Charada

Después de iniciarse en el cine con películas como Un día en Nueva York, Cantando bajo la lluvia o Siete novias para siete hermanos, Stanley Donen cambió de registro y entró en la comedia, siendo "Charada" una de sus obras más recordadas de este género. La trama arranca con un buen golpe de efecto y continua con la llegada de la protagonista a su casa de París. A partir de ahí comenzará un juego de "ratón-gato" donde no se sabrá quién es quién. Gary Grant nos regala la última gran intervención de su carrera acompañando a Audrey Hepburn que se encontraba en el zenit de su carrera, entre las películas Desayuno con diamantes y My Fair Lady.
Charada tiene todos los ingredientes para pasar un magnífico rato de casi dos horas que se nos pasarán en un suspiro porque Donen quiere que eso sea así, y desea, y lo consigue, que nos hagamos también partícipes de un guión rocambolesco que solo una alta comedia solventaría con elegancia.
Si a eso le unimos las imágenes de un París de principios de los años 60, una magnífica música de Mancini y unas escenas finales donde contendremos la respiración, tendremos en Charada una de las grandes películas que cruzaron la inmortalidad nada más dar la última vuelta de manivela.

Una película que te atrapa desde el primer momento, que consigue mantenerte en vilo durante todo el metraje, que juega con el espectador con múltiples giros y que me da la sensación de que es una de esas que la disfrutas más la segunda vez que la ves.

Tiene toques de comedia y romance pero no destacan mucho y a veces son algo estridentes. Yo personalmente no le veo verosimilitud a la historia de amor y quizás es lo que más me ha desagradado.

Pero está llena de sorpresas, nunca sabes qué va a ser lo siguiente y mantiene esa tensión hasta el mismísimo final. Te hace pasar un buen rato agradable y no solo la protagonista es la engañada, el espectador también cae en las trampas que teje el guion.

Todo un clásico de eterno disfrute con perspicaz guión de Peter Stone que aúna con abundantes dosis de humor inteligente la comedia romántica con la intriga hitchcockiana.

La influencia de Hitchcock ya está presente desde la misma base argumental del film: un personaje común que se ve inmerso de manera casual en un panorama de crímenes.

En esta ocasión ese personaje es una delicada mujer interpretada maravillosamente por una Audrey Hepburn bien acompañada por Cary Grant, formando ambos una pareja de edad dispar que protagoniza esta dinámica historia con aparentes personalidades y un grupo de estrambóticos caracteres poblando una trama repleta de giros inesperados.

Stanley Donen dirige con mucha clase y talento esta deliciosa aventura con ligazón amorosa entre elegantes estrellas, agradecida presencia de carismáticos actores en papeles secundarios y clásicas localizaciones parisinas magníficamente reflejadas por la fotografía de Charles Lang.

La estilosa música de Henry Mancini redondea de manera inolvidable esta brillante y refinada película.

Comedia romántica genuina con un pareja protagonista de lujo, con un reparto actores secundarios magistral, con una banda sonora, diálogos divertidísimos y ambientación estupendas en París y zonas turísticas con escenas llenas de elegancia discreta y buenas ideas.

Sin embargo, en lo que discrepo es en la idea central de la trama, el mc guffin, de que una mujer Audrey Hepburn que está enamorada (o más bien desesperada por enamorarse) acepte a sabiendas desde el comienzo, que Cary Grant le esté mintiendo todo el rato en cosas importantes como la profesión, hasta en seis ocasiones, y ella le acepte incondicionalmente, siendo una persona aceptablemente normal, viendo que él vive en un mundo de mentiras e incluso llegando a pasarse por un ladrón de guante blanco.

La película tiene tal magia que uno no pide demasiadas explicaciones porque no quiere que se acabe la magia, y de hecho he visto esta película varias veces sobre todo cuando estoy triste para animarme, igual que "El hombre tranquilo" pero después en momentos de soledad y oscuridad me pregunto ¿sería esto posible? y me temo que no, radicalmente no, y me fastidia mucho.

No me importan las incongruencias menores, pero si la trama de la película consiste en eso, se recalca esa idea y parece la moraleja no puedo aceptarla, por necesarios que sean para los muchos giros brillantes que tenga la trama, pero la sigo considerando una obra muy buena. Y yo también necesito soñar.

Unos papeles sólo para Audrey Hepburn y Cary Grant, sin ellos la película no valdria la pena.
Muy interesante y misteriosa porque no sabes hasta el final si Cary Grant en el papel que interpreta es bueno o malo, o que sólo defiende a Reggie por interés de su dinero.