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El dilema

Intriga. Drama Jeffrey Wigand, científico y directivo de la famosa tabacalera norteamericana Brown & Williamson, descubre el secreto que la industria del tabaco oculta celosamente: las sustancias que crean adicción en los fumadores. Lowell Bergman, un productor televisivo, arriesga su carrera al invitar a su programa a Wigand, que ve cómo su vida se desmorona tras revelar la verdad a la opinión pública; pero nadie saldrá indemne de esta batalla contra ... [+]
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Críticas 72
Críticas ordenadas por utilidad
25 de enero de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El dilema de Michael Mann es un drama de intriga basado en hechos reales sobre un hombre que fue científico y directivo de una conocida tabacalera estadounidense y se da cuenta de un secreto que crea mayor adicción a los fumadores. Dirigida con un ritmo pausado y con un estilo subjetivo que plasma con verosimilitud unos hechos reales, es una obra penetrante por sacar a la palestra una historia de lo más incitadora para toda clase de públicos por llevar a cabo la complicada y controvertida temática del tabaco que a tantos millones de personas ha matado, concluyendo con ello un film notable en todo lo que se propone para dejar buenas vibraciones tras su visionado, aunque quizás, le sobre un poco de metraje como parte negativa.
La fotografía es lumínica y evocadora en una labor portentosa que es estéticamente apropiada para la historia al estar repleta de matices, cumpliendo con una labor competente. La música es intrigante y a ratos insidiosa por emplear sonidos penetrantes que estimulan y turban al público con sus melodías recónditas que llegan a inquietar al espectador según la escena. Los planos y movimientos de cámara consuman un excelente trabajo a través del uso de la cámara en mano, subjetivos, plano-contraplanos, primeros y primerísimos planos, detalles, voyeur, tercera persona, reconocimiento y seguimiento informales que añaden mayor dramatismo al film.
Las actuaciones son convincentes y remarcables. Como protagonistas Russell Crowe está irreprochable en una brillante labor, Al Pacino está contundente en un decisivo papel en el que brilla con luz propia y Christopher Plummer está persuasivo y lúcido en su tarea, siendo intachables los acompañamientos de Diane Venora, Philip Baker Hall, Colm Feore y Bruce McGill entre otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios elegantes pero llevados con informalidad que son variados según el personaje, en una estupenda labor que junto con los pertinentes decorados, te transportan a cada lugar donde se desarrolla la acción.
El guion, escrito por el director junto con Eric Roth y basado en el artículo de Marie Brenner, está basado en unos hechos reales que crean gran interés en el espectador, yendo de menos a más en una acertada labor que hace comprender en gran modo el poder de las tabacaleras en un sustancioso trabajo que merece la pena descubrir para imaginar, aunque sea a grosso modo, el hermetismo que rodea todo el mundo del tabaco. Esto se lleva a cabo con una narrativa conspiradora y enigmática que es expresiva en sus insinuaciones y marca claramente la desesperanza que siente el protagonista en su lucha por sacar la verdad al mundo. Cabe mencionar también, que el montaje es lineal y seguido y le sobran quizás algunos minutos de metraje.
Concluyendo, la considero una obra indispensable e indeleble en los films basados en hechos reales, de esos que absorben al público por sentirse este parte del problema ya sea de forma activa o pasiva, disfrutando así más de una película de lo más incitadora. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montajes, planos, movimientos de cámara y narrativa que hacen de El dilema, una cinta interesante y turbadora que pone en evidencia a las industrias tabacaleras en su modo de crear adicción en los fumadores.
Elcinederamon
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22 de junio de 2019
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Parece ser que en Estados Unidos le gustan mucho los juicios contra grandes corporaciones o el estado: Jim Garrison pretendía demostrar la conspiración en el asesinato de Kennedy ("JFK"), Atticus Finch quería demostrar la inocencia de Tom Robinson de violar a una mujer ("Matar a un ruiseñor") y Erin Brockovich se formó para denunciar la contaminación del agua por una compañía ("Erin Brockovich"). Y entre todos estos está "El dilema" o "The Insider", como lo llaman en inglés, que me parece un título más de acuerdo a la trama.

Al productor del programa informativo "60 minutos", Lowell Bergman (Al Pacino), le filtran unos documentos técnicos de la compañía tabacalera Brown & Williamson. Con el fin de descifrarlos, se ve obligado a contactar con Jeffrey Wigand (Russell Crowe), un extrabajador que fue despedido por no estar de acuerdo con los químicos que se estaban añadiendo al tabaco. Es ahí cuando Bergman intentá sacar a la luz este entramado, convenciendo a Wigand de que le ayude.

El dúo Crowe-Pacino (aunque esto no sorprende a nadie debido a la calidad de los dos actores) es espléndido. Cada uno tiene su batalla interna: mientras que el personaje de Crowe lucha contra la presión ejercida por la tabacalera y el estrés que hay en su familia, Pacino lucha por la libertad de información y por la censura por parte de los dueños de la cadena. Esto crea dos tramas separadas pero unidas que funcionan muy bien.

Además, a pesar de llegar a las 2 horas y media, la película es liviana gracias a la dirección de Michael Mann, que consigue que durante toda la duración la película no caiga en el tedio y siempre está mostrando nueva información. El montaje también dinámico favorece mucho a la película.

En definitiva, con la mente de Michael Mann puesta a trabajar y el dúo formado por Rusell Crowe y Al Pacino en su máximo esplendor, "El Dilema" es una obra muy interesante que se mantiene fresca y no baja los brazos. Todo esto hace que se posicione como una de las mejores películas de su género.
Marc Fernández
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2 de noviembre de 2019
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193/28(31/10/19) Cumple este film 20 años de su estreno (28/Octubre/1999) y como el buen vino…, me ha gustado más que cuando la vi en su momento. Es un notable film dirigido por Michael Mann a partir de un guión adaptado por el mismo junto a Eric Roth (“Forrest Gump”), a partir de un artículo de Marie Brenner publicado en mayo de 1996 en Vanity Fair titulado "The Man Who Knew Too Much". Un relato ficticio de una historia real, se basa en una intrahistoria del popular programa de información “60 minutos” de la cadena CBS sobre Jeffrey Wigand, denunciante en la industria del tabaco, cubre las luchas personales de él y el productor de la CBS Lowell Bergman mientras defienden su testimonio contra los esfuerzos para desacreditar y suprimirlo por CBS y el ex jefe de Wigand. Lo del elenco actoral es prodigioso en la fuerza que transmiten Al Pacino y Russell Crowe con su protagonismo, con secundarios como Christopher Plummer, Bruce McGill, Diane Venora y Michael Gambon. Fue nominado a siete Oscar, incluyendo Mejor película y Mejor actor en un papel principal (por Russell Crowe).

Cinta que Mann hace que sea apasionante, haciendo que un tema a priori sin enganche, sin tiroteos, persecuciones o explosiones, pues que nos vengan a contar que el tabaco es una droga, es como si nos dicen que la tierra es redonda, no parece dar para mucho. Pero el realizador con un pulso narrativo subyugante nos atrapa en sus redes, desarrollando un thriller fascinante, con unos personajes maravillosamente delineados, con carácter, excelsamente actuados, con intriga, suspense, con caldo de fondo, tratando temas que van más allá del McGuffin del tema de la nicotina, es hablarnos del poder omnímodo de las grandes empresas y aún peor de los lobbies, como son un ente todopoderoso que si lo contrarias puedes ser aplastado como una hormiga, nos habla de la integridad, de la nobleza, de que si importa luchar por lo que crees, en esto paralelizando a los dos protagonistas (el denunciante y el periodista), los dos terminan combatiendo por su Honor, el productor de tv se encuentra con las murallas de los juegos de las grandes compañías, donde importan los dividendos por encima de la verdad, y donde cualquiera puede ser voluble a sus artimañas, quedando patente aquello de que el peor enemigo del poder es la verdad. Ello exponiéndolo con diálogos inteligentes, mordaces, profundos, un increscendo dramático cautivador, en un desdoblamiento ingenioso, donde la primera mitad se dedica a Jeffrey Wigand y su odisea, las amenazas sibilinas que sufre, las dudas que tiene, los temores, lo que afectará en su hogar familiar, la relación que comienza a establecer con Lowell, los sacrificios que afrontará. Para en la segunda parte ceder el testigo a la batalla de Lowell Bergman contra la CBS por estar esta presionada ante una demanda multimillonaria (o al menos esta fue la excusa, pudiendo haber otros espurios motivos), un Quijote que lucha en solitario, para acabar dejando un poso de gran cine. Mann consigue con su habilidad que dos horas y media se pasen de modo ágil, con una fluidez sensacional, con recursos cinematográficos y una ambientación incisiva que te prende en su visión poliédrica de un mundo regido por las grandiosas corporaciones, y con ello entraras en dilemas morales sobre lo que haríamos nosotros en la situación de los protagonistas, te hace reflexionar y eso es bueno.

Michael Mann vuelve a ofrecernos otra historia con parte de sus mantras, donde la testosterona tiene mucho que ver, donde los hombres protagonistas tienen como brújula su inquebrantable sentido del deber, para ello se apoya en una estilo narrativo diáfano, generando intensidad y suspense de una partida nocturna de golf, de un ruido nocturno en el jardín, o de un buzón con sorpresa, goteando información, creando un tejido turbador en la relación simbiótica entre Jeffrey y Lowell, juego de manipulaciones sutiles, donde los dos aceptan entrar en ententes jugosos, doinde las trabas legales se intentan vadear con vericuetos legales, dos protagonistas que primero es Wigand el que debe batallar los innumerables obstáculos, su ética moral y las veladas amenazas son las que le empujan a sacrificarse, perdiéndolo casi todo por el camino, pero se siente íntegro; frente a él está el periodista Lowell Bergman que tras todas las barreras salvadas para que Jeffrey haga la entrevista se encuentra con la censura donde menos la esperaba, en su casa, y entonces entra a jugar la ética moral de otra persona íntegra, y Bergman maniobra para salvar su reputación, aunque al igual que Jeffrey puede perder bastante en su batalla.

Se le puede achacar (siendo un pejigueras) que quizás en su segunda mitad se pierde bastante de vista a Jeffrey, la empatía que generó Mann con el protagonista la cotrta cuasi de cuajo, para quedar opacado por el ´ímpetu moral de Lowell; También la realción de Jeffrey con su esposa e hijos me queda un tanto difusa, vemos que su hija tiene un enfermedad, alguna disputa con su materialista mujer, y de pronto la prole desaparece sin más, se podría haber dado algo más de sí.

Al Pacino está sensacional en su rol de tipo de una pieza, la brújula moral de la historia, incorruptible, puro en sus intenciones, un cruzado en busca de la verdad, sin aceptar pasteleos, puede perderlo todo, pero no su integridad y lealtad. El actor neoyorkino desborda la pantalla con su carisma, con su energía, con su vitalidad, con su naturalidad, con sus subrepticias dotes de manipulación, Grandioso. A destacar la buena química que tiene tanto con Crowe como con Plummer, sabiendo dar cancha a ambos para que el espectador sea el vencedor en estos esplendidos tour de forcé; Russell Crowe en la puede mejor actuación de su carrera (mejor que su “Gladiator”), emitiendo toda una gama de emociones contenidas que relucen entre sus grietas de hieratismo, proyecta mundo interior convulso, tensión, intensidad, profundidad, frustración, ira, presión ambiental, Excelente;…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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11 de febrero de 2024
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Cuando vi esta película aún era fumador. Y me dejó pensando. Mucho.

Resultaba que era la industria tabacalera la que me tenía cogida la vez, la que me enganchaba al tabaco. No era yo. No era mero vicio de la planta tabaquera, eran otras sustancias recónditas y fabricadas e introducidas en los cigarrillos. Vaya. Y me propuse combatir mi adicción que ya no era sólo mía, sino de la industria yanqui del asunto.

Basada en hechos reales, fruto de la locura y el genio de Michael Mann, inspirada en el artículo "The Man Who Knew Too Much" de la revista Vanity Fair.

Con Al Pacino, Rusell Crowe, Christopher Plummer o Diane Venora, todos sensacionales, es la historia en que Jeffrey Wigand, científico y directivo de la tabacalera USA Brown & Williamson, descubre el secreto que la industria del tabaco oculta: las sustancias que crean adicción en los fumadores.

A Lowell Bergman, el productor de TV que sacó a la luz el asunto, la cosa le salió cara; pero en realidad nadie salió indemne de lo que fue una dura batalla contra las tabacaleras.

Y yo agradecí lo que vi y rápidamente entendí de este filme lo malo que había en el perverso hábito del tabaco, lo cual concluyó en que dejé de fumar. Así fue.
Kikivall
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26 de abril de 2024
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Con una tensión que se mantiene durante casi todo lo que dura la película , una dirección tipo cámara en mano por momentos, que personalmente me gusto mucho, y uno de los puntos que mas me gustaron, ese increíble duelo actoral entre el ya consagrado Al Pacino, y el nuevo en auge, Russel Crowe.

Simplemente buenísima, e imprescindible de ver de la filmografía de estos dos grandes.
Cris K
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