Bienvenido a casa

Típica película de sobremesa que cuenta con la interpretación del chico joven de "Breaking Bad".

Podría ser perfectamente de sobremesa de TV generalista tranquilamente, aun así es entretenida pero jamas será recordada por nada, simplemente por haber pasado un rato.

Ni fu ni fa, tirando a mala.

Mala no, lo siguiente. Aaron Paul es un despropósito, pero tanto Scamarcio como Emily Ratajkowski no le van a la zaga. Y seguramente no sea culpa de ellos porque la película -un guión sin ton ni son- es un desastre. Jamás llega a funcionar como thriller o suspense, puesto que es aburrida y totalmente predecible.

Las escenas se suceden sin ningún tipo de tensión argumental y las archimanidas discusiones de pareja sobran, pero sobran durante todo el puñetero metraje. El careto de malo del italiano es un cartel anunciando "soy un pervertido cabrón", a pesar de saberlo por la sinopsis.

El final sacado de la "chistera" del director termina por confirmar los derroteros a los que nos lleva esta pantomima

Eso sí, la protagonista se pasa en la ducha un tercio de su papel -caprichos de guión-.

En definitiva, auténtica bazofia que desmerece al séptimo arte.

Lo decía hace poco a propósito de otro bodrio, La víctima perfecta/The Resident: rodar un thriller erótico sin que la protagonista exhiba sus encantos en ningún momento es una estafa digna de juzgado de guardia. El memo de George Ratliff no sólo nos escatima los rotundos encantos de Emily Ratajkowski (que, por otra parte, se desnuda a las primeras de cambio y cuelga sus fotos en Instagram), sino que firma una sosada integral. Veamos: parejita estadounidense, ambos aquejados de una grave deficiencia mental, decide intentar encarrilar su deteriorada relación yendo a pasar unas vacaciones en un casoplón de Umbria, Italia. ¿Os suena? El presunto propietario de la villa es, naturalmente, un psicópata que tiene la casa llena de cámaras ocultas que lo filman todo, y cuando digo todo, digo todo (no es spoiler, enseguida se sabe). La chica, que le puso los cuernos al chico tras una de esas fiestas de trabajo que tanto dan de sí, aparte de completamente imbécil no se da cuenta de que está poniendo al chiflado al rojo vivo. El chico, un estúpido de mucho cuidado, no para de cagarla y de decir tonterías. El guión es más que endeble, hace aguas por todas partes, no existe tensión alguna, te aburres como un muermo, ni siquiera sacan postalitas del entorno que rodea la casa. Uno se pregunta a veces por qué financiaron este pestiño (hasta 12 productores desfilan por los títulos de crédito). De los intérpretes mejor no hablar, dejando aparte los volúmenes, montes y valles de la susodicha Emily, sin duda experta tragasables. No vale la pena perder ni un minuto de vuestra vida en esta desdichada producción.

Interesante thriller que cuenta con suspense, tensión, erotismo y que explota óptimamente los recursos clásicos de este tipo de cine: la presencia de un tercero en disputa, celos, mentiras, tentaciones, infidelidades, crimen, etc.

El filme hace un uso muy adecuado de los flashback, y construye una buena historia al rededor de los personajes de Aron Paul (el mejor de la película) y Emily Ratajkowski (flojita flojita). La presencia del guaperas italiano Riccardo Scamarcio como el vecino misterioso, seductor y acosador, ayuda a cargar la atmósfera de intriga y suspense.

La trama se desarrolla de buena forma, mostrando idas y venidas en la relación de los tres protagonistas, y el final tiene un giro de tuerca que no vi venir, y que es la cereza en el pastel que culmina un producto cumplidor.

Partiendo de la base que es una película que está bastante mal hecha, me ha gustado bastante mas de lo que esperaba.
Sin lugar a dudas, es una película que se hace amena, que te envuelve en su trama y que tiene una gran dosis de intriga que te mantiene en vilo toda ella.
En definitiva, sé que puede ser muy criticable en muchos aspectos, pero conmigo han acertado, ha logrado entretenerme.
Como notas negativas, la nula credibilidad de que algo así pasase en la realidad.
Como nota positiva, sin duda, Emily Ratajkowski ¡Que mujer!