Haz click aquí para copiar la URL

Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón

Comedia Luci, un ama de casa abnegada, Pepi, su vecina "moderna", y Bom, una rockera diabólica forman un trío disparatado que vive al ritmo desacompasado de La Movida. La violación de Pepi modifica el destino de todos los personajes... (FILMAFFINITY)
<< 1 8 9 10 11 12 >>
Críticas 56
Críticas ordenadas por utilidad
21 de noviembre de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pedro Almódovar debutó en el cine con Pepi, Luci y Bom y otras chicas del Montón (Pepi, Luci y Bom y otras chicas del montón, 1980) una película que a su vez adapta la novela gráfica que el manchego había trabajado poco tiempo atrás, Erecciones Generales. El título de esta obra gráfica ya resulta un buen indicativo para apuntar lo que podemos encontrarnos en el filme.

Por otra parte, la vena Punk que destapa la película no la encontraríamos en filmes posteriores del cineasta, que acabaría dulcificando su propio mensaje. Aparte de este primer cómic un elemento indispensable para que surgiera el filme fue Carmen Maura. Almódovar había contactado con ella a través de una compañía teatral donde ambos colaboraban, Los Goliardos. Además de la intérprete principal de la película, Maura también ayudó en la parte crematística del filme, recaudando gran parte del presupuesto de la obra.

El problema principal de la película es sencillo. Cuando a cineastas como el primer Almódovar los ponemos en comparación con coetáneos suyos como Eloy de la Iglesia o Pilar Miró (por poner un par de ejemplos bastante ilustrativos) las evidencias se exponen solas. Era evidente que Almodovar sólo tenía que moderar su discurso para acabar triunfando en el cine comercial. Y es que Pepi, Luci y Bom y otras chichas del montón es simplemente una película irreverente. Y basándose en esa irreverencia, la película acaba aunándose con un espíritu del cine Pop que concluye en la superficialidad más absoluta.

No resulta difícil entrever que el mensaje que propone la película es fácilmente domesticado, porque las gracietas que se desarrollan a lo largo de la película no tienen un objetivo al que atacar, sino que simplemente se acumulan formando un esperpento que no tiene la intención de llegar a ninguna parte. No se produce ningún tipo de poso en el espectador, que contempla el filme con más o menos interés (dependiendo de si su sentido de humor es más afín al del cineasta) pero que sale igual que como había entrado al afrontarse a la cinta. A la película le sucede lo mismo que el Arte Pop de Warhol y sus sucédanos cinematográficos (sólo que la película camufla esta vena Pop con un espíritu irreverente que falsamente algunos lo han denominado Punk) y es que se convierte en un ser líquido y transparente, como intuía Deleuze, que finalmente será absorbido por organismos mayores. Lo que vemos en Pepi, Luci y Bom y otras chicas del montón es lo que hay. Buscar un pretexto social y cultural detrás de lo que se nos muestra es inane y no conduce a ningún lado.

Regurgitando el cine de John Waters[1] la película sigue una trama que no tiene hilos narrativos (el cineasta intenta transgredir la narración con algún recurso interesante, como alguna cartela indicativa que rompe con las reglas clásicas, o la introducción de algún recurso onírico, que se permite jugar con el propio concepto metacinematográfico) y que simplemente acumula diversas anécdotas y gags eróticos. Una continua inserto de diversas referencias que el director trata de ingerir, aunque añadiéndole el punto Almódovar que es cierto que ya aparecía en esta primera película. Formalmente se trata de una de las peores películas del director, en parte por el reducido presupuesto con el que se contaba. Nada en la puesta en escena resulta realmente destacable.

Si nos ponemos a analizar iconográficamente podríamos realizar una lista de los conceptos totalmente deleznables que continuamente retrata la película. Para empezar, el maniqueísmo inherente que acompaña todo el relato y que parte de la premisa argumental inicial (El Policía del filme es el malo de la película, mientras que los jóvenes rebeldes son los protagonistas) hasta los coqueteos que realiza la película con el sadomasoquismo (absurdo ver a una de las protagonistas ser orinada por otra de ellas, mientras que Almódovar sólo busca la sonrisa con dicha secuencia, dejando la transgresión a un lado) y sobre todo el sexo. Porque si la mejor baza que tiene la película para conseguir sus objetivos es hacer un certamen de Pollas donde el protagonista ganador exige quien le puede felar, a lo mejor denota los pocos recursos con los que se emplea Almódovar en el filme.

[1] Como admite el propio cineasta en una entrevista que encontramos en:STRAUSS, Federic, (RE) Convsersaciones con Pedro Almódovar, Ed. Akal, Madrid 2001, pp. 27

http://neokunst.wordpress.com/2014/11/20/pepi-luci-y-bom-y-otras-chicas-del-monton-1980/
Kyrios
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de febrero de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pepi, Luci, bom y otras chicas del montón

La ópera prima de Pedro Almodóvar, resulta en un proyecto demasiado fallido a nivel narrativo y técnico que realmente se pierde en el intento del español que terminará englobando un debut poco auspicioso.

Pepi Luci bom y otras chicas del montón retratarán la vida de un grupo de mujeres que por lo pronto ese tomaremos como una característica de estilo que luego el cineasta imprimirá a lo largo de su carrera, las historias que las rodea en un 90% a base de mujeres.

Una narrativa demasiado dispersa y un guion flojo no logra crear una atmósfera en todo su desarrollo, mostrándonos simplemente retazos en la conformación de los personajes que de tal manera resultan demasiado vacíos sin una enfatización en sus trasfondo que a ese caso deriva en actuaciones un tanto teatrales pareciendo por momentos salidas de un sketch bizarro.

Técnicamente bastante floja, un montaje que no deja posicionarnos de forma eficiente en ninguna de las historias que se nos está contando, unos encuadres malos que se pierden de ser una buena puesta en escena a nivel visual y la ausencia total de cualquier otro elemento que caracterice al cineasta, como los colores primarios que en esta ocasión no se encuentran.

Para suerte de Pedro Almodóvar y nuestra, aprendió mucho luego de eso entregando enormes películas habiendo dado un paso en falso en lo que fue su inicio en el largometraje.

Calificación: 4.5
Ceferino
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de mayo de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy, después de muchos años y varios intentos, he podido por fin ver la primera película de uno de mis maestros tutelares, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, la cual pude encontrar por primera vez libre en internet (creo que pronto El Deseo va a dar el grito en el cielo para obligarnos a verla en Apple TV+). Varias cosas hay que decir de la película, que está lejos de ser perfecta, pero en ella se encuentran elementos destacables que pueden ser mencionados. A continuación procedo a exponerlos.

Comienzo con los elementos formales y técnicos, y tengo que decir que la película desde estos aspectos es horrible: planos desenfocados, colores descoloridos, cabezas cortadas en planos accidentados. Aunque cuando nos enteramos de las circunstancias en que fue filmada lo anterior se entiende, realizada sin permiso en escenarios exteriores de Madrid cuando la policía lo permitía, razón por la cual la mayoría de las escenas de la película transcurren en escenarios cerrados. Como elemento técnico del que adolece menciono también la falta de buena calidad del sonido. La ingeniería es casi inexistente, y las distorsiones se cuentan por docenas en espacios cerrados llenos de eco que hacen que los personajes suenen como metidos en tanques de agua.

Un segundo elemento que se resalta de la película es lo que ella misma revela sobre el cine de Almodóvar que viene. De eso sí que nos encontramos: uso de un eterno rojo y un eterno verde, que luego se hará un elemento pictórico distintivo; las calles de Madrid como su capital creativa; un cine en el que las mujeres son el centro, aunque estas sean tan variopintas como una heredera irresponsable, una cantante punk y una ama de casa masoquista. Otro elemento coincidente con el Almodóvar venidero es la presencia eterna del humor, aquel que nos lleva a las mayores carcajadas, sobre todo en los pequeños sketches publicitarios sobre las falsas pantaletas Ponte, lo cual hace emerger desde el principio a Almodóvar como el mago de los anuncios falsos, que quizás llegarán a su cumbre en una posterior Kika (1993).

Con tercer elemento, por supuesto la película tiene su mérito como testimonio fílmico de la movida madrileña. En esta se puede ver el Madrid de estas épocas: grupos emergentes, fiestas sin fin, drogas, la libertad recuperada de las mujeres, el frenesí. Es más, durante la película misma somos testigos de varias presentaciones en vivo de algunas bandas pertenecientes al conglomerado en ebullición, las que quizás en temas de sonido son las mejores escenas de la película.

Finalmente, quienes busquen una película de Almodóvar la encontrarán: hortera, guarra, libre, transgresora y underground. Pero, quienes busquen una película perfecta, huyan, el universo de Almodóvar apenas estaba en maduración.

Le doy un puntaje de 2.5 sobre 5.
LíoEscobar11
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de julio de 2013
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos directores hicieron de su primera película una obra de arte, pero este no es el caso. Esos directores se pensaron mucho como tenían que plasmar en imágenes lo que seguramente habían estado rumiando durante años, sentados en las butacas de las salas de cine. Almodóvar seguramente estuvo en muchos cines viendo todo lo que pasaban por la pantalla, pero no se puede decir que estuviera pensando en la película que le gustaría rodar. Para empezar no pensó en que toda película está basada en un guión que de una manera especialmente escrito servirá para después contar esa historia en imágenes. No me puedo creer que este sea el mismo Almodóvar que después escribiría los guiones de “Todo sobre mi madre”, “Hable con ella” o “Volver”. Y al que se le ha llamado director de actrices que se le escaparan las actuaciones de las protagonistas, especialmente la de Alaska. Con lo bien que más tarde integraría la música, y determinadas canciones, en sus historias, no me cabe en la cabeza la mala utilización de la banda sonora, y me refiero a la imágenes, no a la canciones en sí. Y el color, la fotografía, algo que después sería como su firma, no tiene absolutamente ningún atisbo de valor. Una cosa si me gusta de esta película: que Almodóvar hizo lo que le vino en gana.
Del Mar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de mayo de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para que te fíes de Almodóvar, al que yo tenía en un altar, estatua en su pedestal, al que yo creía un hombre perfecto, un ciudadano ejemplar, un héroe de los premios y las academias, la española, la americana, la francesa, de todas, un creador de bellas obras maestras, elegante, elevado, impecable, olímpico en su reino.
Y de repente, cuarenta años después, horrorizado, descubres que no y el mundo se te queda hecho pedazos, se te abre la tierra bajo los pies, nada será igual, qué escándalo, estafa y miseria, cuánta ignominia, que todo era mentira, que antes no era así, que antes era malo, inmoral, aberrante, indecente, fascista, troglodita, un demonio, Lautremont, un ser perverso, un facineroso, qué espanto, un verdadero monstruo.
Y ahora qué hacemos, con todo, con el éxito, la moral, las buenas costumbres, todos los ministerios, la igualdad, las mujeres, las leyes, los hombres, con el universo entero, lo que antes era malo ahora es bueno, o al revés tal vez.
La película es interesante desde muchos puntos de vista, más por lo que involuntariamente dice de nosotros y de todo que por la misma obra en sí y su valor puramente cinematográfico.
Nos viene a decir que todo es falso, coyuntural, tramposo, oportunista, leve, sin peso, voluble, caprichoso, que lo oficial y verdadero no es más que del momento su trapicheo, que lo que hora damos por bueno, supuesto, seguro, es solo mendaz recochineo, que la moral, el cuerpo legal, toda la mandanga institucional, todo lo que acepta y traga el dócil ciudadano como si fuera algo normal, lo natural, no es más que la suma de viciadas componendas, el acuerdo tácito entre los poderes de cada momento, algo voluble, maleable, cambiante según sople el viento o un día decidan los que ese día manden, que el puritanismo feroz que respiramos cada minuto no es más que hipocresía, salvaje fariseísmo, que los apóstoles de la moral, del bien, antes eran otra cosa, más bien lo contrario.
La película en sí no es gran cosa, más un pequeño ejercicio amateur, simpático, encantador, feo, discreto, algo gracioso, un poco desagradable, bastante aburrido a ratos, inane a puñados, querible a su cochambroso modo.
Producto de la época, coyuntural en sus maneras; John Waters, Divine, Warhol, el punk, el underground, New York, Londres, la movida madrileña, Sade, iconoclastia, transgresión, umor, hamor y sano gamberreo. A mí todo eso me parece bien, yo lo aplaudo, me gusta esa libertad, por cutre y obvia que sea, ese intento de reírse de todo es necesario, hasta de lo más serio o sagrado.
Pero también hay que decir que tras esa apariencia tosca, burda, obscena, hay mucha más complejidad que la que uno imagina a primera vista, hay vueltas y revueltas, giros y rotondas, laberintos y pasiones.
Vayamos al grano con un ejemplo concreto (aquí spoiler por falta de espacio):
Luci está casada con un policía. Se aburre, parece un muerto viviente, ella es una santa y él un malvado, un cabronazo. Hasta que ella conoce a las buenas samaritanas que son Pepi y Bom y estas la guían hacia la luz, hacia el descubrimiento de su verdadera personalidad y querencia, de su masoquismo, de su gusto irrefrenable por las palizas, de hecho, se aburría con su marido porque él no había cumplido con lo prometido, con darle palizas a ella, con ejercer la violencia que supuestamente era propiedad de su oficio, que se daba por descontada en su caso, como el valor al soldado, pues eso. Y es con las chicas buenas con las que explora esa faceta porque con el malo no había manera, no daba de sí el pobre, la respetaba demasiado. Y Luci se lía con Bom y esta la mea, la humilla, la convierte en su chacha, en su esclava, y Luci lo goza, pero pasa el tiempo, la triste rutina de la pareja, que se abandonan y ya no riegan la planta y claro, Luci se decepciona, se aburre a su vera, echa de menos un macho que de verdad la desgracie, se da cuenta de que Bom es una triste imitación de la verdadera maldad, que tiene que recuperar a su marido y a ver si lo lleva por la buena senda, por la necesaria violencia y verdad.
Es decir, el policía malo cuando actuaba como bueno con su esposa era rechazado, solo es amado cuando se comporta como malo. Y la esposa buena se desesperaba fingiendo santidad cuando en realidad deseaba, ansiaba, se moría por ser tratada como una perra. Y las bohemias que parecían las más transgresoras y amorosas, en realidad eran mucho más convencionales, egoístas, pacatas y aburridas, a lo sumo, unas inocentes, penosas corruptoras.
Tenemos unos papeles asignados, unos tópicos adheridos, unas reglas de comportamiento, unos roles o personajes a interpretar que no corresponden con la realidad, con lo que somos, con nuestro anhelo o verdadera necesidad. Por lo tanto, todo es una farsa, un juego tahúr donde nadie es lo que aparenta y la moral es solo una forma primitiva, brutal de control social, de placebo para toda esa gente que necesita juzgar.
Quiero decir con este galimatías que de este modo Almodóvar, a través del humor, de la broma gorda, muy gruesa, destripa, hace estallar por los aires todas las categorías morales tan convencionales que nos asolan, se caga en todos los tópicos, los prejuicios, los juicios simplistas, malintencionados, las izquierdas, las derechas (erecciones generales, esa es su política, a ver quién tiene la polla más grande y gorda como único criterio real de verdad), las amas de casa, la violencia policial, la inocencia salvaje, la bohemia, es en verdad casi más, en su revulsiva mirada, una sátira sobre los supuestamente suyos, los compañeros de viaje, los siempre buenos e ideales, ya que en ese momento Almodóvar despreciaba a los barbudos santones y cantautores de sermones a los que consideraba unos pelmas horrorosos de los que había que huir corriendo como el viento, y ya que los malos, los otros, los fachas o reaccionarios eran tan obvios y primarios que casi tenían su encanto de cavernícolas a los que no hacía falta ni atacar, bastante tenían con lo suyo, con su patetismo y retraso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 8 9 10 11 12 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow