Resacón en Las Vegas

Si ya lo ha dejado claro el público, Resacón en Las Vegas es la comedia mas taquillera de la historia del cine. Estaba claro si ya la crítica lo dice, no vas a ver tal gamberrada como ésta, ni tan original. El hecho de ya aparecer Zach Galifianakis es un buen comienzo. Ese lobo en la manada no sobra. Resacón es un peliculón como comedia. No te ríes mucho, tiene algún golpe de risa como el de la comisaría o en la casa de Mike Tyson, pero lo bueno que tiene es, los actores lo hacen perfectamente, hay muy buena química entre los 3, digo los 3, porque Justin Bartha no sé que pinta ahí y eso que es el centro de la historia. Es muy entretenida, muy original, algo que no estamos acostumbrados a ver, quizás es algo que ya está muy visto a simple vista, pero me dirás en qué película se ha encontrado con un tigre, con un diente roto, con un bebé... No ha pasado nunca eso, y eso es lo bueno que tiene Resacón. En fin, una comedia veraniega palomitera para disfrutar en el cine con una panda de amigos.

Aún no puedo creer que esta cosa haya sido la comedia del año. Película altamente denigrante e insustancial, sin un ápice de humor por ningún sitio. Lo que sí tiene, son tres escenitas realmente vomitivas y de mal gusto:

1.La escena en la comisaria.
2.La masturbación simulada a un bebe.
3.El chistezito sobre el 11-S

A parte de esto, un guión basado en caca-culo-pedo-pis con una historia mil veces vista, unos actores que parecen estar en gran estado de embriaguez, principalmente el horripilante y pretencioso Ken Jeong y un tremendo cabreo que me cogí cuando vi que la película no llega a desmelenarse en ningún momento.
Al final va a ser cierto, que no todo el mundo está preparado para Las Vegas.

Un 3.

No soy fan de este tipo de películas pero con ésta tenía una especie de corazonada. No esperaba una comedia hilarante ni bien trenzada, ni rica en golpes de humor sutiles ni giros en el argumento inesperados, era consciente de que sería una ‘americanada’ propia de la misma ciudad de Las Vegas, con ‘niños bien’ como protagonistas y final feliz con redenciones y castigos repartidos con justicia dentro de un marco político aceptable.

Para cuando aparecieron en pantalla esos supuestos desternillantes títulos de crédito ya hacía mucho que mi sexto sentido había perdido todo el respeto; el mundillo de la crítica asalariada también.

La película no es un plomazo sin más, tan sólo es un producto prefabricado del montón, con un guión y unos personajes cargados de tópicos y con un argumento que necesita de constantes trampas para salir de un enredo burdamente engrosado a los pocos minutos de comenzar esta artificial peripecia en la cuidad del pecado.

Cabe reseñar el doble discurso al que se abandona la película. Las supuestas gamberradas de los protagonistas no son al final más que simples niñerías tan fuera de toda realidad que no escandalizarían ni al más radical de los partidarios republicanos del Tea Party. Por el contario, escenas que parecen añadidas para hacer bulto denotan una profunda inmoralidad que no parece incomodar a nadie. Somos testigos del chantaje a diferentes empleados públicos, presenciamos como un grupo de niños electrocutan bajo tutela policial a nuestros infelices amigos (aplaudiendo incluso que elijan como blanco de la diana sus partes nobles o la cabeza), y hasta se bromea con el hecho de dejar a un neonato metido en un coche sólo… ¡en Las Vegas!... total, si tampoco dimos parte alguno tras encontrárnoslo abandonado, bastará con bajarle un poco la ventanilla… ¿?

En fin, pasarán más de mil años, muchos más, hasta que vuelvan a pillarme en una de éstas.

La película tiene un planteamiento interesante y algunas escenas eficazmente rodadas, sobre todo en la primera parte. El resto es un cúmulo de situaciones absurdas que no están a la altura de lo que la premisa promete, aunque supongo que habría que reconocer que tampoco caen en lo más burdo o facilón. Dos de los protagonistas ofrecen una interpretación divertida (el de gafas y el hermano de la novia), aunque el personaje de Galifianakis (menudo apellido) no es TAN gracioso como creen los guionistas. En general hay mucho histerismo, gritos y momentos que descolocan pero faltan verdaderas carcajadas, un buen manejo del ritmo o personajes interesantes. Demasiado bombo para un filme que, en el mejor de los casos, es relativamente simpático.

Este film pese a tocar un tema recurrente y del que se esperan pocas sorpresas, realmente consigue sorprendernos. Los instantes iniciales, no presagian nada bueno sobre lo que vamos a ver a continuación. Pero Phillips consigue ciertas dosis de originalidad sirviéndose de los mismos ingredientes de todos los films sobre despedidas. Tenemos por un lado un variopinto grupo de tipos, todos ellos en mayor o menor medida con un grado de insatisfacción sobre sus vidas como Phil (Bradley Cooper) bastante infeliz con su trabajo de maestro y su vida de familia, Doug (Justin Bartha), que parece estar subyugado a la familia de su futura mujer, Stu (Ed Helms) con una relación asfixiante, y Alan (Zach Galifianakis), un personaje que parece salido de uno de los films de Judd Apatow.

Por otro lado, tenemos Las Vegas, un escenario ideal para cometer todo tipo de excesos y desenfrenos en cualquier despedida de soltero que se precie. Y naturalmente que los cuatro amigos tienen una despedida llena de anécdotas: casino, alcohol, strippers, etc. Sólo que lo que pasa durante la noche está elidido. Aquí está la parte más original del film. Phillips nos escamotea todas las imágenes de lo que ha pasado, al espectador y a los propios protagonistas. En ningún momento nos ofrece ni un sólo "flashback" de lo que ha sucedido y tendremos que esperar al final del film para ver, mediante una sucesión de fotos algunas de las escenas que intuimos pero que nunca llegamos a ver. Así, el film viene a ser la reconstrucción de la típica despedida de soltero, juntando las piezas del rompecabezas de una noche no tanto para olvidar como para intentar recordar.

El realizador parte de la idea que ya hemos visto muchos films del estilo por lo que no se puede ofrecer nada nuevo. En lugar de ello, el film empieza por el final de la juerga y sus personajes deberán deshacer el camino andado, por lo que solo tendrán referencias indirectas de un juerga que cumple los tópicos.

Pese a que se sirve de actores poco conocidos, éstos se muestran cómodos en sus respectivos roles, y su interactuación es otro de los aspectos positivos del film. Además, se sirve de una galería de personajes que van de lo habitual (la stripper interpretada por la eficiente Heather Graham) a la autoparodia (Mike Tyson interpretándose a sí mismo). No cabe duda que el film de Phillips es bastante original, por la forma de contar la historia, siempre a través de terceras fuentes.

Esto último, de todas formas, es un arma de doble filo, ya que el director nunca trasciende la anécdota. En definitiva, un film muy recomendable, teniendo en cuenta el bajísimo nivel del cine en general y de la comedia en particular, Phillips nos sorprende a todos con un film que está por encima de la media.