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Raíces profundas

Western Estado de Wyoming, a finales del siglo XIX. Shane, un hastiado pistolero, llega a la granja de los Starretts, un matrimonio con un hijo que, al igual que los demás campesinos del valle, se encuentra en graves dificultades, pues el poderoso ganadero Rufus Ryker pretende apoderarse de sus tierras. Cuando Ryker se entera de que Shane es un hábil pistolero, le propone que trabaje para él. Ante su negativa, contrata a Jack Wilson, un ... [+]
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Críticas 84
Críticas ordenadas por utilidad
24 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se dice que "algo tiene el vino cuando se le bendice". Shane es una de esas películas cuyas bondades no se describen centrando críticas en tal o cual aspecto, sino que simplemente, se aprecian a través de una especie de "sexto sentido" que tiene mucho que ver con el mundo interior del espectador, algo muy parecido a lo que sucede con las artes plásticas.
George Stevens fue siempre un gran director de sentimientos poderosos, pero íntimos, que jamás caían en la trampa del empalago ("serenata nostálgica) o grandiosos y expeditos pero sin el ridículo de los excesos ("gigante")
Anticipándose al espíritu de ésta última, Stevens vuelve a poner en fotogramas grandes retazos de grandes hechos. Y en concreto, los más significativos del devenir histórico de los Estados Unidos: Lucha de ganaderos y granjeros en ésta, frente a la de "grandes ganaderos" y petroleros en aquélla.
Para ello, Stevens orquesta una historia en la que el más puro epicismo histórico, se une a la exploración de los íntimos sentimientos encontrados, con tal maestría que el uno no se entiende sin la otra.
Shane, cuyo título original, subraya el espíritu evocador que destila la película, con más precisión que el que le pusieron las distribuidoras españolas ( para mi gusto) funciona a la perfección, no por su fotografía, ni por su argumento, ni por la elección de los actores, ni el aprovechamiento de los paisajes, ni por los diálogos, sino por una extraña, pero muy explicable sinergia entre todos estos componentes que se unen para crear magia en el más puro sentido cinematográfico. Al ver "Shane" y más aún cuantas más veces se la haya visto, se tiene la impresión de que la película "se escapa de las manos", como si lo creado, por una vez, superase las intenciones, evocando y produciendo emociones que van más allá, incluso de lo pretendido. Pero, justamente en eso consiste la magia: en lo indescifrable. Una magia que adquiere su máximo nivel de belleza crepuscular, cuando un sobrio (y por eso doblemente magnífico Alan Ladd) cabalga lejos del hogar deseado hacia un horizonte tan grandioso como inapelable, en bellísimo tecnicolor. Y todo ello, con una de las partituras ( The call off the faraway hill) de Victor young, más bellamente evocadoras jamás compuestas para el cine. Los pelos de punta..oiga. Obra maestra.
el feroz
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30 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada película tiene su edad y la de ésta es la edad de la infancia, hay que verla con los ojos de Joey (Brandon De Wilde), el hijo de los Starrett, y verdadero protagonista del largometraje. Ya tendremos tiempo, como adultos, para perdemos ante la provocación a un adulterio, ante nuestras vanas disquisiciones sobre la justicia, y ante vacuas e inútiles reflexiones sobre lo que verdaderamente es la valentía; pero con ello ya no gozaremos con la ingenua curiosidad de un niño hacia la violencia y su innata admiración hacia un pistolero. Por eso resulta tan difícil hacer entender el porqué de la admiración que algunos sentimos hacia esta obra de la cinematografía del oeste. Un porqué que no puede comprender quien no la visionase siendo niño.

En cualquier caso deberán reconocer conmigo que es tremendamente innovadora, recuerden que fue rodada durante el año que hizo el cincuenta y tres en el siglo pasado y compárenla con otras de sus congéneres y coetáneas. Vean lo distinta que es, vean como escapa al típico y tópico relato de la época, vean esa impávida mueca, esa inconmovible sonrisa del malo por antonomasia (Jack Palance), vean sus ralentizados duelos rodados diez años antes de los de Sergio Leone, vean luego, “Sin perdón”, o ,“El jinete Pálido”, y díganme en sinceridad si estas fantásticas y modernas películas no le son deudoras.

Se nota en ella que George Stevens es un gran director de melodramas, de ahí quizá que, “Raíces profundas”, sobrepase el encasillamiento en el género del oeste, y que vaya mucho más lejos de los clichés de éste; mostrando un melodrama en el que una ya madura Jean Arthur, un Alan Landd más antihéroe que nunca y un Van Heflin inconmensurable; conforman los tres lados de un triangulo que se mostrará irrealizable fundamentalmente por la altura moral de un personaje solitario que halló en una familia, una oportunidad en la que redimirse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Plácido Eldel Motocarro
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18 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No conocía esta película, o no la recordaba al menos, pero tengo que decir que me ha sorprendido gratamente. Tampoco había leído nada, mi única referencia era el 7,7 (que no me influyó, sino miren otra críticas que he escrito). Pero Raíces profundas tiene suficientes argumentos para el notable, pues todos los elementos que la componen rayan a una altura considerable. Eso significa que le encuentro pocas cosas significativas en el aspecto negativo, que aunque las tiene, no tienen excesivo peso.

Lo que me gustaría destacar:
1.- Esos paisajes, ese color, esa música...no soy un experto ni mucho menos en la técnica, pero aprecio que todo ello acompaña estupendamente la historia.
2.- El elenco está a la altura del 8: a) Alan Ladd comedido, sobrio, quizás no lo conocemos bien pera en mi opinión encarna algo así como el elemento que eleva a otro nivel las vidas de los granjeros, me da la sensación de que es un personaje simbólico, a veces un espejo para sus amigos, otras lo que pueden llegar a ser; b) Jean Arthur está espléndida, encarna la dulzura y la comprensión, la serenidad de lo femenino, también el sentimiento más profundo, una gran mujer; c) el niño Brandon es el testigo infantil de la historia, de hecho la narración parece por momentos que procede toda desde su óptica, inocente, limpia, básica; d) Van Heflin, hombre solvente, no es un tarugo, tiene más inteligencia que muchos héroes del cine de hoy, un hombre de principios, un hombre con una comprensión profunda de las cosas esenciales, y con mucho valor; e) los "malos", destaco a Jack Palance, su presencia es magnética, poderosa.
3.- Quizás lo que más destacaría, y que más disfruté, fue ese ritmo pausado pero intenso. Toda la cinta tiene como una especie de halo de verdad, de belleza, de concisión profunda, de calma espiritual. Algo se respira que te llena, aunque sea intranscendente. No se requieren grandes diálogos, discursos abrumadores. El mejor discurso está en los rostros, en las poses, en las presencias, en el silencio. No sé como lo ha hecho George Stevens, quizás porque buscó lo sencillo, no sé.
4.- He leído, tras el visionado, a algún usuario que se ha identificado más con los vaqueros, en los argumentos de éstos para que los granjeros se vayan de las tierras o trabajen asalariadamente para aquellos. Para mí el asunto no tiene discusión: Los vaqueros representarían al poderoso, o al Estado, tienen mucho pero quieren más, quieren maximizar su poder, y es ese uno de los peores males a los que hemos llegado en la actualidad: Cuando unos alcanzan un exceso de riqueza crean una desigualdad que sólo atrae destrucción. Los granjeros no quieren mucho, una vida digna, un trabajo justamente recompensado. Además, el trabajo asalariado no es más que otra forma de esclavitud, reflexiónese esto para entenderlo.
5.- Maravillosos y abandonados ya, los valores que promueve la película: La familia, el compartir entre iguales, el valor ante la fuerte adversidad, el reconocimiento de la valía de tus iguales, la fiesta comunitaria, el saber estar, el trabajo con las manos. Planteado de manera sencilla, en mi opinión sin apenas ñoñería, yendo a lo esencial, se respira algo que está en vías de extinción.

Terminaré en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tombol
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24 de septiembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La década de los cincuenta no sólo fue la mejor para el cine americano (tuve la suerte de crecer con aquellas películas), sino de modo muy especial para el género western. Aunque ya hubo muestras más que notables en la década anterior, fue en los 50 cuando se consolidó el llamado superwestern o western psicológico, donde el estudio de los personajes importaba más que la pura acción.

“Raíces profundas” no sólo es una muestra representativa de ese tipo de cine, sino una de las películas del Oeste más míticas y populares. Los motivos son claros: Un tema muy propio del género –las luchas entre agricultores y ganaderos por la tierra, tema histórico dentro de la época de la colonización--; un argumento con fuerza –el pistolero que no se sabe ni de dónde viene ni a dónde va y que, a pesar de querer olvidar su pasado violento, se ve obligado a tomar partido y a desenfundar las armas--; y, como novedad, el punto de vista de un niño desde el que se cuenta la historia y su admiración por el misterioso pistolero.

Por otra parte, el film es muy bello, gracias al calor humano que se respira en la familia protagonista, a unos paisajes impresionantes y a la música de Victor Young que va marcando el comportamiento de los personajes y las diversas emociones que se entrecruzan entre ellos: el respeto, la amistad, el amor callado, la unidad de la familia, la fascinación, la soledad… Al frente del reparto, Alan Ladd, un actor con escasos registros interpretativos, pero que aquí hizo su mejor papel y, por supuesto, por el que más se le recuerda. Copio a continuación un pequeño texto del libro “El universo del western”:
“Raíces profundas emociona, tiene una cierta pureza visual, los espacios respiran, se palpa la tierra y el barro, la madera y la lumbre, los gestos son reales y las miradas entre los personajes están cargadas de significado.”

Lo mejor.- La belleza de toda la película, gracias especialmente a la fotografía y a la música.

Lo peor.- Algunos momentos en la granja familiar resultan hoy un tanto pasteleros y la película no ha envejecido del todo bien.

El momento.- El principio: La llegada de Shane, el jinete solitario, a la granja de los Starrett, en un paisaje nevado, y ante la mirada perpleja del niño.

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Cinemaparadiso1951
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26 de enero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, de raíz, de cuajo, sin contemplaciones es como se arrancan las muelas o las malas hierbas ... y los vicios y las malas costumbres.
Para que arraigue bien un nuevo árbol hay que arrancar primero todo lo que estorba, todo lo que impida el normal crecimiento del vegetal. En este caso el tocón del tronco viejo. Es difícil cuando este tiene "Raíces profundas", pero es imprescindible si se espera que crezca con éxito algo nuevo.
Ahí está la magnífica metáfora de la cinta. Para cambiar a mejor la sociedad es necesario extirpar de raíz sus peores vicios. Y a ello se pone un honrado campesino padre de familia, Joe Starret (Heflin) y un recién llegado de oscuro pasado pistoleril, Shane (Ladd). A fuerza de hachazos arrancan el tocón que estorba, a fuerza de puños y de tiros tratarán de acabar con el cacique ganadero que domina el lugar, Rufus Raiker (Meyer), y también con Jack Wilson (Palance), el pistolero que contrata al efecto.
Música, paisajes, fotografía, ambientación, color. Todo raya a gran altura. Pero lo mejor, con el guion, es la descripción de la personalidad de los protagonistas y las complejas relaciones que se dan entre ellos.
Al desarraigado Shane le atrae la vida familiar de los Starret. Joe trata de unir a los campesinos temerosos de la violencia de los Raiker para lo que debe ponerse al frente del grupo, sabe que necesita a Shane que se está ganando el aprecio ... y tal vez algo más, tanto de su esposa Marian (Arthur) como de su hijo Joey (De Wilde). Compleja situación que desarrolla con mano firme y buen pulso el director. En el momento del enfrentamiento definitivo admira el temple de Joe, "Si algo me ocurre alguien cuidará de vosotros, incluso puede que mejor que yo". La suerte está echada.
Magníficas interpretaciones de todos, especialmente de Heflin en uno de sus mejores papeles. También de clásicos actores de reparto como Fren Lewis (Buchanan), Chris Calloway (Johnson) o Frank Torrey (Cook). Preciosa la escena de este último en el duelo con Wilson. Arriba el pistolero, abajo en medio del barro el campesino.
Alguien ha dicho que los ojos de Joey, al que dedican abundantes primeros planos, es la cámara que filma la película. Y es verdad, el espectador la contempla a través de su mirada y siente tal como el niño está sintiendo en cada momento las cosas. ¡Con lo difícil que es trabajar con ellos!
Niños en el western. En cuantos inicios de películas hemos visto grupos infantiles persiguiéndose con sus pistolitas de madera en la calle principal del pueblo a donde, en ese mismo momento, llega el pistolero o la cuadrilla de forajidos ... Sobre todo en las cintas de los años 50.
Una primera interpretación trata de justificar con ello la violencia ambiental. Mentira. Los niños del Oeste, como los de Calamocha en nuestra infancia, juegan, jugábamos, a aquello que veíamos en el ambiente, en el cine o en la televisión. Ni más ni menos. Y pedíamos a los Reyes Magos "pistolas de pistones", de aquellas cuyo percutor golpeaba una tira fina de papel con una especie de goterones de una sustancia fosfórica, que producía al recibir el impacto un "¡pam!" seco y fuerte. Cuidosamente alojábamos enrollada la tira junto al tambor para que ajustase bien con el golpe percutor. Por muchas escopetillas, pistolas, placas de sheriff o indios, vaqueros y fuertes con que jugáramos, no creo que nuestra generación haya sido precisamente violenta.
Tras los puñetazos y golpes de las peleas, Marian aplica con buen criterio paños de agua fría para rebajar la inflamación y algunos toques de trementina en las heridas abiertas. Conoce bien las propiedades desinfectantes de este producto.
De acuerdo con la mayor parte de las excelentes críticas que ha merecido en FA, consideramos la cinta como uno de los grandes westerns de la historia del cine.
Si queda alguien que todavía no la haya visto, que no se la pierda.
Lafuente Estefanía
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