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Redada asesina 2 (The Raid 2)

Acción. Thriller Poco después de finalizar la sangrienta redada, el inspector Rama se ve obligado a infiltrarse en las filas del sindicato del crimen de Yakarta con el fin de proteger a su familia y descubrir la corrupción en el seno de su propia fuerza policial.
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Críticas 59
Críticas ordenadas por utilidad
3 de diciembre de 2020
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
389/30(29/11/20) Apoteósico film de acción dirigido, escrito y editado por el galés Gareth Evans en una producción indonesia, para lo que es la secuela de la exitosa “The Raid” (2011), protagonizada por el mismo Iko Uwais (también coreógrafo de la película) a la que supera en mucho. Obra donde predominan las peleas de artes marciales, concretamente el estilo de lucha indonesio ‘penkat silat’, donde conforme van sucediendo las peleas, batallas, acuchillamientos, martillazos, caídas, atropellamientos, disparos, roturas de huesos, van sucediéndose los cadáveres cual tsunami incontrolable, en algo cercano a (perdóneseme la comparación) un ‘holocausto’. La cinta torna de la claustrofobia de un decrepito edifico marginal de Yakarta, a espacios abiertos, guerras en patios embarrados de presidio, persecuciones sangrientas en coche, peleas en trenes, en BMW, en cocinas, en la nieve, en discotecas, en una nave de pornografía, en despachos lujosos, y ello en unas ‘danzas’ de luchas sublimes en su violencia atávica.

Hay villanos ‘cool’ como esa pareja, él especialista en dar caña con un bate de base-ball y la pelota, y ella una hermosa (Julie Stelle) gacela con gafas de sol que maneja con híper-violencia dos martillos (influencias de “Old Boy”), o un hábil malo malísimo con par de dagas curvas. Una película con más guión que la anterior, queriendo dar una pátina de tragedia shakesperiana con ese padre con un hijo díscolo que ansía heredar demasiado pronto (en la primera parte era un conflicto entre hermanos), enmarcando el un microuniverso de criminales con lealtades volubles, donde la traición no tiene límites. Pero se sigue sintiendo algo naif cuando se desencadena la acción, todo lo que importa es impactar al espectador con una filmación y edición excelsa en lo diáfano que nos llegan las imágenes, con caídas y golpes sin cortes, en un encadenado continuo de peleas, persecuciones y muertes, degollamientos, extremidades destrozadas, aplastamiento de cráneos, ejecuciones, ‘asado de rostros’, manando sangre cual fuentes, con una estruendosa brutalidad (ayudado por el híper-realista sonido) algunas paradas para intentar dar fondo a los personajes y la historia, pero cuando termina te das cuenta que eso solo era un McGuffing, pues todo queda en el mantra de ‘Hay que acabar con todos para sobrevivir’. Tampoco es que el modo de hilar la primera parte con esta segunda se siente orgánico, más se ve como algo forzado para aprovecharse del tirón de la primigenia. El presupuesto de Evans fue de $ 4,5 millones. El galés de 34 años tenía tan poco dinero que tuvo que alquilar una cámara RED Epic de alta tecnología para las tomas en cámara lenta.

Evans demuestra un gran sentido de proyectar al espectador nítidamente las peleas, con movimientos de cámara ágiles, con barridos, con pocos cortes para dar realismo en los enfrentamientos, con recursos impresionantes como cruzar tres autos en una secuencia de persecución. Siendo epopéyica la coreografía creada por el propio Evans, junto al protagonista Uwais en conjunción con Yayan Ruhian (tenía un papel de malísimo en la primera parte, aquí tiene otro distinto con aspecto de vagabundo con greñas y barba desaliñada). Donde muchos de los ententes sangrientos se dan con un oponente frente a un puñado de malos esperando su turno, en algún caso inverosímil la paciencia de los que esperan sin atacar, pero en otros ingenioso y plausible como se aprovechan pasillos o habitaciones estrechas (un retrete). Hay que dar la licencia que debemos aceptar que las armas de fuego son algo escaso en este inframundo, pues si las utilizaran más, las peleas cuerpo a cuerpo tendrían poco sentido. Con un fascinante manejo del diseño de sonido para híper. Sonorizar los golpes, desmembramientos, roturas de huesos, sumado a elementos que enfatizan momentos de intensidad con ‘slows’.

Siendo homéricas algunas set pieces, como al que se da en el pasillo de prisión, rodada en planos cenitales; al batalla campal atávica que acontece en el patio embarrado del presidio; La emboscada de decenas de sicarios a Prakoso (Yayan Ruhian) en el club nocturno, con ese final fuera sobre la nieve a ritmo melancólico del “Sarabande” de la "Suite en re menor" de Handel, que recuerda indefectiblemente a la kubrickiana “Barry Lyndon”. Por cierto la intra historia de Prakaso con su hijo, termina resultando un pegote que parece tendrá importancia y ser queda en nada; La impresionante persecución a varios niveles, desde peleas en el interior de un SUV, en miscelánea con una persecución con choques y disparos, arrollador tramo. Con cuerpos lanzados al vacío, otros rastreados, aplastados, atropellados, estrangulamientos, formidable. Aunque en su debe hay una edición sincopada que torpedea en el enfrentamiento claustrofóbico en el coche; La presentación de la pareja de mercenarios que parecen salidos de un film tarantiniano, me refiero a ‘Hammer Girl’Lady Hammer (Julie Stelle) y ‘Baseball Bat Man’ (Very Tri Yulisman), siendo la primera una colosal secuencia con la bella joven en un vagón de metro contra varios guardaespaldas de un mindundi, cual duelo del oeste se ponen frente a frente los oponentes (antes los pasajeros salen despavoridos al ver a la chica sacar sus martillos), desatándose una contienda sanguinolenta magna, con golpes, enganchones, hemoglobina, desgarros, con un sembrados de muertos por el suelo. También el hombre del bate primero a golpes con movimientos cual baile medido al milímetro, y finalmente lanzando la pelota con el bate contra las cabezas; La batalla de Rama contra ‘Hammer Girl’Lady Hammer y ‘Baseball Bat Man’ en un pasillo, las palabras se quedan cortas para describirlo, sobre todo para no repetirme en la maestría; Y por supuesto la grandiosa pelea climática en la cocina entre los dos antagonistas más versátiles en las peleas, en este caso apareciendo cuchillos curvos, sencillamente sublime.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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19 de diciembre de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la redada de la primera película, el inspector Rama se ve obligado a infiltrarse en las filas del sindicato del crimen de Yakarta para descubrir la corrupción en la propia policía.

Da muchas vueltas para llegar a un buen final, donde tras la lluvia de peleas y golpes de todo tipo, deja una película aceptable.
Llena de acción y artes marciales, para los enamorados del genero hará las delicias.

El desenlace, será The Raid 3 donde todo sucederá dos horas antes, otra lluvia de ostias y peleas estará garantizada por Gareth Evans, con el que todo comenzó queriendo grabar un documental sobre el pencak silat, un arte marcial que forma parte del legado cultural indonesio y termino creando esta trilogía.

Lo mejor: La escena en el metro con Julie Estelle y sus martillos.
Lo peor: Cuesta llegar a su final.
Shevchenko
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27 de junio de 2014
2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el 2011, Gareth Evans salió mayoritariamente elogiado tras engendrar un carnaval desbordante de acción con el lanzamiento de The Raid: Redemption. Aquí vuelve a escribir y a posicionarse detrás de la cámara (con una notoria mejoría en cuanto a los recursos que maneja) para apostar a una secuela, con todo el desafío que ello le pueda implicar ante su predecesora, la cual obtuvo una buena cantidad de críticas positivas. Imprescindible resulta en The Raid 2: Berandal, la presencia de Iko Uwais, esa especie de máquina noqueadora indonesia. Con pros y contras, esta segunda parte es, en líneas generales, superior a la primera entrega.
Evans intenta ser un poco más profundo en cuanto a la trama que aborda. De hecho se vale de prácticamente dos horas y media de metraje contra los poco más de noventa minutos que portaba la proyección que abría el telón tres años atrás. Aprovechando su extensión, el director apela a escenas en donde los diálogos cobran mayor protagonismo, mientras que, lógicamente, el tiempo restante lo ocupan los estruendosos y sangrientos enfrentamientos cuerpo a cuerpo.
Mafia, engaño, traición y puja por el poder son algunos de los elementos que se utilizan para sacarnos y darnos respiro ante cada pasaje rebosante de adrenalina y entusiasmo. Nuestra implacable figura central (Iko Uwais), no tiene otra opción que interiorizarse en una banda pesada con el fin de proteger a su familia y descubrir la corrupción dentro de la fuerza de policía.
The Raid 2: Berandal, gana puntos en parangón con el anterior film en cuanto a locaciones y sitios en los que se llevan a cabo las peleas (bares, suburbios, callejones y hasta dentro de un auto). La cámara, inquieta y nerviosa, se desplaza de un costado a otro, de arriba hacia abajo, de forma ágil y dinámica para darle fuerza e imprimirle todavía más vértigo al vendaval de golpes de puño, patadas, martillazos y cuchillazos que se reparten “a troche y moche” entre los personajes.
Más allá de una esperada recurrencia a resoluciones exageradas y cuestionables, como también ocurría en el inicio de la saga, la película sale airosa en cuanto a todo lo que estreche la mano del apartado técnico. La ambientación de los escenarios coopera para facilitarle al espectador su visionado.
Entretenida más que nada para pasar un buen rato y, sin trascender, The Raid 2: Berandal invita al público a disfrutar de unas cuantas instancias de lucha, artes marciales e incluso persecuciones en donde Gareth Evans no escatima al momento de derramar y salpicar la pantalla de sangre.

LO MEJOR: bien filmada. Ágil, se percibe más firme y mejor elaborada que la primera entrega. Las escenas de acción, lógicamente.
LO PEOR: en los instantes en que se vuelve monótona. Exagerada y con cuestiones discutibles, propias del estilo del film. Extensa en metraje.
PUNTAJE: 6,5

http://cinefiloclub.blogspot.com.ar/2014/06/the-raid-2-berandal-critica.html
Alaneche
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7 de diciembre de 2014
5 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se bien que tiene que ver ésta segunda parte con la primera, por un lado y por otro indudablemente coincido con algunas críticas que la ven sobrebalorada. Mucha acción: si mucha, bien hechas la escenas de pelea, si bien hechas, pero un luchador que puede con 15 contricantes, no puede luego contra uno solo ¿¿¿¿¿¿¿???????? En fin con una trama en la que quedan muchos puntos oscuros y con un protagónico más apático e inexpresivo que Harrison Ford, aguantarse éste filme las dos horas y media que dura se torna en más de un momento inaguantable.
humael
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