La jungla 4.0

Mi padre no es agente de la ley. Mi padre no arriesga la vida todos los días. Mi padre no se enfrenta él solito a atracadores, psicópatas, asesinos profesionales y calaña múltiple. Mi padre no acaba de sangre hasta las cejas al acabar la jornada. Mi padre no ha elegido dar la vida por salvar el mundo, unos valores y una forma de vida. A mi padre no le han dado palizas que le han dejado machacado ni le han disparado en prácticamente todas las zonas del cuerpo. Mi padre no tiene la responsabilidad de proteger a los inocentes. Mi padre, a veces, tiene una mala leche que no veas, me ha regañado, no me ha dejado salir hasta las tantas, no me ha comprado ese juguete que yo quería con ansias y me ha dicho «sí» y «no» cuando lo ha considerado oportuno. Y aún a pesar de todo, todo, todo, cuando doy mi nombre digo el apellido de mi padre, que es el mío, con todo el orgullo que me cabe en el pecho.

Pero se ve que para la niñata Lucy «Genaro» (Mary Elizabeth Winstead), que su padre sea John McClane no es suficiente. Se ve que para los guionistas tampoco, y así al pobre John, el adorable John de las otras junglas, no merece el respeto de su familia ni de nadie. Se ve que no le corresponde vivir plácidamente con su amada y disfrutar de sus cariñosos hijos. Tal parece que este luchador nato, héroe durante veinte años, no se ha ganado el derecho a que le amen, le comprendan sus defectos y alaben sus virtudes, que tiene unas cuantas. Ah, no, la mujer le da la patada en el trasero, la hija le insulta, del hijo me imagino lo peor y él sigue al pié del cañón dando hasta el alma. Bruce, ¿por qué no dignificas a tu personaje?

Independientemente de todo este rollo que he soltado y que muchos habrán omitido por su propio bien, «La jungla 4.0» es una entretenida película de acción que aprovecha las posibilidades de las nuevas tecnologías para meter aviones militares en plena ciudad, explosiones varias, caídas mortales pero con supervivientes y coches, muchos coches, dando vueltas. Si me preguntáis si me gusta, diré que no mucho, o más concretamente, que me da igual: sigo prefiriendo los puñetazos bien dados en la cara, pero, en fin, es lo que hay y el tirón de McClane sigue arrastrándonos, aunque ya haya perdido hasta su irrepetible ironía.

A mi por lo menos, John, no tienes que demostrarme nada.

Genial mezcla de acción, adrenalina y John Mclane.
¿Quieres ver acción? John Mclane es la respuesta. ¿Quieres ver a un hombre frente a miles de malos? John Mclane es la respuesta. ¿Quieres ver una fantasmada detrás de otra? John Mclane es la respuesta.
Pero ojo, no nos dejemos engañar, detrás de cada fantasmada hay un porqué. A John Mclane no se le puede cabrear, por nada del mundo.

Es una película de cine, dado que la acción que contiene es muy elevada, un buen Dolby Sorround es esencial y una pantalla grande tambien.

El guión no contiene nada nuevo, es más, se ha visto en muchas ocasiones, y el desarrollo de éste es simple y no deja sorpresas. Pero John Mclane es John Mclane, y le tienes que dar estos guiones para protagonizar "su película".

En fin, que pagar los casi 7 € que vale una entrada de cine, está más que justificado. La recomiendo no para ganar un Oscar, no para llevarse la palma de oro, sino para pasar un rato, reírte de las paridas que suelta el ídolo incomprendido de la policía tras cargarse al malo de turno, y distraerse de la vida normal, que eso ya se agradece.

Dentro del género de Acción las "Junglas de Cristal" casi són un género en si mismas; Alerta Máxima, Pasajero 57, Máximo Riesgo,Speed, Air Force One, entre otras, són "Junglas de Cristal". Cabe decir que desde finales de los 90 el "género" en cuestión se había agotado frente a los Bonds, Matrix, Piratas y demás; por eso es un gustazo ver de vuelta a John McClane, un héroe a la antigua usanza que otra vez juega en campo contrario(exceptuando la 3ª). El argumento es más original y actual de lo que imaginaba, además la acción es imparable, y Willis/McClane como de costumbre hace como el conejito de las pilas... dura, y dura, y dura, mas duro y sarcástico que ninguno. És un alivio volver a ver una peli de acción protagonizada por un hombre duro de los que había en el cine en los 80 y 1ª mitad de los 90. Es como cuando vas con el coche y harto de Britney Spears cambias de emisora y oyes tu Old Time Rock´n Roll.

Es cierto que está llena de escenas increíbles (y no lo digo como un cumplido sino como un defecto). Es cierto que es acción porque sí. Pero no le puedes reprochar nada de eso a esta película porque ahí están las tres primeras partes para darte una pista de lo que vas a ver. Con todo, sin meternos a valorar si "eso" es buen cine o no, la película te mantiene en tensión las dos horas que dura, no deja que te pierdas con conjeturas, va alimentando tu interés a un buen ritmo constante. Yo disfruté viéndola, no es que me sorprendiera en absoluto pero esperaba algo mucho peor.

Si en el pasado Die Hard hizo furor, es porque la acción se cuenta al por mayor, y el personaje principal es tan simpático como violento e infantil. La trama, una vez más, es de lo más inocente y hasta podría ser ubicada como una sátira de sí misma, con una credibilidad cero, algo de humor y, por supuesto, balas y explosiones hasta en donde jamás se imaginaría.

John McClane sigue siendo lo que salva al film, y la dinámica de principio a fin es especial para fanáticos de la acción simple, sin grandes complicaciones de argumento ni guiones intrincados. Si la película se puede considerar "buena", es porque no busca falsamente ser inteligente o complicada, sino simplemente un compilados de disparos, chistes y muchísimos efectos especiales.