Pi, fe en el caos

Me impresionó y emocionó positivamente el intento de la búsqueda de una respuesta a la vida y al orden del universo por medio de las matemáticas.
También es interesante el punto de vista religioso que da lugar entre alguno de los personajes que influyen al protagonista, pero me parece que se podía haber hecho más digerible para todos los públicos y no sólo para las mentes intelectualoides.

Pi, detrás de la simplicidad del círculo, la complejidad que esconde su carta de presentación.

Me ha sorprendido gratamente esta película, aun siendo consciente de su clara vocación de cine "rarillo" tipo David Lynch. Pero que caray!, me gustan sus ingredientes. El argumento, aunque supongo que con poca base científica, convence, la paranoia del protagonista la entiende todo aquel que ha estudiado matemáticas en algún momento de su vida, la continua reflexión existencial y también la estupenda banda sonora con drum n' bass.

En mi opinión, igual que comemos dulces y galletas saladas, deberíamos ver cine de todo tipo.

Una obra compleja y aparentemente caprichosa, que sin embargo no es tal pues resulta en todo momento un film más que interesante desde lo puramente cinematográfico.
De sesgo intelectual y con la presencia, enigmática y pseudoapocalíptica, del mundo matemático y de la cábala, propone una pirueta argumental y conceptual que conecta, sin cortocircuitos, la paranoia esquizofrénica y obsesiva, el ímpetu tecnológico y la sibilina conspiración, con el concepto del Poder y del Control - la Religión - al fondo del conjunto.
Es la historia de un hombre angustiado y finalmente vampirizado por una obsesión que trasciende su fijación matemática en un apoderamiento de todo su ser y estar. Y en esa pirueta Aronofsky aterriza sano y salvo, apenas con algún rasguño.
Muy buena la interpretación de Sean Gullette. Visualmente influenciada por los primeros trabajos de Lynch.

Joder. Al final habrá que colocarse un cartelito para hablar de la peli ésta.

Vamos a ver; en primer lugar el aspecto matemático/científico de Pi es una patraña. Enfermito ya lo ha desglosado en su crítica, la irracionalidad de Pi, las secuencias áureas, Fibonacci... todo muy bonico. Parece antes un manual de curiosidades matemáticas para críos que una película seria.

Segundo, el protagonista. Que sí, que es esquizofrénico. Que se le va la pinza. Creo que ya lo has dicho siete veces, Aronofsky. Y siempre con la misma secuencia de imágenes, las mismas paranoias que de puro absurdo aburren repetidas hasta el asco. Sí, el cerebro, el tren, el pitido desagradable, las pastillas. Y qué más.

Tercero, el desarrollo. Mira, ya es difícil soportar el tono de pretenciosidad constante de la obra ("las matemáticas están por todas partes", toma discurso revolucionario) y comprar la chorrada esa del número de 216 cifras que permite desde revelar un código secreto de la Torá hasta predecir las fluctuaciones de la Bolsa. Pero ya que tienes este material dale algo de emoción, no te atranques en la imagen, en la impresión fácil... para terminar ofreciendo un ejercicio de nadería narrativa, que no te proporciona tensión porque no entiendes un carajo, porque el argumento enterito parece una tremenda paja mental sin procesar.

Cuarto, la estética. Mola mucho lo del blanco y negro, ¿eh? Te lo admito, venga. Pero lo que no pienso tragar son los mareos insoportables con la cámara, los planos que no dicen nada y el surrealismo sin venir a cuento. Y mucho menos el daño que han tenido que sufrir mis retinas. Cabrón.

Hay que ver. Este bodrio tiene un 6,9 de media. Y es una película de culto. Pues nada, bendita sea la variedad de opiniones. A mí me parece un experimento efectista, vacío y simplista. No me dice nada. Las imágenes puestas porque sí, sin filtro ni procesamiento, no me transmiten nada. Y he aquí la razón de mi suspenso. No es que mi mente no alcance para entender las enrevesadas teorías numéricas que presenta. No es que me resulte demasiado complicado como he llegado a leer (anda ya...). Es que me deja frío porque creo que no tiene nada interesante que contar.

Pi es una película que me cautivó, por su atmósfera claustrofóbica y su sensación de paranoia. el único problema fue que me la publicitaron como una película de matemáticas, cosa que no es.

Que en una película cuentes tres anécdotas sobre matemáticos, y el potagonista sea matemático, no significa que sea una película sobre matemáticas.

Lo que sí es cierto, es que la cámara, la banda sonora, y el argumento impactan de verdad, lo suficiente como para que el que vea la película se sienta tan agobiado como el protagonista.

Mi nota, un 8.