Hana-Bi. Flores de fuego

Probablemente saca esta película saca los peores acontecimientos que le pueden suceder a un ser humano, sobre todo cuándo este no busca más que sobrevivir e intentar ser minimamente feliz. La vida, golpe tras golpe, trunca tus esperanzas. ¿Abandonar o seguir adelante? Kitano lo tiene claro: mientras él crea en su vida, no la abandonará.

Muy interesante mensaje, con gran protagonismo de lo visual frente a las palabras, cargado de valentía en un mundo en el que a su personaje le machacan constantemente. Posiblemente fiel reflejo de muchas individualidades de la sociedad individualista. Película muy recomendable.

Desde el primer momento se asiste al cine japonés por su ritmo lento, sus secuencias en las que no pasa nada pero que dicen mucho, de esas que dicen tanto que no se llegan a comprender, que confunden al espectador, incluso en la trama hay cabos sin atar en los que hay que suponer que ha pasado esto o lo otro; y, como no, esos planos silenciosos que emanan un canto a la zozobra, la desdicha y la soledad.

Una historia que intercala notas de humor y sarcasmo con una tragedia humana demasiado triste, que en muchas ocasiones se habrá dejado de ver a la mitad, pero que sin embargo mantiene un extraño zumbido en el pecho con lo que acontece, esta forma de narrar una historia sencilla es única de este tipo de películas, puede ser más o menos acertada, pero parece evidente que se rueda con total maestría para transmitir la desesperación y la miseria por las que cualquier persona debe pasar a lo largo de su vida, esta es la experiencia, la que puede generar un odio que lleva a la pérdida del control, a la violencia; pero también la experiencia es esa forma de tocar fondo que saca lo mejor de cada uno y en esta cinta que puede alcanzar tintes poéticos se refleja de una manera humilde y sencilla.

Un policía condecorado que se hunde por su compañero y sobre todo por su esposa, un drama familiar que viene del pasado pero que cobra más dureza por medio de la enfermedad terminal que azota cada día muchos hogares; una historia que mezcla muchos ingredientes de diferentes géneros como para caer en el delirio, pero que tiene la capacidad de mostrar que en sí misma ya hay un lamento, un corazón herido.

UNa lección magistral de Kitano. Hay muchas escenas en plano fijo sin música o y otros con un paino pero son estos planos que marcan su estilo, un estilo que se manifiesta en mucho de sus obras. Con los actores de siempre esta película te mantiene completamente absorto desde el inicio hasta el final. La historia es impecable y el cine de Kitano está a la altura. El propio Takeshi con su camisa blanca y sus gafas de sol y su pitillo es un icono de cine negro contemporáneo.

Hana Bi hizo que Takeshi Kitano sea considerado uno de los directores japoneses más importantes. De hecho, es su obra maestra y mejor película, después de Dolls.

El espectador puede sentirse horrorizado por el carácter violento del protagonista pero rápidamente puede conmoverse ante la vida vacía de los personajes: Horibe (Ren Ohsugi), un policía que queda inválido y es olvidado por su familia, no tiene más remedio que olvidar su vida miserable y refugiarse en el arte (pintura); y por otro lado, el protagonista, Nishi (Takeshi Kitano) pierde a su hija y al saber que su esposa tiene una enfermedad incurable, decide pasar el tiempo con ella en un viaje inolvidable, para eso se envuelve en una serie de asaltos, asesinatos y extorsiones.

Hana Bi tiene dos significados: flor – fuego y fuegos artificiales. Ambos significados aparecen representados en la película: cuando Horibe dibuja animales con rostros de flores y cuando Nishi se va con su esposa de viaje y prende fuegos artificiales al costado de su auto.

A más de media hora de la peli no me había enterado de lo que iba, salvo de gente que se matan entre sí Y mi duda: ¿sigo para ver a Kitano una hora más con la misma cara y los mismos tics?
No me vale, como aquí algunos dicen, con mucha información, que hay que conocer previamente la vida y la obra de Kitano.
No, eso no. Cada obra, película, música, novela, lo que sea, hay que valorarla en sí misma, incluso ignorando el nombre del autor.
Tampoco contribuye mucho a entender algo los flashback disimulados y la mudez de Kitano. No digo que se explique todo, pero al menos algunas pistas.
Y está, y no es culpa suya, que nos cueste aprender las caras, sobre todo cuando hay muchas y se nos dan en planos cortísimos.
Lo mejor de la película son las escenas con la mujer, donde apunta más, dentro de lo trágico, el sentido del humor.
Y de pronto unas pinturas… Son de Kitano, qué bien y son buenas, pero no aportan nada a la trama.
Es interesante, pero hay otras películas de Kitano mucho mejores. En esta no he conseguido engancharme. La terminé de ver cómo se ve un collage, sin importar que las piezas no liguen entre sí.