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España España · Alcalá de Henares
Críticas de cinefilico
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Críticas 84
Críticas ordenadas por utilidad
8
30 de mayo de 2009
142 de 181 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada más que en Europa se podría dirigir esta película y no parecer una superproducción fallida.

Los hombres que no amaban a las mujeres es una película fría y distante, igual que el libro de Larsson, cuyos personajes apenas muestran sus sentimientos e inquietudes, como si vivieran en alguna dimensión distinta a la nuestra dentro del mismo universo.

Oplev ha sabido captar bastante bien, la esencia del libro, que es una crítica a la sociedad sueca, y hacerla universal de forma que lo que ocurre en Estocolmo y Hedestad, bien podía ser Madrid y Arosa (Galicia) o Londres y Jersey.

El director y los guionistas han sido bastante inteligentes a la hora de quitar paja al libro siendo toda la película bastante fiel a la novela de Larsson, lo que es de agradecer. Además Oplev no cae en continuos flashback (la película se podría haber hecho a base de ellos), y los que utiliza son, su mayoría, de apenas unos segundos lo que le da vitalidad a la película.

Es de agradecer también el soberbio trabajo de Noomi Rapace creando una Lisbeth Salander oscura y fría pero muy humana, toda una heroína, cual Juana de Arco del siglo XXI. Michael Nyqvist, que hace de Blomkvist está tal vez un poco sobreactuado pero no deja de ser una buena actuación.

Mención aparte merece el danés Jacob Groth, que realiza una banda sonora terrorífica y que te mantiene en tensión en todo momento. También debo destacar la labor de la dirección artística.

Como ya dije al principio, creo que está película solo podría rodarse en Europa...
cinefilico
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5
5 de febrero de 2011
143 de 207 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Kokuhaku" es una película muy estimulante visualmente, incluso hipnotizante y extrañamente hermosa. El problema es que no vale con eso y un buen final (aunque destrozado en su última frase) para considerar a una película como buena.

El mayor problema del film es que resulta tan completamente excesivo en su forma como vacío en su fondo. Lejos de indagar en las preocupaciones y actos de sus protagonistas, los personajes carecen de cualquier tipo de evolución psicológica y todo queda en una larga sucesión de imágenes de gran carga visual pero que no transmite nada más allá.

Bien es cierto, que uno se ve obligado a no despegar los ojos de la pantalla en ningún momento debido a sus imágenes, pero más allá de esto, no interesa nada de lo que ocurre, porque carece de todo sentido. Los diálogos no muestran interés por los acontecimientos y los estrambóticos personajes se pasean de aquí para allá sin ningún motivo concreto salvo el de ocupar minutos en pantalla.

Y no estoy hablando de que la historia sea o no creíble (que no lo es) sino de que la crítica social que intenta meter Tetsuya Nakahima con calzador en la película, se queda un vano intento desesperado que se hace patente cada vez que esa crítica aparece explícitamente en el film para que el espectador no olvide que intenta de todas las formas posibles ser un film serio que busca la reflexión. Aunque esa sensación de película sería que envuelve los primeros minutos, desaparece demasiado rápido.

Un 5.
cinefilico
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3
5 de diciembre de 2010
86 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pedantería más vomitiva y el más odioso macarrismo se unen en esta película imposible sobre el amor adolescente.

Con la mayor cantidad de clichés por minuto que puedan contarse, Fernando González Molina, aquel que ya demostró sus grandísimas dotes para la dirección (nótese la ironía) en Fuga de cerebros, nos cuenta una historia, que cae por su propio peso, que no tiene ni pies ni cabeza, y que, bajo ningún concepto es posible creerse un ápice de esa sarta de diálogos sin sentido que algunos se atreven a llamar guión.

Mario Casas, es, o mejor dicho, se hace (porque cuidado, era un chico de matriculas de honor) un macarrilla por diversos motivos familiares. Entonces, tras salir de un juicio en el que se le condena a pagar una multa por una agresión, coge su moto y sale a correr por las calles de Barcelona hasta que ve a una chica en un coche a la que llama fea. En ese momento, al muchacho se le va el cabreo y se encapricha de la riquita mimada (no me pueden decir que no es bonito). Empezando el tema así, no hace falta contar más de la película para imaginarse hasta que punto llega la chulería de él o lo irritante que puede resultar las tonterías de ella.

Pero lo realmente irritante, es que María Valverde tenga que esperar a este tipo de películas para hacer una actuación decente. Posiblemente su mejor trabajo desde La flaqueza del bolchevique, una inspiradísima Valverde consigue hasta hacerte creer que puede llegar a sentir algo por semejante patán, un Mario Casas, que parece pensar que por sonreír a la cámara mientras entrecierra los ojos puede convencernos de su pésima actuación.

De todas formas, 3 Metros Sobre el Cielo si que tiene algo muy bueno, más allá del tráiler de Primos, de Daniel Sánchez Areévalo que pusieron antes de la película. Y es que es una delicia ver Nerea Camacho desbordando soltura en cada plano. Esta niña prodigio tiene una productiva carrera por delante, tiempo al tiempo.

Por lo demás, ni siquiera en las escenas más adrenalíticas del film, el director es capaz de poner un mínimo de sentimiento a la historia por lo que uno se ve en la butaca, rodeado de carpeteras con las hormonas por los aires, suspirando cada vez que alguno enseña el torso (que son muchas veces) viendo los minutos pasar hasta que llega el final de la película donde un carpetera... a no, espera... una mujer de unos treinta años se levanta y empieza a aplaudir como una posesa. Y puedo jurar delante de quién sea que esto ha pasado de verdad.

En resumen, película consumible (el director sabe que arrasará en taquilla, así que para que esforzase) y una vez consumida, apta para enterrar a 3 kilómetros bajo tierra.

Un 3.
cinefilico
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8
3 de febrero de 2011
33 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy de agradecer que de vez en cuando se pueda ver una película que sea sincera y que no busque artificios. Derek Cianfrance lo ha conseguido. Nos cuenta en esta Blue Valentine una historia de amor real, alejado de todas esas comedietas románticas cortadas con un mismo patrón. Lo que les ocurre a los protagonistas de Blue Valentine es la historia de un cualquiera en cualquier lugar, cuenta una historia creíble, que bien le ha podido pasar al vecino de quinto.

Cianfrance junto a Joey Curtis, Cami Delavigne ha elaborado un guión complejo, muy rico en los detalles y muy matizado en su fondo. Nos hacen saber que para ellos, estar enamorado no es una vida de color de rosa, ni que todo lo que puede ocurrir con tu pareja va a ser bonito, y que incluso, a esas parejas que desde la distancia parecen estar hechos el uno para el otro, aquellos a los que no se les puede tener nada más que envidia porque están completamente coordinados y todo lo que les rodea es perfecto... a ellos también se les puede acabar el amor, también tienen discusiones, y reconciliaciones, y luchan contra la monotonía del verse a diario, y buscan su espacio y tienen la necesidad de abandonar de vez en cuando.

La historia va dando bandazos en el tiempo, contándonos los buenos y los malos momentos de esta pareja. Cómo se conocieron, qué problemas tuvieron al principio de la relación y cómo lucharon por ella, se entremezclan con sus inquietudes actuales, cómo disfrutan de su hija o cómo luchan contra lo anodino de sus circunstancias. En este tour de force se encuentran dos jóvenes talentos, ya con grandes trabajos a sus espaldas y que se aprovechan de la fuerza de sus personajes para crear unas actuaciones memorables. La química entre Ryan Gosling y Michelle Wiliams es palpable durante toda la película. El trabajo de estos dos portentos se observa principalmente en las miradas de complicidad que se lanzan el uno al otro durante todo el film. Se nota que hay mucho trabajo en los dos actores detrás de cada escena.

Ante tanto trabajo, tan bien hecho, da pena que el esfuerzo por crear unos personajes principales muy ricos en detalles, se vea empañado por unos secundarios bastante planos y que aportan poco a la historia y un clímax que no logra despegar y se queda a medio gas.

Un 7.5
cinefilico
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10
28 de enero de 2009
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Cacoyannis se hizo conocido en las américas por su primera película sobre la Grecia clásica Electra que consiguió, en 1962 ser nominada al Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa, Oscar que se llevaría la francesa Sibila.

Electra, fue el punto de partida para que dos años más tarde, crease Zorba, el griego, película que consiguió 3 Oscars y nominaciones para la película y el propio Cacoyannis.

Más tarde en 1971 se volvería a atrever con una obra de Eurípides y realizó The Troyan Women. Tuvo la suerte de contar para el papel de Hécuba, protagonista de la historia, con Katherine Hepburn, con la por entonces, nominada a 2 Oscar, Vanessa Redgrave y con su musa Irene Papas.

Cacoyannis, con la ayuda de estas tres portentosas mujeres, y una dirección artística basada únicamente en unas ruinas griegas, crea una verdadera obra de arte, tan explícitamente dura, que da miedo pensar qué es lo que pasaron esas mujeres en la vida real.

Comienza la película con una Troya recién derrotada por los griegos de Ulises. Al día siguiente las troyanas se ven solas y desamparadas, viendo cómo los cuerpos de sus padres, maridos, hijos y nietos yacen muertos. En ese momento llega Talthybius (Brian Blessed), un emisario griego que les dice aquello que más temen, serán sorteadas como esclavas.

Es impresionante ver a todas esas mujeres, llorando por sus muertos, viéndose impotentes ante tantos guerreros, observando cómo su tan amada ciudad es destruida, cómo los implacables griegos no le dan una gota de agua, mientras que llenan un barreño para que Helena (interpretada por una sublime Irene Papas, que le valió el National Board of Review) se bañe, cómo ven a su reina hundida y desmoralizada al saber que va a ser una esclava del asesino de sus hijos, que su hija ha sido asesinada en vengaza de la muerte de Aquiles, que su nieto ha sido condenado a muerte...

Tres portentosas interpretaciones femeninas, y un Brian Blessed en estado de gracia, acompañados de un gran guión, una insuperable dirección artística y una poderosa BSO de Mikis Theodorakis, hacen de ésta, una de las mejores películas jamás hechas sobre la antigua Grecia.

Un 10.
cinefilico
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