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Juego de armas

Thriller. Drama En el año 2005 dos jóvenes amigos, Efraim Diveroli y David Packouz, decidieron montar una empresa para vender armas. En poco tiempo comenzaron a ganar mucho dinero. Su mayor éxito fue conseguir un contrato de 300 millones de dólares con el gobierno de Estados Unidos para armar a las tropas aliadas del ejército norteamericano que en ese momento combatían en Afganistán. (FILMAFFINITY)
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Críticas 56
Críticas ordenadas por utilidad
17 de septiembre de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los beneficios de un mundo con guerras.

Nicolas Cage ya nos presentó un “Señor de la guerra” más feroz y maduro, pero igual de irónico y mordaz.
En ambos casos realidad punzante, basada en hechos fehacientes, que expone la vergüenza de una auténtica porquería, cuyas atroces verdades, dichas y cometidas, son un divertimento fugaz y ameno para un espectador que observa el desmadre de existencias, habidas y por haber, y sin paliativos decentes; desmesuradas, excéntricas, volátiles, compulsivas, oportunistas, a-morales, aceleradas, que destruyen con su enriquecimiento, sin remordimiento ni reflexión alguna sobre ello pues, ellos no disparan, únicamente venden, sólo son el intermediario, no son responsables de lo que haga el comprador con la comprado.
Desbordante ritmo, de sorprendente facilidad en su ejecución y resultado, de avance exitoso sin freno que sólo se detiene ante la desproporcionada ambición, recelo y soberbia de quien se cree intocable, por el poder que llega a acumular entre sus manos y la sencillez de su logro; el codiciado dinero y la desmedida gula que le acompaña, juerga de una vida impensable, sin suficientes horas para abarcar toda su magnitud descontrolada, cuya vertiginosa subida continua es la droga que les mantiene al límite, siempre enteros/siempre a punto de caer.
Aún con toda su intención y ganas, se echa en falta sentir la misma adrenalina y locura que viven sus personajes, la observas, oyes y recorres sin excesivo entusiasmo o nutritivo enganche; este eBay para las armas no apasiona, ni deslumbra, ni enmudece todo lo que debería, toda la seducción y atractivo de su magnífica banda sonora es ausencia de devoción e ímpetu por la facturada travesía de este dueto de amigos de la infancia, convertidos en traficantes originales del engaño, para salir del apuro y seguir adelante.
La acidez narrativa es envolvente, su circuito es interesante de descubrir y curiosear, pero su relatada galopante aventura no aviva el cuento; se deja ver pero no atrapa, no como esperas que lo haga, no como esa explosión de impetuosidad, sin sentido, que todo lo arrasa.
“¿Qué sabes de la guerra?”, que necesita de armamento para llevarla a cabo, lo cual supone riqueza de contratos en negocios turbulentos, que no miran procedencia, destino ni interlocutor, sólo las ganancias para ambos lados; “el dinero se hace entre líneas”, y entre éstas su redacción es perspicaz y aguda, pero su ojeo no devora con fogosidad, informa que no es lo mismo; es laboral, que no espectacular, su hambriento juego se desarrolla a nivel apto, pero sin la ilusión y fervor de la primera división.
Todd Phillips se olvida de las Vegas y desvía su resacón, al dramatismo de la mayor estafa armamentística realizada al gobierno de los Estados Unidos por dos desarmados colegas, caraduras sin escrúpulos, que huelen la oportunidad y se lanzan de cabeza a por ella; estupendos tanto Jonah Hill, narrador, como Miles Teller, artífice del negocio, acompañados por ese reservado papel para un Bradley Cooper, como mafioso terrorista, que co-produce la cinta.
Visionable, que no inolvidable, estos perros nunca llegan a devoradores lobos, pero se mueven con soltura e inteligencia dialéctica, suficiente para el momento de su visión, no para su recuerdo; “¡desde cuando decir la verdad sirve de algo!”, por ello se mueve entre el compañerismo, la lealtad y la traición de un humor y tragedia, cuya esperanza es falsa.
No es de notable, no llega a “...Wall Street”, ni roza a Scorsese; es meritorio su intento, pero se queda en un apropiado bien, lo cual no es ningún desprecio.
Lo mejor; su veracidad relatada, para mentira tan impresionante.
Lo peor; no pasa de ser ladrido de perro, la ferocidad y magnificencia del lobo se le escapa.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
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21 de septiembre de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo es posible que dos jóvenes de la calle se hayan hecho con un contrato del Pentágono de trescientos millones de dólares? Sobre esa premisa se asienta “Juego de armas”, una película que aúna la comedia y la crítica, algo así como el hijo bastardo de “El lobo de Wall Street” y “La gran apuesta”.

Basada en una historia real. Dos jóvenes norteamericanos hacen sus pinitos en la industria armamentística aprovechándose de las grietas del Sistema. Como si tal cosa, van ascendiendo en el negocio hasta aspirar a conseguir el “contrato afgano”, el de los trescientos millones de dólares.

Una película que va a gustar a todo el mundo. Los detractores de la guerra tendrán otro caso que denunciar y para los defensores de las armas será otro motivo para sacar pecho. “Juego de armas” comienza con una pequeña crítica: la guerra es un negocio. Nada nuevo bajo el horizonte pero engancha con un estilo un poco gamberro. A partir de ahí se desarrolla una comedia juvenil con un ascenso meteórico aliñada con dinero, armas y drogas.

Lo que trata de denunciar es que mientras el chavalito de Arkansas es llamado a filas para luchar en una guerra al otro lado del mundo en nombre del patriotismo, la libertad, la seguridad y la defensa del estilo de vida norteamericano; hay otros que sacan tajada equipando a los soldados de fusiles de asalto y cascos. Mientras unos ven patriotismo, otros ven dinero.

Todd Phillips (“Resacón en Las Vegas”) dirige y coescribe el guión que ha sido barnizado con una capa comercial de buenrollismo que lo hace muy fácil de digerir. Llega a rayar el surrealismo y el absurdo hasta la llegada de un final tan sorprendente como sutil que otorga la coherencia al relato. Donde aporta además la otra gran crítica que te deja clavado en la butaca.

Protagonizado por ese monstruo de la comedia que se ha convertido Jonah Hill, ahora más grande que nunca (por sus kilitos de más), y por Miles Teller que le da la réplica como el buen chaval que admira el desparpajo de su amigo. La única que desentona es Ana de Armas que se desentiende completamente de las necesidades de su personaje y se limita a salir guapérrima. Todo lo contrario que Bradley Cooper que aparece con un pequeño papel pero su rostro le da el equilibrio perfecto a su personaje.

“Juego de armas” se envasa dentro de esas comedias ligeras de las que te hacen reír de cosas, como la guerra, que en la vida real no tienen gracia y que por dentro esconde una buena crítica al Sistema y al Gobierno de Estados Unidos.

https://butacasundance.wordpress.com/2016/09/21/juego-de-armasjamas-una-critica-habia-sentado-tan-bien/
Jorgemr
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27 de diciembre de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El relato en sí mismo es interesante, la historia lo tiene todo para atraer la atención del espectador; acción, picaresca, chulería y diversión. La cinta funciona cómodamente, gracias principalmente a la narración y la simpatía que genera Jonah Hill. Ambos elementos construyen una obra entretenida y llamativa, si a ello le sumamos una temática de por sí atractiva y polémica, obtenemos un filme animado y distraído, pero por desgracia recuerda demasiado al lobo de wall street, con su ritmo desenfrenado y escalada criminal frenética. A pesar de ello, es capaz de proporcionar una gran distracción, cumpliendo de este modo con las expectativas que promete una cinta como ésta.
Toni Garriga
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29 de noviembre de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al estar basada en hechos reales, mantiene tu imaginación en el precipicio... en todo momentos piensas en lo que puede suceder, porque si se arriman demasiado, no sería complicado que se despeñaran.

Es larga pero no se hace larga pese a la tensión a que te somete. Los personajes interpretados por Jonah Hill y Miles Teller, tienen poco en común, y sin embargo la historia funciona.

Muy entretenida, con buen ritmo, elementos integrados resolutivos y sobresaliente pedazo de tensión. La calificaré con un 7.
MIRADA MILENARIA
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11 de noviembre de 2016
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La historia es totalmente surrealista pero absolutamente creíble. El argumento de la evolución del negocio es bastante lógico (quien con 20 años no se pondría a falsificar papeles para ganarse un contrato de 300 millones,,, ) y el ritmo de la película avanza moderadamente bien sin dejarnos perder el interés.

Lamentablemente la película naufraga en tratar de mostrar a Teller como alguien con consciencia y principios, a quien en alguna medida le pesa el negocio. Para tal fin ingresan una esposa-novia que funge de conciencia y guía moral, pero sin ningún peso interpretativo... bien habían podido cortar todas esas escenas.

Tiene momentos interesantes, pero hubiera querido ver mas locura, mas desenfreno, de dos amigotes veinteañeros llenos de dinero viviendo la vida loca. Finalmente el ejercicio iba a ser el mismo, pues argumentalmente era claro el final del camino de la historia.

Hill se consolida para mi como uno de los actores de buen cartel del momento y aunque su actuación no es nada del otro mundo (aunque el detalle de la risa es inmejorable), se come completamente a Teller, al punto que uno nunca se acaba de convencer que su personaje pinta algo en la película.

Entretenida, con buenos momentos, como para un sábado en la tarde en la casa, con la novia comiendo unas alitas picantes y una cerveza.
cinefilo1976
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