde dentro”, le revela sabiamente un compasivo Bob McKee (Brian Cox) a Charlie. Y Charlie supera sus miedos y prejuicios y sale de su cabeza hacia el mundo real: a donde están las persecuciones en coche, las drogas, los disparos, el peligro, el amor de Amelia, el reconocimiento de su hermano… Las historias.

En pocas palabras: donde está la vida… Y el verdadero arte.
Especialista Mike
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24 de noviembre de 2009
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Minuto 34, una vieja furgoneta blanca, Susan y John Larroche, y Wild horses sonando de fondo: “-¿Sabes por qué me gustan las plantas? Porque son mutables, la adaptación es un proceso profundo, es descubrir como sobrevivir en el medio. -Si pero para las plantas es más fácil, no tienen memoria, en fin, pasan a lo siguiente que haya, pero para una persona no sé, adaptarse es como, como huir…”

En el Ladrón de orquídeas las referencias a Darwin y a la evolución son numerosas, tanto explícitamente (cuando el propio Darwin aparece sentado, cuando se visualiza su cinta en la furgoneta o las escenas de evolución a cámara rápida) como implícitas (prácticamente toda la película). El motivo es muy simple, la teoría de la evolución se puede resumir en la capacidad de los entes (plantas, personas, libros, animales o películas en este caso) para adaptarse al entorno y poder sobrevivir. Tampoco es casualidad que la flor elegida sea la orquídea que adapta su forma exacta para un insecto concreto, la metáfora de la orquídea esta presente en toda la cinta, todo lo que aparece en la película, desde los personajes hasta el propio desarrollo del argumento se comportan como orquídeas adaptándose para la supervivencia.

La idea del cambiar para gustar centrada sobre todo en dos aspectos: la imagen del “perdedor” y los guiones cinematográficos, es suficientemente buena como para realizar una película más que decente, pero Kaufman no se conforma y le da una vuelta de tuerca más, convirtiendo al protagonista en el propio guionista de lo que estamos viendo. Es decir, cine dentro del cine.

Y, aún más, nos presenta a dos hermanos gemelos, Donald y Charlie, que representan dos partes de una misma persona. Donald es seguro de sí mismo y como guionista con pocas luces, comercial, evidente, predecible y fácil. Charlie por su parte es el personaje atormentado, infeliz e inseguro que parece gustarle tanto al Kaufman de verdad (véase Being John Malkovich), como guionista es innovador, original y creativo.

El ladrón de orquídeas plantea el dilema entre estas dos fuerzas, entre lo original, lo bueno de verdad y los guiones baratos que el público suele pedir. El hecho de que el protagonista dirija el guión de la propia película hace que sintamos con mucha más fuerza los cambios de un tipo de guión al otro que él mismo va realizando, especialmente con el final.

En definitiva, esta muy lejos de ser una obra maestra pero es una película curiosa e interesante en la línea de Kaufman, recomiendo verla a todo el mundo.
Chivas
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30 de junio de 2009
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay algo que realmente hace grande a Adaptation es, sin lugar a dudas, su guión. No porque esté firmado por un tal Kaufman, sino porque (y a pesar de que por momentos pueda parecer que cae en el terriotorio de lo facilón, la cosa se queda en una mera apariencia) es enorme. Enorme porque toca mil y un temas, absorbe, emociona, rebosa frescura y vida, emociona, reflexiona, se introduce en sí mismo magistralmente y acaba obsequiando al espectador con un relato redondo, de esos que son tan disfrutables como admirables.

Entonces llega Jonze, a aumentar la grandeza de algo gigante, difícilmente abarcable, y lo clava también. Empezando por esa escena en la que recuerda a la notable "Cómo ser John Malkovich", y terminando por todos los demás detalles y elementos no tan fácilmente considerables como detalles que dotan de (aún) más vitalidad, magia e intensidad a la importantísima base de la cinta: a su guión.

Y para finalizar, está el reparto que, aunque pletórico en general, está encabezado por un fantástico Nicholas Cage en su sitio, en su papel de amargado en crisis y, además, en el de triunfador imbécil, por una muy creíble y genial Streep, y por un Chris Cooper interpretando a un memorable, carismático y pintoresco trotamundos algo ido.

Ojo al dato: Donald Kaufman, que en esta web figura como responsable (junto a su "hermano") del guión, no existe.
AGF
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8 de junio de 2009
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película dentro de esa misma película con un guionista que seguramente está fuera de esa película, más real que el teclado con el que escribo ahora: ¿cómo hacer de la búsqueda de una idea para hacer una película la mismísima materia prima para hacer la película? Es brillante, sobre todo porque se hace bien, no es sólo un buen guión, el resultado es muy aceptable pese a Nicolas Cage.

Me recuerda a Borges y su Aleph, es inevitable mencionar al genio argentino. Hay muy pocos que se atrevan con rarezas de este tipo, la creación corre paralela a la misma película y se explica ella misma a medida que corren los minutos. Va más allá, meta-cine si se quiere, yo veo una excepción, un ejemplo de propuesta personal y original. No es recomendable a almas críticas con lo diferente porque se le puede acusar de petulante, vanidoso y ególatra... y sin embargo yo veo la sencillez máxima. Cosas de la subjetividad.
Luisito
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