El dilema

Un día tuve una conversación con un amigo padre de familia que me llamó poderosamente la atención. Con dos hijas y una vida familiar intensa, comentaba que a sus niñas las quería muchísimo, con locura, pero que aguantarlas es un maldito coñazo insufrible (y perdón por el exabrupto). Afirmaba que ambas cosas no son para nada incompatibles aunque lo parezcan, y que solo un padre o madre lo entendería.
Hagamos analogía con el mundo del cine, que al fin y al cabo es lo que nos ocupa a los que escribimos en esta web.
Existen películas que son objetivamente buenas. Si marcamos unos estándares de calidad, como son la fotografía, la interpretación, la dirección, el montaje y otro tipo de factores narrativos y técnicos, todos los que tenemos un cierto bagaje cinéfilo tenemos que estar de acuerdo en que "El dilema" es buena. Ahí está la caracterización de Russell Crowe, el tema tratado (un poco tabú), la mano firme de Mann, y momentos estelares como por ejemplo cuando Pacino abre bruscamente las cortinas de su habitación de hotel y nos encontramos la impactante estampa de la explanada de las mezquitas. Se nota que lo que cuentan, nos lo cuentan en condiciones.
Pues bien, a veces hay que reconocer, y aquí ya entramos en un punto de vista completamente subjetivo, que algunos títulos que cumplen con esos niveles de calidad, son al mismo tiempo tostones insoportables en los que se mira el reloj, se resopla, se desea que llegue el final y que uno se piensa muy mucho volver en reservar esa importante cantidad de tiempo para volver a verlas.
Me pasa con grandes nombres como "Los diez mandamientos", "Todos los hombres del presidente" e incluso con la mítica "Lo que el viento se llevó".
En común con esas obras, "El dilema" dura mucho, es lenta, tiene muchísimos tiempos muertos, el ritmo envidiaría a un caracol cojo y verla seguida cansa mucho.
Además, engaña un poco porque hay algunos momentos en los que parece que, como thriller que es, la cosa va a despegar y ponerse muchísimo más interesante, pero luego no es así. Al final, es un bucle de diálogo y lentitud. Su problema es que el argumento se podría reducir en muchos minutos y no pasaría absolutamente nada.
El tema del tabaco no lo veo tampoco demasiado "conspiranoico" porque todo el mundo lo sabe, y aun así lo siguen vendiendo (un poco como el negocio de las armas en EE.UU., ya que importa más el dinero que la salud y la vida). Con todo, el film no profundiza demasiado en el tema y se queda como un simple "MacGuffin" de fondo.
Así que, vale. Tenemos a Crowe, Pacino y Mann. Tenemos un buen envoltorio, pero también tenemos un tostón.
Al menos, eso sí, la balanza se mantiene en fino y delicado equilibrio, y la pesadez de verla no se impone a sus virtudes, cosa que sí me he llegado a pasar con otros "piñazos" muy bien valorados como "Lincoln" o "Spotlight".
Así que mi nota la tengo clara. No puedo suspenderla por conciencia cinéfila, pero tampoco me ha resultado excesivamente disfrutable.

Hay veces en las que uno no puede dejar de hacer una crítica después de ver una película, ya sea para bien o para mal. En mi caso me he visto obligado al tener una nota tan alta que creo desde mi punto de vista que es injustamente merecida.
Vale que Russel Crowe hace muy bien su papel (¿Soy el único que le ve un pelín sobreactuado?), deacuerdo en que Al Pacino tambien borda el suyo (¿Soy yo también al único que le parece que este hombre siempre hace el mismo papel en todas sus películas?) Pero lo que no pasa es la dirección. No entiendo de cine, ni de dirección ni de fotografía, pero igual que cuando nos dan a elegir entre una cosa barata y otra cara, sin saberlo nos vamos de cabeza a la cara, desde casi el primer fotograma sabía que algo fallaba, y ese algo era el director. Las escenas a cámara lenta están rodadas para que sientas pena por el protagonista, la técnica de pasar 4 veces el documental, eje de la cinta, metiéndolo con calzador en la trama me ha parecido lo peor, vamos que ha intentado utilizar todos los tópicos posibles para crear con el espectador una empatía que en mi caso me ha matado por lo burda que ha sido.
Dicho esto, de una película que por la trama podía haber sido un "Erin Brockovich" el director la ha convertido en otra película más del género.

Y es que si hay otro film en la filmografía de Mann que pueda estar a la altura de este espléndido film, ese otro es "Heat".
Pero mientras este último es del género en el que Mann es un especialista, el thriller policíaco, "El dilema" se basa en hechos reales, una apuesta de Mann de ampliar sus registros como director, con personajes comunes, trabajadores del día a día, con problemas comunes, aunque eso sí, enfrentados a hechos extraordinarios.
Si bien Sidney Lumet se cabreaba cuando los críticos hablaban de "estilo", y decía que ese estilo se aplicaba en función de la historia que se estaba narrando, no se puede negar que Michael Mann es un director con un estilo muy definido, un esteta, aunque en el mejor sentido de la palabra.
Su manera de filmar, de oxigenar el plano, o de hacerlo muy cerrado, pegando la cámara al actor,enfocando o desenfocando con lentes de objetivo largo, su abstracción, su uso del sonido y la música , su manera nada obvia de dirigir a los actores, de manera atonal, dejando que muestren y no muestren, y dejen entrever ciertas cosas y actitudes, poniendo énfasis en sus psicologías...
Michael Mann, y esto hay que decirlo ya, es uno de los mejores directores de cine en activo, al nivel de los mejores, Scorsese, Spielberg, Coppola, Woody Allen...sé que igual hay más de uno que se echa las manos a la cabeza, pero creo que hay que fijarse en su cine para constatar de que es un tío serio que se toma com mucho respeto el medio cinematográfico.
"El dilema" es un magistral film, que a casi 20 años de su realización mantiene intactos su modernidad, su honestidad a la hora de contarnos su historia, y tristemente resulta muy actual en cuanto al mundo que vemos cada día, dominado por las grandes empresas y corporaciones.
En cuanto a los actores, se confirma la Maestría de Gran actor de Russell Crowe, en un personaje y actuación en la que en vez de mostrar, intenta esconder y no expresarse, un composición muy compleja que no está al alcance de cualquier actor ( sí, deberían haberle dado el Oscar por este film, pero yo no reniego de que en Gladiator no se lo mereciera, un film en el que él lo es todo y derrocha carisma a raudales).
Todos los demás actores derrochan naturalidad y saber hacer, Christopher Plummer está soberbio como Mike Wallace, y es de elogiar que a su edad y experiencia todavía sea un actor de diferentes registros y esté abierto a nuevos retos interpretativos.
Pero yo me quedo sobretodo con Al Pacino. Volviendo a ver este film, para mi hace una de sus mejores composiciones, a la altura para mi gusto de sus mejores interpretaciones que son en la trilogía de El padrino (sobretodo en la segunda), El precio del poder (inmortal su Tony Montana) y Atrapado por su pasado.
Los años no le han sentado bien a Pacino, igual que a su homólogo Robert de Niro, cuya calidad interpretativa ha bajado varios peldaños.
Pero aquí, en "El dilema", Pacino ofrece todo un recital, en un personaje en principio un tanto secundario, pero que a mitad de la película toma el protagonismo, en el de un periodista honesto e íntegro de verdad, sin coartadas morales ni intelectuales, un profesional de su oficio que no se casa con nada ni con nadie, tan sólo con su propio código ético.
Tengo la sensación de que ya no quedan periodistas como Lowell Bergman, en un mundo cada vez más (des)informado.
Pacino coge el toro por los cuernos y lo da todo en su papel, en un personaje que lucha, y lucha sobretodo por su palabra dada.
Michael Mann es uno de mis directores predilectos, siento gran admiración por él, pero siendo honesto, y volviendo a ver esta Obra Maestra, he de reconocer que no ha vuelto a estar a la altura de este excelente film que es "El dilema".

Excelente película sobre el mundo del periodismo y los poderes fácticos. Una presentación impecable de dos grandes actores. Pacino esta consagrado y aquí hace un gran papel a su medida.
Pero Russell Crowe demuestra unas cualidades interpretativas tal y como hizo en Una mente maravillosa. Un actor camaleonico capaz de meterse en la piel de un gladiador hercúleo y capaz de interpretar a un hombre corriente, con problemas con la bebida, con su mujer, consigo mismo y cuya personalidad te atrapa durante toda la película.

El tira y afloja que tienen los dos protagonistas durante la primera mitad de la cinta es buenísimo, inigualable. Es como un juego de seducción de dos enamorados que quieren estar juntos y todo va despacio y fluyendo como por arte de magia.

Gran papel de Cristopher Plummer, un secundario de lujo con una buena aportación en la parte final con Philip Baker Hall. Así como Diane Venora en la primera parte.

Imprescindible, hay que verla para entender que a veces David ha ganado a Goliat y que se puede hacer una película basada en hecho reales y darle emoción, la película aunque previsible, mantiene una tensión constante hasta el final.

Muy destacable la música, muy bien escogida y dan mas calidad a la película. Un notable le doy esta cinta, bueno casi.

Film basado en hechos reales donde hay una lucha moral por parte de Russel Crowe entre mostrar al mundo una verdad que las grandes industrias tabacaleras esconden o cumplir con su obligación contractual de la cláusula de confidencialidad.

Grandísimo papel de Al Pacino y espléndido Russell Crowe. Lo peor es descubrir que la realidad supera la ficción y que hay muchas verdades que las grandes empresas nos esconden.

En el transcurso de la película vives la desesperación y el sentimiento de impotencia de los protagonistas. Es una película de velocidad lenta pero que te puedes perder con facilidad por los cambios de escenas y de personajes que hay.