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Los amantes de Montparnasse

Drama Montparnasse, el barrio bohemio de París, está lleno de artistas que aspiran a triunfar, aunque pocos lo consiguen. En 1919 vivía allí el pintor italiano Modigliani, que arrastraba una miserable y tormentosa existencia, ya que su arte no era comprendido y su único consuelo eran el alcohol y las mujeres. Siempre enfermo y borracho, su vida se dividía entre una tabernera y una rica inglesa que le proporcionaba opio y pagaba sus facturas. ... [+]
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
19 de octubre de 2007
53 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica película que retrata los últimos meses de vida del pintor Amadeo Modigliani (interpretado magistralmente por Gérard Philipe), que fue despreciado e ignorado por sus contemporáneos, viviendo en la miseria acompañado y apoyado tan sólo por su mujer Jeanne, unos pocos amigos y su fiel compañero el whisky, pero que tras su muerte se convertirá en uno de los pintores más cotizados de la historia.
Montparnasse 19 (título original de la película) no retrata sólo la vida de un pintor, sino ante todo el final de una época, la del Paris de la bohemia, aquella época en la que el arte tenía aún algo que decir, estaba vivo, era vida en sí mismo. Las escenas de Modigliani pintando enfebrecido, consumido por el alcohol y en la más absoluta miseria nos hablan de tiempos que ya nos son totalmente irreconocibles, ajenos, en los que el arte contenía en sí la utopía, la esperanza. El arte entonces todavía era vida, trágica a menudo, pero vida, y no una triste pantomima cuando no una gran estafa como sucede ahora.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maese Huvi
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16 de enero de 2010
38 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravillosa puñalada en el corazón.
Becker capta como pocas veces he visto el espíritu del artista atormentado en esta recreación de los úLtimos meses de vida de Modigliani, al que da vida un excelente Gerard Philipe, desparramando, contenido, las entrañas, para sufrimiento del espectador, por que a esta película se viene a sufrir. Uno sufre viendo a Modigliani beberse la vida hasta morir, sufre cuando lo ve mantener la dignidad a toda costa, mendigar con la cabeza alta y el estómago vacío, amar a pecho descubierto como un colegial. Fantásticos todos los secundarios, fantásticos, especialmente un odioso y espléndido Lino Ventura, yo quiero ser Lino Ventura, focalizando todos los odios de la función con un carisma sordo atronador y protagonizando la memorable y descorazonadora secuencia final. Pero aquí, de nuevo, el director es la estrella, por que Becker lo borda sombreando este lienzo de brochazos de amor, crueldad, decadencia y tragedia en ese París que casi se puede oler, y huele a vida efervescente y a miseria a partes iguales. De todos es sabido que la muerte vende en el arte, pero ningún arte como la pintura para ganarse la eternidad con un último suspiro, para hacer salir a las ratas de las alcantarillas, esta película lo retrata como ninguna y Becker, autor también del guión, es el hombre del pincel.
Peter Gabriel 77
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22 de diciembre de 2013
24 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque fuese escultor por vocación, la póstuma fama de Modigliani se debe a sus retratos, para los que posaban preferentemente personas de su entorno, quienes siempre valoraron la capacidad del artista para captar la esencia del retratado. Algo parecido es lo que logra otro artista, Jacques Becker, al realizar este filme, una herencia de Ophüls, quien expresó en su testamento el deseo de que fuera el realizador francés quien dirigiera la película.

A Becker no le interesa filmar una biografía completa de Modigliani, ni tampoco investigar en torno a su obra o estilo; lo que le importa en todo momento es plasmar un retrato humano sincero, sin que importe que en el proceso los trazos no sean del todo fieles a la realidad. Al fin y al cabo, la película no es sino el resultado de la particular mirada de un artista (Becker), del mismo modo que en los retratos de Modigliani era su particular perspectiva sobre el retratado lo que se imponía.

En este retrato, Becker trabaja escrupulosamente en el dibujo de su protagonista, paradigma del artista maldito, marcado por la fatalidad, la falta de reconocimiento y la tendencia a la autodestrucción; en este sentido, el argumento puede recordarnos al de "Lust for Life" ("El loco del pelo rojo"), de Minelli, quien también abundó en estos aspectos en su biopic acerca de Van Gogh, otro ejemplo de artista maldito donde los haya. Sin embargo, creo que esta película resulta más sutil y emocionante, entre otras cosas porque en el fondo del retrato Becker ha sabido incluir personajes muy interesantes, que enriquecen las perspectivas de la obra.

El guión se centra en los dos últimos años de vida del pintor, empleando para ello muy hábilmente las dos relaciones amorosas del artista. La primera, con Beatrice, se nos muestra en sus momentos finales, cuando es ya tan sólo una relación mecánica, forzada, en la que Modigliani vende un amor que ya no siente a cambio de unas copas; lo interesante es que Beatrice lo sabe, y aún así continúa amándolo y siéndole leal. La segunda, con Jeanne, es planteada como un amor verdadero y casi redentor, pues al experimentarlo, Modigliani siente que representa un nuevo comienzo para él, su última posibilidad para aferrarse a la vida, y quién sabe si también al éxito. Pero ya sea el mal fario -según el siniestro personaje que encarna Ventura-, o más bien la propia personalidad del pintor, ese éxito no llegará, como bien subraya Becker en el fragmento en el que un rico americano intenta aprovechar la obra de Modigliani para publicitar sus perfumes; resulta terrible el contraste de la reacción orgullosa del artista en ese fragmento con la humillación posterior que se nos muestra en su patético deambular por bares y cafés, "vendiéndose" a cinco francos el boceto.

Los cuatro personajes principales están excelentemente concebidos, y eso hace que los intérpretes realicen una excelente labor, pues tienen muy claro lo que representan. Aparte de un Philipe que en mi opinión cumple bastante bien, destacan las dos mujeres, de las que ya se ha comentado que encarnan dos amores distintos, aunque ambos sinceros; Lilli Palmer está fantástica interpretando a Beatrice, quizá el personaje más ambiguo, pero también con más encanto y con mejores diálogos. Por último Lino Ventura, un actor que siempre está bien, que siempre transmite, y que en este caso es la encarnación de un ave carroñera, como muy bien sugiere una de las últimas secuencias del filme (en mi opinión la mejor, pues su ejecución formal, brillante, lo es más por lo bien que capta la esencia del personaje, o en otras palabras, por lo bien que lo retrata).

Una película excelente, un drama lleno de interés y humanismo característicos del talento de un director que, al revés que Modigliani, fue reconocido en vida, para después ser olvidado hasta hace no tantos años. Paradojas de la fama, que como escribió Rilke, es el conjunto de malentendidos que se reúnen en torno a un hombre.
Quatermain80
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27 de marzo de 2008
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dedicada a Max Ophüls, pues iba a ser el genio vienés el encargado de llevarla a la pantalla. No obstante, fue otro grande el que finalmente la hiciera, logrando un film excelente.
"Los amantes de Montparnasse" es un biopic acerca de la vida del desafortunado y maldito pintor Amadeo Modigliani, hijo perfectamente legítimo del paradigma de su gremio, Vincent Van Gogh ("Modi" no vendía un cuadro en vida, pero nada más morir los tiburones devoraron su obra). Es una película hermosa, de magnífica puesta en escena, que capta muy bien la soledad del incomprendido artista, el dolor de su sombría y desesperada existencia, su último amor fou. Modigliani queda "pintado" como un talento huérfano y desheredado, sin rumbo ni suerte, un Casanova desganado y sin un franco que sostenga su descentrada vida, un bohemio amante de la lluvia y del alcohol, de las mujeres y la pintura, pero solo y nada más que solo. Es, pues, una metáfora de tipos humanos hoy día infrecuentes, casi extinguidos, pero embriagadoramente fascinantes, encantadoramente atractivos.
Estupendas interpretaciones y una parte final vibrante, magistral y seca como el Sáhara en su época más calurosa. Como último dato baste decirque hasta hace poco era una película muy poco frecuentada, cuasimaldita, hoy ya un clásico del cine francés. Pero ya le ha costado reivindicarse, ya.
kafka
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19 de febrero de 2014
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
He llegado aquí principalmente porque el nombre propio de su realizador hacía atractiva a priori la película, Jacques Becker, un hombre que en otros títulos ha tocado el cielo cinematográfico y que con la historia de la vida del pintor Madigliani me ha dejado a medias. Para que un biópic funcione no sólo hay que ser un buen director, con eso no basta, en mi opinión el peso de la vida de la persona que protagoniza el homenaje supone mucho más que en otras ocasiones. Y ahora viene lo importante: la vida real del pintor italiano y la que Becker guioniza son cosas distintas, y esta cuestión, que para muchos es la razón de ser del cine como cine mismo, para mí es lo que hace que "Los amantes de Montparnasse" no alcance el nivel que debería.

Dicho de otra forma: leer apenas unas reseñas de lo que fue la vida cierta de Madigliani me ha hecho más daño que ver el sufrimiento del actor que lo encarna en la película. No he podido evitar buscar información sobre la vida del artista y en ese momento crucial en el que mi alma se ha conmovido más que durante toda la película, inevitablemente, la película de Becker ha quedado en segundo plano. A veces la vida supera la ficción y en este caso, por lo visto, la biografía del pintor italiano sobrepasa enormemente en calamidades a la película francesa. Es injusto y raro, tal vez, pero "Los amantes de Montparnasse" quedan en un segundo plano.

Dicho esto, Becker no deja de ser un cineasta enorme que presenta la típica vida del pintor incomprendido, al estilo de Van Gogh por supuesto, incapaz de llevar una vida ordenada, con un desajuste emocional grave, alcohólico, pobre y con un talento más allá de lo normal. Para mí son momentos clave el primer encuentro con el amor verdadero en la academia de pintura, el intento de vender sus cuadros a un americano millonario (y sus propias referencias a Vincent Van Gogh) y sobre todo, ahí está la magia del cine y de un buen guión, las diabólicas apariciones de Lino Ventura. El amor fluye en París, el verdadero e innegable, el sentimiento fiel que se profesa la pareja, pero también la miseria y la muerte.... la enorme tristeza, por supuesto, la tristeza...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luisito
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