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Carmen

Romance. Drama Narra la historia de Antonio, el director de una compañía de baile que está trabajando en el montaje de la "Carmen" de Bizet. Cuando encuentra a la protagonista ideal, que también se llama Carmen, inicia con ella una relación enfermiza que reproduce el libreto de la ópera. "Carmen" es una historia de amor y celos en donde el deseo aniquilador conduce a los personajes inexorablemente a la destrucción. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
29 de agosto de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carmen de Carlos Saura es un drama romántico musical basado en la famosa obra de Bizet, en el que un director de una compañía de baile se enamora de la protagonista de la obra llamada del mismo nombre, Carmen. Dirigida con un ritmo sosegado en la trama y vibrante en los ensayos y actuaciones, es una obra apasionada en su historia de amor que surge entre el profesor y el alumno a través del musical de Carmen, centrándose en esta ocasión no solo en las coreografías y música como ha sucedido en otras cintas o documentales, sino también en una historia de amor imposible que añade atractivo a la película en su visionado, concluyendo de forma notable uno de sus folclóricos films más destacables que además estuvo nominado al oscar en su categoría.
La fotografía comienza con unos dibujos de la obra original y luego hace gran uso de los claroscuros en un llamativo trabajo que es estimulante y portentoso en los ensayos de sus bailes y coreografías, logrando con ello una labor estéticamente bien trabajada. La música en ocasiones de fondo es la ópera de Carmen de Bizet, siendo el resto flamenco y clásico gracias a la guitarra de Paco de Lucía y otros que llenan de ritmos y compás el film para deleite en su apasionante acompañamiento. Los planos y movimientos de cámara consuman de nuevo una excelente labor técnica personal del director mediante el uso del reconocimiento, seguimiento, detalle, travellings, cámara en mano, generales, avanti, retroceso, subjetivos y grúas que exprimen lo mejor de la obra y de las interpretaciones.
Las actuaciones son competentes y cumplidoras. Como protagonista Antonio Gades está sentido y profundo en su labor, siendo apropiados los acompañamientos de Laura del Sol, Pepa Flores (Marisol), Cristina Hoyos, Paco de Lucía, Juan Antonio Jimenez, Sebastián Moreno y José Yepes. Emplean estos unos vestuarios y caracterizaciones alusivos de la obra flamenca, siendo elegantes por un lado e informales por otro tanto en el ensayo como en la obra en un buen trabajo que junto con los decorados y exteriores te transportan a la época y el lugar.
El guion, escrito por el director junto con Antonio Gades, lleva a la gran pantalla y con el estilo folclórico habitual de baile que le gusta exponer al director la obra Carmen, que se cruza para más atractivo con la historia del film que acaba siendo muy parecida a la de la obra representada, añadiendo así su punto personal gracias al apoyo y el arte en las coreografías de Antonio Gades para dar mayor belleza al film. Esto se lleva a cabo con una narrativa con voz en off al principio que es profunda, siendo el resto expresiva y sentida en el caso del protagonista y escasa e insinuante en los ensayos. Cabe señalar también, el montaje lineal y acompasado al que no le sobra ni un minuto.
En definitiva, la considero una obra notable dentro de la filmografía folclórica del director que gustará a todos sus seguidores por mezclar con acierto la obra Carmen que ellos mismos ensayan con la historia real de esta aunque adaptada entre el profesor y la alumna protagonista. Recomendable por su dirección, guion, fotografía, música, montaje, planos, movimientos de cámara y vestuarios que hacen de Carmen, un film auténtico en todo lo que se propone serlo, tal cual es la intención del director.
Elcinederamon
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1 de mayo de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película muy bien ambientada, con hermosa vestimenta, coreografía y bailarines, al igual que su música. Considero eso lo más rescatable de la película. Muy buena la actuación de Pepa Flores, que me pareció descollar, pese a sus pocas intervenciones.
En cuanto a la historia muy predecible, sin sorpresas.
ANA LECEA
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9 de septiembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso que en un portal de origen español, esta película -dirigida por Saura, uno de sus más grandes directores- haya obtenido un promedio inferior a los siete puntos -mínimo-, puesto que reúne en la versión de la clásica historia de Merimée -más famosa aún por la ópera de Bizet-, al epítome de la danza flamenca, a su más destacada colaboradora, bailarina y coreógrafa -me refiero a Antonio Gades y Laura Hoyos- y su ballet, sumados a la increíble guitarra de Paco de Lucía. Y como si ello fuera poco, con la belleza exultante de Laura del Sol.
Puede que para algunos el resultado final no haya sido del todo satisfactorio; o que la hayan puntado bajo quienes no gustan del género -un absurdo de no abstención-, pero cuenta con pasajes tan magníficos y sugerentes, que me resulta más que suficiente como para destacarla entre la docena de históricos films flamencos de Saura, uno mejor que otro. Han pasado ya 36 años de su estreno y sigo viéndola como gran obra artístico-cinematográfica.
Adrián Klas
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13 de junio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El retrato de una pasión

Con Carmen de Carlos Saura el espectador se adentra en el mundo del flamenco a la par que en la pasión de la famosa ópera de Georges Bizet. Desde el principio, la película cuenta con una base en la que empieza a desarrollarse la metahistoria. Por un lado, se expone la dificultad del montaje de baile de la famosa ópera y la búsqueda para encontrar a la perfecta Carmen. Añadido a esto, se vislumbra la telaraña de pasiones y carácter que envuelve a sus personajes. Por otra parte, está el propio símil y la naturaleza que se mimetiza con la historia principal, al igual que ocurriese en otras ficciones donde el personaje devora a la persona. Por lo tanto, Saura y Antonio Gades han sabido mezclar ese imaginario ya conocido y transportarlo a una visión única, que se maneja en una verosimilitud llena de arte.

Asimismo, se puede ver cómo le dedicación a la danza española exige un nivel de entrega total, que se plasma en secuencias llenas de movimiento y con una profundidad que va más allá de la palabra articulada. Después, es importante destacar las personalidades que confluyen, donde se pone sobre la mesa el debate del amor tóxico y la idea de un amor alejado de convenciones. Por tanto, pese a que pudiera estar concebida con una tendencia a marcar a los antagonistas, la realidad es que puede extrapolarse a una reflexión sobre la visión incorrecta de idolatrar al otro y de la liberación sexual. Sin embargo, hay ciertos puntos que no gozan de una ligereza narrativa orgánica y se encasquillan en una resolución abrupta. No es algo notorio y mucho menos afecta de una forma abismal, sino que hay pequeños detalles que hubiera funcionado mejor si se hubieran dejado fluir.

*El maestro Gades

La vigorosidad de Carmen se refleja en la gran interpretación de su maestro de ceremonias y protagonista indiscutible, Antonio Gades. Para empezar, el bailaor es el principal sustento interpretativo del film, debido tanto a la expresión en su forma de interpretar como en su lenguaje no verbal. En este último se perciben esos ojos claros que consiguen manifestar la vorágine de pasión y frustración sobre su personaje. Luego, la gran precisión de su baile y la virtuosidad del movimiento, hacen que su papel en pantalla sea totalmente magnético. Por lo cual, junto una dicción precisa, con su propio cuerpo y coreografía, cuenta toda esa violencia interna que se sublima en unos matices elegantes y certeros. Es un homenaje a uno de los artes más respetados de la cultura española.

Por otra parte, su co-protagonista, Laura del Sol, tiene una fuerza magnética, que conjunta muy bien con el poderío en su baile y en su expresión. Además, se convierte en una fuerza pasional que converge perfectamente con el ímpetu de Gades, permitiendo que ambos lleguen a una sinergia que echa fuego. Sin embargo, hay ciertos momentos en los que peca de falta de naturalidad, se aferra mucho a la potencia de su personaje y acaba, por tanto, pasándole factura en algunas secuencias. Dicho de otra manera, se excede en convertirse en la némesis del bailaor y se tensa el personaje tanto que no fluye como debiese. Luego, Paco de Lucía ofrece una actuación anecdótica que mejora según transcurre el film. No obstante, no brilla con la misma fuerza interpretativa que otros artistas. Por último, destacar que Pepa Flores apenas aparece y no obtiene una relevancia que le permita lucirse.

*Sabor a España

Recurrir a la simbología española de la danza flamenca puede ser un peligro, según la forma en la que se efectúe. Carlos Saura brinda una realización estética envolvente, donde sumerge al espectador en esa fuerza del baile y de la propia expresión sin necesidad de mediar palabra. Por lo cual, hay que aplaudir la dirección de fotografía, la cual sabe encuadrar cada momento para no perder fuelle. Es más, en consecuencia, pese a que el flamenco es un arte que se disfruta en vivo, obtiene un retrato en el que está toda esa exhibición. Después, la dirección artística es otra de las grandes virtudes de Carmen, con una elección de colores vivos en sintonía con la identidad de la película. Además, se disfruta esa sutilidad de los espacios y la focalización en los personajes como expresión artística.

Por otro lado, el montaje de la película sabe conectar todo el influjo visual con el imaginario sonoro acorde a la película. Gracias a ello, hay una disposición dinámica. Únicamente, hay ciertas partes que podrían haberse realizado con una mayor artesanía y un significado artístico más fuerte, más visceral, dado que hay momentos en los cuales el clímax no llega a su punto más álgido y se queda en el previo a la explosión de placer. Al contrario de lo que ocurre con la música, es innegable la calidad de la banda sonora y el despliegue técnico musical. Por un lado, el respeto hacia la ópera original, sabiendo combinarla con el flamenco, dando como resultado un arreglo de mestizaje increíble. Luego, la utilidad de los silencios, que obsequian al público con un efecto romántico y galante, lo que exhibe un manejo espectacular de un atributo nada fácil de controlar.

*Conclusión

Carmen es una película que llega a las entrañas, llena de pasión, arte y danza. Además de respetar la historia de la ópera de Bizet, sabe dar ese toque de metahistoria que conecta con el espectador. Luego, a nivel interpretativo, Antonio Gades se convierte en un despliegue visceral, con una interpretación excelente y llena de matices. Junto a él, una Laura del Sol a la altura, que flaquea en alguna que otra secuencia, pero triunfa en el resultado global. Después, la artesanía de la imagen ofrece una estética envolvente y llena de fuerza. Asimismo, la composición sonora es espectacular y es uno de los mejores aspectos de la película. Una combinación de historia musical, con esa influencia cañí y un silencio revelador. Un cortejo flamenco, que termina enamorando al espectador, bajo su influjo cautivador.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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26 de octubre de 2018
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Magnífica obra de Saura, con la presencia impagable del bailador Antonio Gades acompañado de de una gran Laura del Sol y Cristina Hoyos, y la curiosa participación de Pepa Flores, con la guitarra flamenca de Paco de Lucía. Una obra coral de las buenas.

La historia habla de Antonio, director de una compañía quien en su afán de montar la celebérrima “Carmen” de Bizet, se tropieza con una protagonista del mismo nombre con la cual reproducirá la tormentosa y tanática relación amorosa reflejada en la ópera. Resulta original la hibridación de la obra de Bizet con la trama del film.

Una cinta nominada a los Oscar y con múltiples galardones en los Globos de oro, Bafta o Cannes. Fue la segunda entrega de una trilogía Saura-Gades, producidas todas por Emiliano Piedra, junto a “Bodas de sangre” (antes) y “El amor brujo” (posterior).

Magnífica coreografía, el arte de Gades, la sensualidad de Lucía y una puesta en escena muy buena, así como una meritoria dirección artística. El baile, la voz, las miradas, los gestos: fuerza escénica.

Saura, artista nato, de nuevo conjuga cine con otras artes, consiguiendo un mosaico impresionante, reflejo de la intensidad y el arte español en su más universal acepción: el flamenco.
Kikivall
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