La escapada

Bruno (Vittorio Gassman), es un "culo de mal asiento", un vividor de mediana edad que huye de las responsabilidades como el diablo de la cruz, o un cura de una piqueta. Roberto (Jean-Louis Trintignant), es un universitario pacato y aburrido. El destino les junta, de manera casual, el día 15 de Agosto (Ferragosto), un jornada festiva e inexcusable para los italianos, en que las ciudades quedan desiertas, por las celebraciones en lugares de costa o fincas familiares. El joven, curioso, no es capaz de eludir la invitación a viajar del simpático crápula y sube al descapotable para dar una vuelta y airear sus neuronas atascadas por lo farragoso de sus estudios de derecho..

El retrato de los personajes, todos cuantos van apareciendo en esta alocada road-movie, es fidedigno y en ningún momento la comedia resulta exagerada a pesar del histrionismo (perfectamente creíble) del protagonista principal.
Dino Risi, ayudado en el guión por Ettore Scola y Ruggero Maccari, desarrolla una jornada especial de dos romanos que, por distintas razones, huyen de sí mismos y, como la mayoría de los mortales, viven en la búsqueda permanente; encontrando pinceladas de libertad en el alcohol, la velocidad, el sexo y espejismos varios.

Magistrales las interpretaciones de Gassman y Trintignant, capaces de hacerte pasar vergüenza ajena (el primero) y triste ternura (el segundo).

El albatros es un ave marina que ama la libertad como cualquier pájaro, le gusta volar y planear sobre la superficie del océano, se alimenta de calamares y otros pescados variados, sólo permanece en tierra durante la época de celo. Me he apropiado del nombre de este palmípedo para mi nick por mis gustos alimenticios similares y principios existenciales parecidos. He dedicado mi primer comentario a esta película porque me parece interesante a pesar del tiempo transcurrido, me parece fresca y a reivindicar para los que no la conozcan, ahora que se ha restaurado en DVD. Soy amante del buen cine, de ese que te motiva, te conmueve, te divierte y, además, te invita a la reflexión sobre nuestro tránsito por la vida, pero sin pedantería ni falsa modestia. “La escapada” es una de esas películas que cuenta una historia itinerante, de conocimiento interior de unos personajes, que cumple sobradamente con todo lo mencionado anteriormente en mi presentación. Hace tiempo que visito esta web, me gusta leer las opiniones dispares de tantos usuarios con mucho talento para escribir y opinar sobre cine. Tras registrarme, hoy me he decidido a escribir mi primera crítica sobre una película que me ha sorprendido admirablemente, lo hago con humildad y respeto teniendo en cuenta el gran nivel de los usuarios aficionados al cine en Film Affinity.

Excelente parábola social presentada en formato de comedia de carretera agridulce por parte de uno de los grandes de la comedia italiana: Dino Risi. Que no tiene el prestigio de otros cineastas italianos de su tiempo, huérfano de un cierto pedigrí intelectual por parte de la crítica especializada, pero que atesora sencillez y sabiduría en sus planteamientos. Bruno Cortona (Vittorio Gassman) es un auténtico vividor, un simpático caradura, pero también un perdedor práctico y hedonista. En cambio, Roberto Mariani (Jean-Louis Trintignant) es un joven estudiante de derecho responsable, apocado e inseguro en muchos aspectos vitales y extremadamente tímido con las mujeres. Tras un encuentro fortuito en Roma, los dos recorrerán durante 48 horas, parte del país trasalpino en el flamante deportivo de Bruno, despreciando el riesgo de las sinuosas carreteras, bordeando la legalidad, ignorando las normas del tráfico, visitando a los parientes de Roberto, la esposa e hija de Bruno, persiguiendo a turistas o gozando de las localidades costeras. Contraponiendo dos personalidades muy diferentes, “La Escapada” es una obra corrosiva gracias al Billy Wilder del Mediterráneo encarnado en la figura de Risi, muestra el conflicto interno de valores existenciales debido al choque de actitudes significando la estimación de la mesura en el comportamiento tras un muy entretenido y divertido desarrollo resaltado por la química extraída de las interpretaciones portentosas de Vittorio Gassman y Jean-Louis Trintignant. La moralina que algunos aprecian en el film, y el acentuado descaro en las características psicológicas del personaje de Gassman (aunque hay que reconocer que nunca es cargante, sino todo lo contrario) no me impiden considerar, en mi modesta opinión, a esta alegoría como una obra paradigmática. Porque las situaciones de humor que contiene, los divertidos personajes aparecidos, las altas dosis de acidez incluidas, el dibujo ambiental de la época y la alegría existencial que transmite, nos invita a disfrutar de una película inolvidable. Por último recomendar la descriptiva y evocadora banda sonora de esta farsa tragicómica de pícaros, fanfarrones ignorantes, mujeres fuertes y tímidos jóvenes, filmada por un cronista de su tiempo que apela a la llamada del destino que siempre acecha al ser humano. Son canciones que forman parte de la memoria colectiva de aquellos veranos de los años sesenta.
Gracias a todos los que tengan la paciencia de leer esta opinión.

90/33(22/03/11) Dino Risi realiza una buena comedia italiana que a modo de road-movie nos hace un fresco de la sociedad italiana en la década de los 60. Su mayor pilar son sus dos actores protagonistas, dos colosos en estado gracia, Vittorio Gassman y Jean-Louis Trintingnant que nos deleitan con dos trabajos rebosantes de energía. El hilo conductor es algo nimio, un dicharachero Bruno (Gassman) deambula por Roma un fin de semana con su descapotable deportivo, es verano y el calor aprieta, por casualidad entabla conversación con un apocado estudiante de derecho, Roberto (Trintignant) y Bruno ‘empuja’ a Roberto a pasar el día con él, un día sin rumbo ni destino, lo que se viene llamando un viaje iniciático, entre los dos tipos con caracteres contrapuestos se establece una gran química, van por la carretera a toda velocidad y tocando un penetrante claxon, hacen paradas, bares, chiringuitos, locales nocturnos, familiares y va a una playa inundada de de veraneantes, se van cruzando con personas que son el mosaico de una Italia moderna, en alza, que ya ha dejado atrás los padecimientos de la posguerra, se nos transmite un país alegre, con unas enormes ganas de vivir. Dino Risi dijo que quería representar en Bruno la nueva sociedad transalpina, poderío, empuje, carisma y una imagen moderna. Es una obra por debajo de su festivo viaje se esconde una radiografía sobre la libertad personal, sobre las diferentes formas de afrontar la vida y deja tras de sí el reaccionario mensaje que los excesos se pagan, aunque yo prefiero pensar que su moralina es que hay que disfrutar de la vida que son dos días. Es una ácida comedia, surcada por situaciones de gran fuerza, se alternan los toques divertidos con los dramáticos, y lo hace modo equilibrado. Un excelente guión escrito por el propio director, Ettore Scola y Ruggero Maccari, con un ritmo fluido que hace te enganches desde el principio por su propuesta aventurera, donde el hedonista Bruno le hace ver a Roberto que hay otra forma de afrontar la vida, sin miedo a arriesgarte. Vittorio Gassman está arrollador, un animal de la interpretación, desbordando carisma y poderío en cada segundo, eso sí, no puede evitar sobrepasar de vez en cuando la línea que lo lleva a la sobreactuación, Trintignant borda su papel, transmite su evolución personal, como va siendo abducido por el portentoso carácter de Bruno, y entre los dos se establece una química que es la fortaleza de este relato, un relato que es como una larga fiesta en la que poco a poco vas emborrachándote con el espíritu de un país en claro auge y al final viene la resaca, y es que hay que saber controlarse. Recomendable a los que gusten de buenos frescos sociales. Fuerza y honor!!!

Un canto al sentido común en contra de la respetable infelicidad de las convenciones. El buen salvaje en estado puro, o sea Bruno Cortona. Al Lancia Aurelia le falla una bujía, pero no importa ante el olfato maravilloso para detectar mujeres en los cruces de caminos, al final no hubo nada, tan solo la aventura del por si acaso. El planteamiento es revolucionario, deja ocurrir la vida; vivir es aquí y ahora, aprovecha el placer donde lo encuentres. El resultado es un desastre total entre broncas, multas, placer y prisa. Algunos nos mareamos, como Roberto Mariani, no sabemos si del humo del puro o de puro miedo ante la vida, otros lo llaman timidez, decencia o equilibrio. ¿Bruno Cortona es amoral o inmoral? Y mientras nos respondemos a la pregunta, Pippino de Capri interpreta el Don't Play That Song de Ben E. King, nos enamoramos de Catherine Spaak en traje de baño y las secuencia de playa de Dino Risi son el plano de nuestra infancia. Roberto dice que fue el mejor día de mi vida, otros mueren sin haberse atrevido. ¡Que 100 minutos!

Del director Dino Risi, es muy recomendable esta notable película en clave de comedia de 1962.

La película narra las aventuras de Bruno (un sensacional Vittorio Gassman), un vividor con mucha caradura, que se encontrará accidentalmente con Roberto (Jean-Louis Trintignant), un tímido estudiante. Bruno propondrá a Roberto viajar por Roma, y más sitios, sin conocerse de nada y con la excusa de ir a comer juntos pasarán uno de los mejores días en la vida de Roberto. El tono irónico del estilo de Risi consigue reflejar críticamente a una parte de la sociedad italiana de su tiempo, vividora y cínica. Diálogos brillantes, momentos divertidos, a veces con un regustillo algo amargo, así nos quedamos cuando acabamos la película. En resumen, una obra interesante para aficionados a la buena comedia italiana clásica.