Ocho apellidos catalanes

Desde luego la frescura de la primera no está, yo fui a verla porque mi novia es catalana y haber si tenía algo de gracia ya que yo soy andaluz, menuda broma de película, chistes y gracias forzadas, historia mil veces vista. Dirección y guión brillan por su ausencia aparte que parece que estés viendo una capítulo de una serie en vez de una peli. Si no te hace gracia el trailer (a mí no me hizo) no esperes que te lo haga la peli, aguanté hasta el final porque ya que la había pagado... Pero ni un screener se merece.

Emilio García Ranz / ASTORGA.- Hay que reconocer (y cualquier crítico de cine lo renococerá) que la primera parte de esta secuela –«8 apellidos vascos»–, era una película regularcilla. Pero la historia de amor entre el andaluz y la vasca, los contrastes de culturas de ambas periferias, los guiones tipo 'Vaya Semanita' (programa de humor del País vasco que mete en una misma familia a un hijo borroka y un ertzaina), es decir, historias de contrastes radicales mezclada con tópicos, nos hizo reir, y triunfó entre el gran público llenando las salas como nunca se había visto en la historia (reciente) del cine español. Sin embargo he de reconocer que la secuela «8 apellidos catalanes» es, sin más MALA.

La historia resulta ya un tanto forzada desde el principio llevando el extremo desde Andalucía a Cataluña con una novia que se ha separado de Rafa y que está a punto de casarse con un catalán (Berto Romero) que quiere dar a su madre (Rosa María Sardá) una boda en una presunta República catalana independiente. Pero a esta secuela le falta todo: le falta la música (me enganchó la banda sonora de la primera); le falta el ritmo; le falta guión... es más, parece un batiburrillo de cosas mal pegadas... porque los actores, a parte de ser los mismos protagonistas (Karra Elejalde, Dani Romira, Carmen Machi y Clara Lago) a los que se suman dos grandes humoristas (Sardá y Berto Romero) hacen un gran papel... Pero de donde no hay, no se puede sacar.

Sin duda, arrastrada por la buena fama de la primera, el primer fin de semana se llenarán los cines (el Velasco, de Astorga, hoy estaba lleno como nunca lo había visto), pero estoy seguro que de que se corra la voz –ya la gente opinaba en la misma sala al finalizar la película–, nadie irá a verla, y me atrevo a aventurar que desaparecerá de los cines tras un paso sin pena ni gloria... a no ser que como yo sea vasco me gustasen los chistes de la peli de vascos, porque los vascos sabemos reirnos de nosotros mismos, y no entienda los chistes que hacen con catalanes.

El mejor momento, para mí, al principio, cuando Karra Elejalde aparece por Sevilla navegando por el Guadalquivir en su barco... luego decae estrepitosamente. Sólo al final sube un poco... pero poco.

A parte, una cosa que ODIO en el cine, es que NOS ENGAÑEN, NOS TIMEN a los espectadores con el tráiler, haciéndonos creer cosas que no suceden ni van a suceder en el film, concatenando momentos que el guionista cree buenos: no hay Cataluña independiente en la película como se da a entender... en fin, se da a entender muchas cosas con lo que el espectador cree que va a ver algo bueno y se encuentra con algo peor, y se decepciona.


MALA / NO VAYA A VERLA

Una comedia muy del montón como OCHO APELLIDOS VASCOS llevó en tropel al cines a todos los emborrachados seguidores de Telecinco, que machacó a sus espectadores con técnicas más propias de The manchurian candidate. El resultado: la película más taquillera del cine español. Como entretenimiento tenía las mismas virtudes que echarle migas de pan a las palomas en un parque. Las neuronas, cual electrones en las cabezas de algunos, tienen estos resultados. Vale. Comedia blanca y pobretona con guión de manual y actuaciones pasables. Esto no es humor zafio como el de Torrente, pensaría la gente. Ojalá le hubiese llegado a la altura de la suela de sus zapatos.

Vinieron los Goya. Hubo premios para la película. Y los premiados se olvidaron de meter dentro de los agradecimientos a los guionistas... Craso error.

Fin de la primera parte. Ahora viene OCHO APELLIDOS CATALANES. Me obligo a ir con los amigos. Y me digo ¿es esto la venganza de los guionistas ninguneados de la primera película en los Goya o directamente no hay guión? No digo que la película no tenga gracia, que no la tiene, es que parece un episodio de transición de cualquier teleserie española, con gritos y chascarrillos tan naturales como el carisma de José María Aznar.

Recomiendo a todo el mundo que vaya al cine a ver esta joya, excepto a los pirómanos.

En un principio no quería ver la película, ya que a pesar de que la anterior no estuviese mal, me esperaba un claro ejemplo de explotar lo inexplotable por parte de "telecirco", pero bueno la insistencia de unos amigos es lo que tiene. Antes de entrar al cine, entré en esta página web que me reveló una nota baja, y al salir del cine confirmé mis temores.
Salí con el contador de risas en 4, y no desternillantes precisamente, sino chistes malos basados en tópicos, incrementados por acentos andaluces y vascos ligeramente graciosos. Para mi que da para un vídeo de 4 minutos si juntamos las partes que medianamente merecen la pena de la horrorosa película que critico.
En cuanto a la banda sonora, una película de humor no tiene porque tener una banda sonora de 10, pero esta es vergonzosa, pues no era mas que instrumentos que sonaban casi aleatoriamente, buscando hacer una película de buen humor, a pesar de que es digna de un episodio de dibujos animados para niños (y ni eso).
En cuanto a los actores, lucieron, y para bien. Sus actuaciones son lo único que me empuja a calificarla con un 2, pues no son para nada malos actores, solo que han tenido la mala suerte de hacer una película en la que el humor destaca por su inexistencia, y eso que me parecen unos muy buenos humoristas.
En conclusión, la película no merece ser vista, y menos en el cine gastándose un pastizal. Si esta crítica hace que al menos una persona no vea este bodrio, me daré por satisfecho. Seguro que es una de las películas con mayor recaudación, por desgracia.

“Ocho apellidos vascos” no era una gran película, sin dudas era una comedia del montón. Pero al menos era llevadera durante la película, se hacía entretenida y divertida para pasar el rato. La película “hacia juego”, tenía algo de química y entretenía al espectador, que sea un rato (porque memorable o algo por estilo estaba muy lejana de serlo).

Esta segunda parte simplemente está demás. Quizás el éxito comercial de la primera impulso a crear este bodrio, con el único fin de recaudar dinero. Esa es la única explicación posible como motivación para hacer esta película. Porque no posee historia que contar, no hay química, el relato es absurdo y ridículo, es una película completamente intrascendente y además es aburrida. Si, aburre, se hace larga y tediosa, si sale alguna risa es algo muy muy muy esporádico y aislado. Lo que antes funciono ya no funciona. Simplemente lo podemos resumir como forzar una historia para ganar dinero, presentando un cuento repetido y absurdo.

La película se hace difícil de llevar y de aguantarla, me tarde tres tandas para poderla terminar. Pero el suplicio no era sólo para mí, también lo era para los actores. En todo momento las caras de los actores parecían decir: ¿por qué estamos haciendo esto? ¿Cuánto falta para que esto termine?. La actuación de Clara Lago y de Karra Elejalde, sobretodo de la primera, no es que sea mala, es abiertamente desinteresada (se nota que su motivación por estar ahí era nula, sólo prestarse para recibir el pago en unos días).

Por favor no pierda su tiempo, no vea este bodrio.