Algunas bestias

Pues eso. Si la cinta la filmase Haneke, todo el mal rollo, el ambiente insano y lo desasosegante se perdonaba y habría peña celebrando el cine con mayúsculas. Pero como la hace un chileno que no conoce nadie, pues hala, a la mierda, es desagradable y ofende al espectador.

En mi opinión, estamos ante una cinta con dos pilares muy poderosos: un ambiente muy conseguido a base de escenas geométricas y silencios inquietantes, y un reparto muy talentoso que con solo 6 elementos es capaz de llevar la tensión durante casi 100 minutos a puntos muy álgidos. No hace falta ser muy listo para darse cuenta del símil que propone el guión, entre esta familia de cariño turbio y la sociedad clasista actual, donde el abuso de poder con los trabajadores-esclavos está a la orden del día.

Quizá adolece un poco de lentitud en algunos tramos y de incomodidad en otros (*ver zona spoiler). A mí me ha gustado, aunque no la haya dirigido Haneke.

Algunas bestias es un film que va calando. Desde el primer plano (elegante cenital de la isla donde todo sucede) hasta el último, se respira una atmósfera opresiva que va in crescendo. Jorge Riquelme (en su segunda película) demuestra un soberbio dominio de la puesta en escena. encuadres, fotografía, música, ritmo, todo funciona como un engranaje milimetrado para ir generando incomodidad en el espectador.

Y lo consigue, vaya si lo consigue! Estamos ante un director al que habrá que seguir la pista, que sabe desplegar una propuesta con muy pocos elementos, bien aprovechados. Elegancia formal, sobriedad y unas interpretaciones que saben plasmar las miserias humanas.

No es una historia agradable de ver, pero sí un film inteligente y eficaz en su planteamiento.

Tres generaciones distintas y siete personas de la misma familia que intentarán convivir en un paraíso perdido y en un lapso de tiempo suficiente como para que se detonen todos los conflictos que guardan entre ellos.

Segundo largometraje del chileno Jorge Riquelme Serrano (Camaleón) que con unos actores de primera fila como son Paulina Garcia o Alfredo Castro. Se nos presenta a una familia chilena adinerada con la intención de comprar una isla para fines turísticos y que se quedan varados sin comida ni agua, calefacción o teléfono, por la desaparición del barquero que los trajo.

Pero la película se centra más en los abusos a menores, bajo el consentimiento familiar y contiene escenas algo desagradables mostrándonos lo peor del ser humano. Quizá las escenas de abusos son demasiado largas con la intención clara de angustiar o escandalizar al espectador.

Un ritmo demasiado lento tampoco favorece a una narrativa que podría haber sido más ágil, ya que el tema daba mucho juego. Aun así gustó bastante en el pasado Festival de cine de San Sebastian donde gano el premio de «Nuevos realizadores».
Destino Arrakis.com

La primera hora confunde más que nada, deja cierta esperanza a que la directora conduzca con habilidad a los personajes y los conflictos. A partir de la hora, da vergüenza ajena. Hay algunas planos secuencia muy ambiciosos que acaban siendo patéticos.