Eichmann

Estamos ante una película minimalista, con degraciados "flashbacks", pero con interesante tema de fondo: que un hombre aparentemente normal haya participado en la matanza de millones de inocentes.
Me recuerda la temática de otra película recién estrenada ("Good", de Vicente Amorim). Recuerda una tesis doctoral que se hizo en la Universidad de Lovaina sobre los alemanes que trabajaron en Auschwitz: no eran hombres perversos, sino ejemplares padres de familia que no quisieron arriesgar su vida ni la de sus familiares.

No conocía a este personaje, pero si le preguntas a un alemán de la época sí lo conoce.

Sin haber leído algo de él antes de ver la película, ésta me pareció un tanto insulsa, pero tras haber leido un poco sobre su historia me pareció un guión muy flojo que ignoró detalles que le hubieran dado más juego, como las circunstancias de su descubrimiento y secuestro en Argentina.

Expone más bien la parte más reflejada en las películas del "dedo acusador" de su responsabilidad en el holocasto y la parte de vida disipada que tuvo en la contienda.

A mi entender no profundiza como debiera ni ofrece una historia compacta.

En 1960 el criminal nazi Adolf Eichmann fue detenido en Argentina y trasladado a Israel, país en donde fue juzgado y condenado por su contribución al proyecto denominado “Solución final al problema judío".
Antes del juicio fue sometido durante varios meses a duros interrogatorios con el fin de que admitiera su grado de culpabilidad en la elaboración de este plan siniestro, cuyo objetivo era la eliminación de toda la población judía de Europa.

La trama de la película de Robert Young se concentra en esta serie de interrogatorios que se le realizaron a Eichmann y a partir de ahí, y utilizando la técnica del flashback, se va mostrando el accionar y el grado de responsabilidad que este jerarca nazi tuvo durante la época del holocausto.

Sin dudas la película se deja ver, pero la trama presenta algunas fallas. Una de ellas es que no se ahonda demasiado en la compleja figura del protagonista, considerado un monstruo por algunos, mientras que para otros simplemente era un operario dentro de un sistema basado en actos de exterminio.
A su vez hay momentos en la película en los que se hace demasiado foco en aspectos de la vida privada del abogado que lo interroga, logrando escenas que no aportan demasiado a la trama.

La BSO y la ambientación del Israel de los años 60 son correctas, no así las escenas en donde se recrea el holocausto que son mas bien pobres y que le dan a la cinta un aspecto mas de telefilm, que de obra cinematográfica.

Por el lado de los aciertos lo mejor sin dudas es Thomas Krestchmann, que ofrece una interpretación contenida, sin histrionismos, correcta en modos y maneras, algo que se ha convertido prácticamente y con el paso de los años en marca de la casa del siempre acertado actor alemán. Del resto del elenco se destaca Stephen Fry en el rol del ministro Tormer.

En síntesis, para mirar sin demasiadas expectativas.

Película sobre el mayor asesino de la historia, el ideólogo del holocausto nazi sobre el pueblo judío, con más de seis millones de muertos utilizando las técnicas más deplorables para acabar con un pueblo simplemente por sus creencias.

Interrogatorio durante siete meses previo al juicio que acabó con Eichmann en la horca, narra la investigación de un miembro de la fiscalía israelí buscando su confesión, algo que no logró, y para evitar el tedio, además de la vida del agente y su familia, a través de flashback nos lleva a hechos histórico realizados por el monstruo puntualmente.

Como casi todas las biografías, resulta un tanto aburrida a pesar de tratarse de quien se trata.

Mi nota, un 6.

Una interesante película sobre las consecuencias del Holocausto para un hombre mezquino que consiguió salvarse de los juicios de Núremberg, que gracias a un viejo judío que estaba ciego y que descubrió que su vecino en Buenos Aires era el ex oficial nazi Adolf Eichmann, responsable directos de miles de asesinatos de judíos, gitanos y enemigos del régimen.
Parece ser que tuvo un exceso de celo que le llevo a continuar con el genocidio a pesar de que tenia ordenes de no continuar matando.

Una buena caracterización de Thomas Kretschmann interpretando a un monstruo, un villano que es recordado por su maldad y sus crímenes contra la humanidad.
Sobria y correcta actuación del hijo de Jane Fonda, Troy Garity con el pelo engominado hacia atrás, con un físico que me recuerda a otros personajes judíos como Ross Geller o Howard Wolowitz.

El mal forma parte del ser humano de manera inherente, pero el bien también forma parte nuestra naturaleza y tenemos la posibilidad de decidir como obrar. Siempre ha habido guerras y nunca se ha vivido en un estado idílico, eso no ha existido nunca. Aunque en el pasado y en otras culturas y civilizaciones perdidas ha habido magnicidios, me llama mucho la atención lo que pasó en Alemania en pleno siglo XX, con una sociedad moderna, con formación universitaria y cultura se perpetraron asesinatos contra hombres, mujeres y niños inocentes. Supongo que la mayoría de la población no vio venir ni llego a imaginar nada de la Solución Final.