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Minari. Historia de mi familia

Drama David, un niño coreano-americano de 7 años, ve cómo a mediados de los años 80 su vida cambia, de la noche a la mañana, cuando su padre decide mudarse junto a toda su familia a una zona rural de Arkansas para abrir allí una granja, con el propósito de lograr alcanzar el sueño americano. (FILMAFFINITY)
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Críticas 67
Críticas ordenadas por utilidad
8 de junio de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia que aparenta sencilla, pero con varias capas de profundidad. Si nos guiamos por su premisa, trata de una familia coreana inmigrante en Estados Unidos en los años ‘80 cuyo padre, harto de un trabajo monótono y mal pago, toma la decisión de llevar a todos a vivir al medio del campo para así armarse su granja y triunfar en la supuesta “tierra de las oportunidades”. Todo esto visto casi exclusivamente desde la perspectiva del menor de la manada: David, de 7 años (el cual tiene mucho del propio director, según afirmó él mismo).

Si bien la trama va a girar en torno a las dificultades con las que se van encontrando para lograr su objetivo, sirve de soporte para explorar varios aspectos de la cuestión inmigratoria, el sentido de pertenencia y la identidad cultural, los problemas de adaptación, como así también la disputa entre el conservadurismo y la búsqueda de realizar los sueños, o cuál es la medida del éxito.

El film tiene una mezcla de estilos, ideal para reflejar esta amalgama cultural de su director y la familia protagonista, en el cual podemos encontrar rasgos típicos del cine yankee, como ese retrato “virgen” de la América profunda y la trama en pos del “sueño americano”, pero así también detalles del cine coreano, como esas pinceladas de humor trágico o fatalista, atinadamente expresado más que nada en el personaje de la abuela.

En lo que respecta a aspectos técnicos, no es algo sobresaliente, aunque se puede apreciar cierta belleza estética por momentos. Su fuerte está en el guion, con personajes contrapuestos y diálogos muy bien desarrollados, y las actuaciones, llevadas a cabo magistralmente, incluso en los niños.

Una historia tierna y poderosa, narrada de manera amable, delicadamente, muy humana.
Max Musimessi
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22 de marzo de 2021
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
He ido al cine a verla sin demasiadas expectativas a pesar de sus premios y buenas críticas. Después de haberme visto más de 500 películas, he desarrollado la habilidad de saber medianamente si algo me va a gustar o no con algo tan inocuo como el tráiler. Eso me ha pasado con Minari.

Creo que ha sido entretenida y tiene cierto hilo del cual, no te desenganchas pero tampoco te quedas totalmente prendado. Ha intentado transmitir unos valores que se han quedado a medio cocer (todo esto desde mi punto de vista).
Películas como "parásitos" me han cautivado muchísimo más.

Claramente el covid ha tocado las fibras más sensibles de muchos de nosotros, pero para mí no tanto como para considerar esto una obra maestra. A día de hoy, cualquiera estamos viviendo el gran "sueño americano" intentando sobrevivir en las condiciones de precariedad y desilusión en las que nos encontramos.

No lo sé Rick, parece falso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Derisse
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26 de febrero de 2021
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El minari (apio de agua) es una hierba coreana que en la cultura de aquel país simboliza la resistencia, la tradición y el sacrificio, la abuela de la familia lo cultiva cerca de casa como un recuerdo sincero de la historia universal de los inmigrantes que buscan una nueva vida en otro país, sin dejar de recordar las tradiciones de su tierra natal. 

Nos cuenta la historia de la familia Yi. Jacob el marido ha arrastrado a su esposa y sus dos hijos de California a los Ozarks en Arkansas. Acaba de comprar un terreno para comenzar una granja donde quiere cultivar vegetales coreanos para venderos a los emigrantes de aquella comunidad. Tendrán que vivir en un tráiler al que además se suma la madre que Jacob trae de Corea.

Mientras trabajan en una granja de pollos industrial para ganar algo de dinero "sexando" a los animales (separando a los pollos por género y descartando los machos, ya que solo se consumen las hembras), las cosas no van demasiado bien, y salir adelante va a ser un trabajo difícil...

Parte del film se ve a través de la perspectiva del hijo pequeño David, un crío de salud delicada porque posee una enfermedad cardiaca que le impide hacer esfuerzos. El director Lee Isaac Chung se inspira en su infancia como hijo de inmigrantes surcoreanos en las zonas rurales de Arkansas, consiguiendo darle el tono perfecto a la unidad familiar con mucho respeto y cariño algo que consigue que la historia te llegue bien.

A los protagonistas Steven Yeun, Yeri Han, Yu Jung Youn, Alan S. Kim, Noel Kate Cho, se le une un personaje pintoresco, humilde y profundamente religioso que es Will Patton, el cual le ayudara en la granja.

La película es una mirada cariñosa, libre de cualquier sentimentalismo barato, que con situaciones cotidianas componen una entrañable historia.
Destino Arrakis.com
videorecord
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22 de marzo de 2021
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Minari, que significa apio de agua, está dirigida por Lee Isaac Chung, quien se ha visto nominado a los Oscars a mejor director, incluyendo también mejor película, guion original y banda sonora. Los dos que quedan son para sus intérpretes, en este caso a mejor actor para Steven Yeun, primer asiático nominado al galardón que conocemos de la escena más icónica de The Walking Dead, y a mejor actriz de reparto para Youn Yuh-Jung, la abuela de la familia. Gran cantidad de nominaciones que, sin embargo, posiblemente caigan en saco roto por la gran competencia contra la que luchan.

Una familia coreana se muda a Arkansas buscando una nueva oportunidad en la tierra del éxito y de los sueños. El cabeza de familia (Steven Yeun) y su mujer (Han Ye-ri) tienen una hija (Noel Cho) y un hijo pequeño afectado del corazón (Alan S. Kim), de ahí que hayan optado por la vida rural y por dedicarse al campo y a la plantación de productos coreanos, ya que en América son desconocidos, pero existe gran cantidad de inmigración de su país. Lo ayudará un jornalero muy peculiar (Will Patton). MINARI no se centra en sus dificultades de integración, sino en la convivencia familiar, convirtiéndose en un relato donde suceden todo tipo de acontecimientos que afectan a sus protagonistas. El espectador asistirá a ese desarrollo casi hipnotizado por ese niño y su relación con la abuela, o con los problemas que surgen al padre de familia y que parecen querer derribar un matrimonio.

En definitiva, MINARI no ha sido nominada a 6 Oscars por nada. Es una película que narra una vida familiar; un relato existencial que nos lleva a la Arkansas de los años 80, a una forma de ver la vida, unas costumbres y una cultura que pretende sobrevivir al fin y al cabo. Es delicada, humana y bonita, por lo que gustará a aquellos que valoren un gran conjunto. No os la podéis perder.
XuCoOo
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24 de marzo de 2021
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conocemos a la distribuidora A24 por producciones cinematográficas enfocadas generalmente al cine de terror, las cuales son "Hereditary", "The Lighthouse" y "Midsommar" las más conocidas. Sin embargo, tenemos aquí un drama ambientado en los años 80. Lee Chung nos trae una historia en la que una familia coreana va en busca del sueño americano y para ello deciden mudarse de la ciudada al campo, con el pensamiento de que plantar productos coreanos en tierras americanas sacará un buen beneficio. Tengamos en cuenta de que la familia es un recuerdo de la suya propia, de forma que la disposición autobiográfica está presente de una forma realista, cautivadora y tratada con un cariño muy singular.

En el proceso de conseguir una vida mejor, habrán conflictos en la familia que por supuesto avivarán el drama, lo cual le acompañará una gran puesta en escena que intensificará todos los elementos que componen el largo camino hacia el éxito. Es muy impactante las formas en las que se adapta esta familia porque para ello tendrán que cambiar sus costumbres coreanas por las actitudes conservadores y tradicionales de la vida americana del campo.

Lee Chung usa un humor satírico con el que intenta explicar el absurdo que supone "el sueño americano", Sam Mendes lo llevó hacia la destrucción de la familia en "American Beauty", no obstante, "Minari" se lo toma con más calma. En cuanto al género de la obra, no es una trama intensa y pesimista, lo cierto es que la naturalidad que transmite retrata a unos personajes que se alejan del enfoque lacrimógeno para situarse en la historia de una forma más madura. Es perceptible el cuidado de Lee Chung a la hora de retratar su historia, es una entrega total y equilibrada al cine y al público.

El guion mantiene en buena forma la premisa argumental, esculpiéndose como una historia con giros bien estructurados y una transformación brutal de la familia y de sus aspectos más dramáticos. Incluso se toma su tiempo para poder ser divertida. Una de las cosas que también expresa el optimismo que se cuela por momentos en el filme es ese retrato del sentimiento religioso desde el punto de vista de un personaje secundario más importante de lo que parece. Podría decirse que es una influencia externa.

Una influencia que provocará diversos actos y concepciones, escenificándose de forma ambivalente para los miembros de la familia y también para el espectador, dado que sabe servir de recurso humorístico al mismo tiempo que se plantea como apoyo moral. El filme configura el empleo del "enfan´t terrible" como motor para crear situaciones tristes, divertidas, inteligentes y emotivas. Es una pieza que une ambos lados de la construcción del drama: las bajadas de ánimo y la reanimación de las buenas emociones.

La dirección de Lee Chung se vuelve apetecible, rítmica y con un conocimiento de la ambientación muy rica en detalles. Es un goce visual ver como una producción adapta las directrices cinematográficas en función de los distintos pasajes del argumento. No es una película donde prevalezcan los conflictos raciales, están presentes como algo subyacente a los miembros familiares pero no es algo más importante que la reconstrucción del amor en un momento donde la salvación de la economía digna es un factor prioritario.

Se podría comparar con "Parasite", su diferencia radica en que "Minari" establece unas raíces más precisas, su elaboración tiene más relación con la concepción del "sueño americano" en espacios menos urbanísticos, lo cual establece una contraposición ligada a otros aspectos. Es perfecto el leit motiv que no sólo referencia la significación del título del filme sino lo que realmente necesita una familia. "El sueño americano" es reconvertido para formalizar la verdadera importancia de una familia que no separará sus lazos en ninguna circunstancia.

Un enfoque bastante emotivo, muy inteligente y con el merecido reconocimiento por parte de los galardones que podría llevarse este año. Sabe conectar de una forma muy coherente con una visión de la vida que todos tenemos, pero nos lo hace olvidar un neoliberalismo inhumano.
Ismael Alzola
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