Haz click aquí para copiar la URL

Relámpago sobre aguaDocumental

Relámpago sobre agua
1980 Alemania del Oeste (RFA)
Documental, Intervenciones de: Nicholas Ray, Wim Wenders, Susan Ray ...
6,7
1.067
Documental Película documental sobre los últimos días del gran director de cine americano Nicholas Ray, conocido por films como "Rebelde sin Causa" o "Johnny Guitar". Cuando se estaba muriendo de cáncer, Ray se negó a ir a a un hospital y prefirió quedarse en su loft de Nueva York, rodeado de sus mejores amigos. Wim Wenders conoció a Nicholas Ray en 1976 durante el rodaje de "El Amigo Americano". "Sabía que quería trabajar y morir trabajando" dice ... [+]
<< 1 2 3 >>
Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
6 de noviembre de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
“No sé por qué tengo que irme…”, se pregunta desgarradora y lacónicamente a sí mismo Nicholas Ray ante la cámara, un moribundo devorado por un cáncer de pulmón terminal, su edad era sólo de 67 años, su aspecto era fiel reflejo de esa lacra que la medicina no puede vencer. Nadie se filmó (o dejó que le filmasen) en la agonía, a pocos días de una muerte horrible, como es el caso de Ray en esta cinta filmada por su amigo Wim Wenders. Quiero pensar que su amigo Wim, el director alemán con talento, según afirma el propio Ray, repito, quiero pensar que no está intentado sacar rédito y prestigio a costa de este pobre anciano agonizante. En este film, la separación entre realidad y ficción se convierte en una tarea que resulta penosa.

Este mortecino relámpago ideado por Wenders describe a un Ray decadente sumido en la desesperanza, tosiendo pero sin despegarse del pitillo en la boca, en su apartamento de Spring con Broadway en el Soho neoyorkino, desde donde se podía ver el World Trade Center. Recluido en la cama del hospital, en otro momento dando sus últimas conferencias, meditando sobre su obra (“Sólo os pido que no me preguntéis sobre James Dean, tenía un gran talento”, se quejaba Ray amargamente), y entregándose a la consecución de su testamento cinematográfico, al parecer, lamentablemente manipulado por Wenders. Viendo hoy “Relámpago sobre el agua”, a film by Nick Ray & Wim Wenders, tras más de treinta años, parece que el tiempo lo cura todo y aquella polémica que surgió sobre la figura de Ray, especialmente admirado tanto por su obra como por su postura insurrecta frente al sistema de Hollywood, adquiere unos contornos y relieves distintos.

Ray acepta el desafío como si estuviera realizando una prolongación de lo que era su última película como director, la independiente “We can´t go Home Again” (1971-1979), construida a retazos, a golpes de manivela cuando apenas quedaban fuerzas. El hombre que había revolucionado el western con el lirismo de Johnny Guitar, que había cambiado el musical con “Party Girl”, que había realizado un film emblemático para la juventud de los años 50 como “Rebelde sin causa”, que defendió la naturaleza ecologista con “Los dientes del diablo”, que fue seducido y engañado por Samuel Bronston para trabajar en la España de Franco, y que trabajó con los mejores actores de la época dorada de Hollywood, sólo podía ser vercido por el maldito cáncer que se le había expandido hasta el cerebro.

Si él fue el primer cineasta moderno de los clásicos, fue también el último clásico de los modernos. Ray se entrega al film para crear con su muerte un acto artístico. Le apasionaba la vida pero estaba condenado a morir. Su figura es patética: cuerpo esquelético, rostro cadavérico, apenas unos mechones de pelo blanco como consecuencia del tratamiento contra el cáncer. Pero lo que resulta extraño es su vitalidad que aún lo impulsa a situarse frente a la cámara para concluir el que sabe que será su último film y para el que precisa la ayuda de un alumno aventajado como Wenders. Una película macabra e indigna de cerrar la trayectoria apasionada de un cineasta como Nicholas Ray.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de octubre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante como testimonio, pero ya. Se regodea durante todo el metraje de la misma idea, de la originalidad de la misma... se habla más de cómo rodar que de una obra en sí misma. Lo que empieza con fuerza queda desvanecido, se condena a sí misma, tiene el valor de ser lo que pretende ser: el rodaje de una muerte, de un final... pero funciona más como un producto pop (el concepto, la idea) que como algo que nos transmita sentimientos o nos haga pensar en algo tan abstracto como la muerte.
gpiqueras
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7 de octubre de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
325/36(26/09/20) Turbador documental que despierta en mi sensaciones encontradas, pues esperaba encontrar un canto a la vida sin sentimentalismos, desde la visión de una persona a las puertas de la muerte,una refelxión sobre el pasado, una oda a la amistad, pero (habiendo parte de todo esto) me he encontrado con el trabajo de Win Wenders extrayendo morbo de los últimos días de Nicholas Ray. Y es que Ray y Wenders pretendían hacer arte pero el resultado por momentos se acerca a una snuff-movie. Él y Wim Wenders quieren hacer una película juntos, no tienen una historia (discutiendo ideas para el film: "Estoy listo para empezar a trabajar de nuevo", declara Ray, y Win: "En qué?" y Nick: "Algo realmente pretencioso"), todo lo que saben es que quieren hacer una película, para Nick es más por su autoestima y dejar un legado, una última pieza de trabajo. La película es una colaboración entre Wenders y Ray para documentar los últimos días de Ray con solo 67 años debido a un cáncer de pulmón terminal en 1979. Es en parte un homenaje a Ray, quien tuvo una fuerte influencia en el trabajo de Wenders, y en parte una investigación sobre la vida y la muerte. La influencia de Ray en Wenders incluye el subgénero "love on the run" de Ray, así como su fotografía de cine negro. Nicholas Ray aparece en un papel secundario en la película de Wenders “The American Friend” (1977), de la que Wenders homenajea el inicio con uno similar en este documental. La película de ciencia ficción de Wenders “Hasta el fin del mundo” lleva el nombre de las últimas palabras pronunciadas en la épica película bíblica de Ray de 1961 King of Kings. Cuando Nicholas Ray fue diagnosticado con cáncer a finales de los 70, Wim Wenders viajó a Nueva York para ayudar a Ray a hacer una última película, “Lightning Over Water” (también conocida como Nick's Movie), especie de ensayo autobiográfico, la película sigue a Ray mientras habla con algunos estudiantes, dirige una obra de teatro, se acuesta en su cama de hospital y, en este transcurso lo vemos degradarse físicamente (y seguramente mentalmente) aún más. Un proceso que causa dolor en el espectador al ver a este Nicholas Ray de aspecto cuasi-cadavérico, viviendo en una especie de prórroga de la Muerte, lo vemos consumirse ante nuestros ojos, y da grima que Wenders se autoerija demiurgo de la obra, donde debería ser una introspección del propio Ray, se convierte en un relato petulante remarcado por la narración en off del germano.

Ray, quien nunca terminó otra película después de que renunció durante el rodaje de “55 Días en Pekin” (1963), deseaba desesperadamente volver a trabajar, pero aparte del proyecto subterráneo incompleto “We Can't Go Home Again”, nunca tuvo la oportunidad (en parte debido a su propia intransigencia admitida).

Teniendo un comienzo atractivo, con ese modus operandi de meta-ficción de un equipo de rodaje grabando al otro en un loft neoyorkino en el SoHo, en un juego de espejos intrigante. Tiene bonitos momentos como el de ver el montaje final de la película de Ray "No puedes volver a casa", film vanguardista incompleto que proyecta para Wenders y el equipo. La conferencia en Vassar College en Poughkeepsie (Nueva York), tras proyectarse una película de Ray, “Hombres errantes” (1952), donde Nicholas se nota lúcido y divertido(“Sólo os pido que no me preguntéis sobre James Dean, tenía un gran talento”, comentaba Ray). Vemos como Ray trabaja en una producción teatral de una obra de Kafka, "Un informe para una academia", sobre un simio que se convierte en hombre, descacharrante.

Deviene en una degradación morbosa en primer plano de una persona que quiere transmitir dignidad en su ocaso y en realidad (por lo menos a mí) me emite lo están prostituyendo en pos de un ‘no sé qué’ concepto artístico cercano al performance vejatorio. Ver a Nicholas Ray lamentarse lastimeramente: “No sé por qué tengo que irme…”, resulta incómodo, hay momentos en que hay que saber proporcionar la intimidad y Wenders se solaza en lo contrario. Wenders (lo de que este acreditado Ray como director es pura pirotecnia) parece no estar interesado en la introspección del director de grandes films, no se hace un recorrido por su trayectoria o su vida, el alemán solo parece querer trasmitir casi en directo la muerte de una persona, que sea Ray parece ser casualidad, pues teniendo a alguien que fue uno de los grandes del Hollywood clásico, no exprimir de algún modo su etapa artística, sus continuos choques con directores, sus problemas con las adicciones con las drogas y alcohol, de su bisexualidad, de su ludopatía, de sus matrimonios (uno de ellos con la diva Gloria Grahame), se mantiene siendo un enigma solo expresado a través de su crepuscular presente. De hecho cuando lees sobre la trastienda de la filmación de esta cinta te das cuenta de muchas cosas. Por ejemplo que Nicholas Ray tomaba cocaína durante el rodaje para mantenerse despierto y supongo atenuar el dolor, lo cual habla poco en favor de estar viendo no solo frente a la pantalla aun moribundo, sino también a un yonki con la mente trastornada, con lo que si su voluntad era entonces morir frente a la cámara rodando una última película, era algo que su familia o esposa deberían haber impedido, pues no estaba en sus cabales, pues si visón de la autoestima era esto mal vamos (siendo benévolos). Sabiendo ver en los márgenes te das cuenta de que la esposa Susan Ray parece darse cuenta del rumbo que toma la cinta y si primero está presente haciendo yoga, interactuando con Nicholas, hay un momento en que desaparece y ya no se sabe más de ella. Y despóticamente toma el relevo la esposa de Win, Ronee Blakly (cantante, compositora, productora y directora, es quizás más conocida como actriz), para actuar con Ray en una escena (que nos dicen que "ellos" han adaptado del Rey Lear) que presenta al moribundo postrado en una cama de hospital.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de agosto de 2022
Sé el primero en valorar esta crítica
La extraña pareja de directores, que parecen más antagonista que almas gemelas, dedican los últimos días de Ray a rodar un documental con algo de ficción que interesa por lo gráfico de la intimidad, la enfermedad, las ganas de vivir y proyectos frente al tiempo que se agota.
Por supuesto Ray gana la partida frente a un Wenders que siempre me ha parecido que va de guay y algo megalomano.

También es cine dentro de cine, con pinceladas de música y teatro. Es interesante por lo arriesgado. A veces falla pero hay que reconocer su arrojo.
Xinexin
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de junio de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Documental, más que película, sobre los últimos días de vía de Nicholas Ray, uno de los grandes que probablemente no tuvo toda la suerte que merecía.
Wenders viaja a NY a vivir con él sus últimas experiencias. Al parecer Ray no quiso morir en un hospital y decidió vivir en casa sus últimos días de vida. Habla sobre su carrera, sobre su trabajo, los actores que conoció, el mundo del cine, etc. Wenders le conoció años antes rodando "El amigo americano", en la que interviene como actor, le propuso rodar esta película y Ray aceptó. "La realidad era nuestra historia" dice Wenders en un momento concreto, al charlar sobre cuál es el propósito de lo que están rodando juntos.
Tiene un punto de exhibicionismo hedonista un poco faltón y sobradete. Las planos en los que se aprecia cómo se rueda, con Ray en pijama, hablando Wenders en vez de Ray, filosofando falsamente sobre el propósito de la película, de la vida y de las relaciones personales y humanas, es un poco falso, impostado.
Interesante es cómo se pasa del metraje del cine al del video, apreciando claramente el granulado de la película, dotándole de una autenticidad al documental.
No me ha gustado especialmente. Este tipo de pornografia intelectual no me agrada. Para mi el cine es el cine. Punto. Esto es un documental, y como tal tiene que verse. Tiene formato película, claro, pero no es una película. ¿Tiene valor cinematográfico? Sí, claro, porque es de un director maldito y de otro muy interesante, pero nada más.
ÁAD
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow