Pídele cuentas al rey

Basada en una historial real, el cineasta asturiano que conocía sobradamente el mundo de la mina, recrea una conmovedor drama con tintes de comedia, pues coincido con el director en que las cosas más trascendentes es mejor contarlas con humor. Aunque el film se inicia con la tragedia en la mina y los enfrentamientos de protesta contra la policía, se trata de una “road-movie”, un viaje de conocimiento personal y familiar, de la reivindicación de un trabajo digno y de la preocupación por el futuro de los hijos. Corrían tiempos de reconversión industrial en la minería, era más caro extraer el carbón por su bajo precio que subvencionar y prejubilar a todo el gremio minero. Pero Fidel (un extraordinario Antonio Resines) es un hombre de principios, así que ni el dinero ni las prebendas que le proporcionan los sindicatos que negocian su futuro le convencen. A sus 44 años no quiere vegetar en su casa sin trabajar porque se siente útil. Él quiere ejercer su derecho al trabajo que ampara la Constitución para pedirle al primero de los españoles que se le reconozca.

En su arduo trayecto de más de 400 km. Desde Mieres a Madrid, Fidel en compañía de su comprensiva esposa (una maravillosa Adriana Ozores) y su hijo Nicolás, vivirá numerosas experiencias que radiografían el estado de una sociedad y de un país. De esta forma, asistimos a la picaresca de ese estrafalario mendigo (Santiago Segura), la solidaridad de unos generosos desconocidos en un restaurante, el alojamiento desinteresado de gentes sencillas, el egoísmo racista con una familia portuguesa en parecidas circunstancias, la xenofobia con un musulmán sin papeles, la violencia en un puticlub de carretera, el acoso de la autoridad y el tratamiento manipulador de la prensa. Todo ello trufado de un jocoso humor sencillo y cotidiano, que protagoniza un personaje ejemplar por su nobleza y tesón hijo de una mujer viuda (la entrañable Emma Penella) que se consuela comentando con su difunto marido, muerto en la mina, las andanzas quijotescas de su entrañable hijo.

Hacía tiempo que no disfrutaba de una historia tan humana y cautivadora, con unos personajes tan cercanos y reales, de cómo el cine es un medio para la denuncia social, de transmitir sentimientos y vivencias que te llegan al alma, sobre todo cuando hay talento y una buena trama que contar. Una película humilde que me ha emocionado por el altruismo humanista de sus planteamientos. La lucha por una utopía de un hombre indignado por su prematura jubilación, él no entiende de acuerdos sectoriales, burocracia sindical y acuerdos con la administración, como le explica el aburguesado (de esos que viajan en 1ª con habitación de lujo y querida) dirigente sindical que encarna Jesús Bonilla, que sólo recibe de sus compañeros indiferencia en lugar de apoyo físico y moral, todos le dan la espalda ante tan descabellada intención, salvo su suegro, encarnado por el inefable Manuel Alexandre, Fidel es un minero emigrante extremeño con sus virtudes y defectos pero del que te puedes fiar, cosa difícil en estos tiempos.

La película podría haber sido bastante más de lo que es, está muy desaprovechada. Trata de ser una comedia dramática, pero no acaba de ser ni lo uno ni lo otro. El comienzo es prometedor, narrando bien el drama de la reconversión minera en Asturias, con ritmo y dramatismo, definiendo bien los personajes de de Antonio Resines y Adriana Ozores (excelentes actores los dos) y de algún secundario de lujo, como Jesús Bonilla y Manuel Alexandre. Pero a partir de la aparición del infumable Santiago Segura como vagabundo chorizo, la película cae en picado, convirtiéndose básicamente en una comedieta barata sin demasiada gracia. Desaparece casi por completo el dramatismo y se baja a la mera anécdota superficial, incluido el muy sosito, apresurado y desaprovechado final.

En parte recomendable por el excelente trabajo de Antonio Resines y Adriana Ozores, pero muy poco más. Lástima.

Hoy he tenido la oportunidad de ver una película española inicialmente interesante, que decae conforme va avanzando el discurrir de una trama con mucho contenido crítico, pero que lo aborda todo desde un mismo planteamiento, por lo que se va haciendo repetitiva, quizás cansina al final del camino.
Al señalar que lo aborda todo desde el mismo planteamiento quiero decir que, llega a cansar ver como una pareja viaja a Madrid sin pasar aventuras que empatizen con el espectador en ningún momento, quizás por la falta de energías en las que se sustenta una historia sin ningún tipo de gancho y también, creo que no está de más decirlo, porque carece de cualquier atisbo de sentimientos hacia el espectador, dejándome en mi caso un tanto frío. Sin embargo, la historia creo que ha sido floja a la hora de una plasmación correcta ( buenas intenciones, escasos resultados) porque hay que remarcar que tiene un contenido crítico bastante acertado, adecuándose a esta historia toques cómicos y serios que no resultan una debacle en un contexto muy "apropiado", dando como resultado una efectiva opción si lo que queremos es ver unos actores de renombre dentro del panorama nacional, cumplir correctamente con sus papeles. Y a pesar de que Resines, su personaje ni me cae bien ni mal, su actuación es muy meritoria, ya que se aleja del papel cómico al que tantas veces nos tiene acostumbrados, enfocando su personaje, a un luchador y mostrando que se desenvuelve bastante bien, pese a encontrarme un registro finalmente un tanto repetitivo. Adriana Ozores, Penella, Alexandre nos da una idea de que nos encontramos con actores consolidados y dan cierto empaque a la hora de visionar el producto.
De todas formas, no ha cuajado el rol de los secundarios porque no se obtienen relaciones exprimidas y en ellos, y no obtenemos ningún recuerdo memorable en sus personalidades, manera de proceder etc.
Creo que "no ha estado mal", es muy reivindicativa, manejándose con acierto, con todos sus contras, que los hay y bastantes, el mundo del trabajador, abordando más concretamente el trabajo en la mina, y sacando a relucirse lo duro que tiene que ser para esos mineros un trabajo con tan pésimas condiciones.
Una película sencilla, un tanto tediosa, con gran contenido crítico, que ni convence ni todo lo contrario.

Lo cierto es que Antonio Resines me parece un buen actor español y me suelen gustar sus interpretaciones cómicas pero en esta peli me esperaba más de él.O quizás la culpa sea de los guionistas ya que pienso que una historia como ésta podía dar para más. Pero bueno, no está mal para pasar un buen rato. Por otra parte, mientras la ves siempre tendrás la duda de si logrará su objetivo y logrará ser recibido por el rey. No os lo desvelaré.