El Don ha muerto

En esas estamos cuando Luigi Orlando (Charles Cfiiof), mafiosillo de a pie con su jefe en prisión y ambiciosa esposa, conspira para ascender en la familia, utilizando a Ruby (Angel Thompkins), la bella novia de Frank, como motivo de enfrentamiento entre este y Don Angelo; a partir de aquí con la guerra entre familias declarada, matándose unos a otros como si no costara, cegados por esa ira sembrada por el conspirador Orlando, y quedando tan solo el buen juicio de Tony Fargo sobreviviendo entre el mortal caos que está diezmando hombres de una y otra familia, tenemos un buen ejemplo de esas en su mayoría interesantes y entretenidas películas que siguiendo la huella de "El Padrino" surgieron durante la década de los 70 (principalmente), en la que adaptando una novela escrita por el especialista en estos temas, Marvin H. Albert, ese también especialista en el retrato de tipos duros que hacen lo que deben en turbios ambientes, llamado Richard Fleischer (en la misma década nos regalo esas 2 joyitas llamadas, "Fuga sin fin 1971" y "Mr. Majestyk 1974"), dirige con firmeza y mano maestra una buena película de acción mafiosa, en la que el acertado desarrollo de personajes y escenas de acción, mantiene la atención del espectador durante toda la función, y aunque ese personaje encarnado por Frederic Forrest tiene mucho en común con el Michael Corleone de la primera parte de "El Padrino", y veamos varios de los actores de la misma en personajes de parecida factura, en absoluto se la puede considerar una explotation de la de Coppola, estamos hablando de un director como Richard Fleischer, una banda sonora a cargo de Jerry Goldsmith, y de un reparto en el que cualquier mitómano que se precie, disfrutara con un Anthony Quinn que aunque su papel no sea ni mucho menos uno de los mejores de su carrera, da gusto verle en pantalla, un joven Robert Forster que borda su impulsivo personaje, un recio Al Lettieri cuyo careto y bigotón tanto nos hicieron disfrutar hasta su prematura muerte (de un ataque cardiaco a los 47 años) y un Frederic Forrest más que digno en la buena composición de ese personaje que pasa de Tony a Don Antonio.

En resumen, buen thriller mafioso imbuido de la mejor atmósfera setentera, incomprensiblemente ausente del mercado de DVD en España (en los 80 si se comercializo en VCR, siendo un titulo puntero en los videoclubs de la época), de esos que no pueden faltar en la videoteca de el aficionado al género.

Muchos paralelismos con El Padrino. Como el personaje de James Caan, aquí Robert Forster es el que parece con más energía y ganas de heredar el negocio pero es demasiado impetuoso y usa poco la cabeza y, tras su asesinato, cae en manos de Frederick Forrest, alquien que quería huir de ese mundo pero las circunstancias y la muerte de un familiar le hacen convertirse en un poderoso capo; o sea, igual que lo que le ocurre a Al Pacino con su Michael Corleone.

Frederic Forrest es el inteligente hermano menor que se apresta a asaltar el poder y unificar a la mafia local. Esto sucede luego que un Don muere y una guerra es desatada por un intrigante entre tres familias mafiosas de una ciudad americana. La película logra mediante una fotografía tersa un ambiente con elementos de serie negra, mezclándolo correctamente con una temática de género literario mafioso.