Granujas a todo ritmo

Últimamente me doy asco a mí misma; el porcentaje de pelis que me encantan es exageradamente alto. Este inesperado momento flowerpower, sinceramente, me tiene un poco preocupada. Esto no puede ser, va en contra de mis principios. Mi negatividad vital necesita un cauce para manifestarse. Pero lo que es, es y tengo que ser justa y confesar que esta película también me ha encantado.

Aunque sólo fuera por Aretha Franklin, Ray Charles o James Brown ya sería un flipe y no me la perdería por nada del mundo. Si luego ya le unes la banda sonora... wawwww, everybody need somebody, Jailhouse rock, rythm & blues a tope ... una pasada. La cosa podría quedarse ahí tranquilamente y ya le pondría un notable como mínimo. Pero es que si le añades a los dos pedazo de colgaos que la protagonizan, sus diálogos imposibles y la historia completamente surrealista que nos cuentan, ya es que se sale del parchís.

Divertida, trepidante, loca, apta sólo para pirados. La gente seria que se abstenga, pero si te gusta el cachondeo lo tienes garantizado. Y la música es la puta hostia.

La necesidad de amar es inherente al ser humano. Eso dicen. Ahora, plantéate lo siguiente:
¿La persona a la que amas es, realmente, la más atractiva, sexy, inteligente, generosa, divertida, interesante, culta y afable sobre la faz de la Tierra? ¿Lo es? ¿O es que a ti te lo parece?

¿Es esta la mejor comedia musical de todos los tiempos? ¿Lo es? ¿O es que a mí me lo parece? Tal vez no sea la mejor, pero es la única en la que puedes encontrar un festival de:
-Leyendas del soul y el rhythm & blues.
-Persecuciones locas.
-Cacharros voladores.
-Humor blanco y absurdo.
-Diversión y ritmo.

Amo a los Blues Brothers. Me he despedido de ellos muchas noches a la puerta del Wild Thing. Forman parte de mi vida y les amo. ¿Es esa suficiente razón para ponerle un 10 a una peli tonta? ¿Lo es? ¿O es que a mí me lo parece?

¡A bailar!

No es difícil encontrar a alguien que odie los musicales. A mi por ejemplo, no me entusiasman, salvo contadas excepciones. Pero lo que si es un poco mas difícil de encontrar, es a alguien al que no le gusten los Blues Brothers. Estos dos personajes nacieron en el programa de television de la NBC, Saturday Night Live y consiguieron forjar la leyenda con esta película.
Hablar de musical en esta ocasión, es hablar de palabras mayores. Jazz, algo de blues, soul y mucho de rythm&blues. Y atención a los que se unen a la fiesta; Cab Calloway, Ray Charles, Aretha Franklin, John Lee Hooker, James Brown entre otros.
Detrás de este desenfreno con gran humor tenia que estar alguien como John Landis. Y delante de las cámaras están el recordado John Belushi, acompañado por Dan Aykroyd, los dos a todo ritmo.
Puede que la leyenda de Belushi avivara una película, que en teoría puede dejar un poco frió a las nuevas generaciones que se acerquen por primera vez a este particular mundo. Pero es un clásico, un antes y un después en el genero.
Aparte de que la persecución por en medio del centro comercial es mítica y el "Everybody needs somebody to love", es uno de los momentos mas grandes que se pueden ver.

Si alguna vez quieres conocer música negra, blues, soul, auténtico sonido americano, esta es la película. Una comedia donde además participan grandes músicos, muchos de ellos ya desaparecidos. Risas, y ritmo, movimiento de piernas para para una buena película que sirve para aprender a escuchar otras cosas.

A veces la crítica, el estatus quo, el pensamiento dominante, te incita a ver «cosas» en el cine. Así me ha ocurrido con «Granujas a todo ritmo». Un hito del humor y de la música como este, una película de culto (¡vaya con las peliculitas de culto!), había que verla, claro. Luego viene el bochorno.

Porque «Blues Brothers» produce un poco (bastante) bochorno, bochorno como sinónimo de vergüenza ajena. Espero que me perdonen los mitos musicales que aparecen en el reparto, Aretha Franklin, Ray Charles y Cab Calloway entre otros, pero es que ni ellos pueden levantar esta «cosa». De hecho, su aparición y su música no están bien pagados, eso lo puedo asegurar, porque con nada puede pagarse haber participado en esta pésima comedia de John Landis. Porque es una comedia, ¿no? Pero, córchiles, ahora resulta que la quintaesencia del humor es el típico y tópico slapstick de toda la vida, los golpes, caídas y explosiones más idiotas del mundo. En todo momento, además. La trama se resume a eso: a mucha destrucción y a correr de un lado para otro. Ya está. Eso a mí, puesto así de cualquier forma y sin más, no me hace gracia, fíjate por donde.

Respecto a la música, que es sin duda lo mejor, destaco «Rawhide» y la pedazo de Minnie The Moocher de Cab Calloway. Pero no compensa. No compensa para nada, de verdad que no.