The Midnight Gospel (Serie de TV)

The Midnight Gospel ha sido una de las sorpresas más grandes que me he llevado en esta cuarentena. Una serie de animación adulta que se centra en las entrevistas de Clancy, un reportero que es capaz de viajar entre mundos gracias a su ordenador, y realiza entrevistas en mundos que se encuentran al borde de la destrucción. Lo mejor de esta serie y lo que la hace única, son los temas tratados por Clancy y los entrevistados.
Cada capítulo es una entrevista profunda, sobre temas serios y filosóficos en los que nuestro personaje principal habla de sus emociones y sentimientos y que es correspondida por el entrevistado, que pese a estar su mundo en destrucción, le abre el corazón y debaten sobre temas tabúes que extrapolar a nuestra sociedad. Pero lo que quizás sea igual de importante que la entrevista, es lo que ocurre de fondo.
La historia del planeta nos la cuentan mientras Clancy realiza la entrevista, llena de momentos que te harán reír a carcajada limpia, lo que le da un toque surrealista e innovador, ya que cada mundo es una catástrofe, a cuál más bizarra, convirtiendo la serie en una especie de comedia negra en la que escuchas una entrevista profunda mientras ves un mundo destruirse.
No creo que esta serie se pueda comparar con Rick and Morty porque no tienen nada que ver, es un humor diferente, esta serie no muestra su humor en el diálogo sino en lo que ves a través de él. No sé como explicarlo con palabras así que mi recomendación es que no dudéis un segundo en verla, quizá no te guste y la quites o quizá te ocurra como a mí, que te enamores perdidamente de ella.

El creador de Hora de Aventuras ha hecho con The Midnight Gospel una combinación que yo no había visto antes. Por un lado tenemos una animación genial y una serie de sucesos entre el absurdo y el surrealismo que acaban resultando muy divertidas. Por el otro lado tenemos las conversaciones filosóficas que acompañan a las imágenes y que acaban siendo el eje sobre el que gira cada capítulo. El primero, por ejemplo, trata sobre las drogas y los efectos y consecuencias de su uso.

Es interesante y me ha parecido entretenida, sobretodo porque no te esperas que una serie de animación con aspecto de Hora de Aventuras vaya por estos derroteros. Además, la forma en la que combina lo que estás viendo y lo que estás oyendo (puede estar explotando un zombie mientras charlan calmadamente sobre los opioides) hace que piense que no he visto eso antes, y eso me gusta. Sin embargo, una vez he dejado atrás la sorpresa que me ha producido el primer capítulo, se me ha hecho tediosa. Las conversaciones lo ocupan todo, y aunque son interesantes se me han hecho cuesta arriba. Más que nada porque casi nunca interactúan con lo que sucede, sino que divagan y acaban cansando por muy estimulante que sea lo que estás viendo.

No sé si me estoy explicando, pero es como si estuvieras viendo una serie de animación pero le quitas el sonido y te pones un podcast sobre entrevistas de temas variados. ¿Entretiene? Sí. Pero más por lo sorprendente de su propuesta que por lo bien que funcionan sus partes.

Lo primero que sentí viendo la serie fue cansancio. No sabía en qué aspecto poner el pié para comprender el sindiós que había en pantalla. Tonto de mí, vi la versión en inglés subtitulada al castellano. La lectura constante de los textos no ayudó a la sobrecarga que provocaba en mi cabeza el aspecto visual rico en detalle que mostraba. Una agilidad visual digna de Rick y Morty pero sin el sentido argumental dentro del sin sentido que la serie de Harmond y Roiland estila. ¿Otra aventurilla posmoderna? Me sentía como si estuviese viendo Hora de Aventuras pero peor. Lo visual se siente como mero atrezzo de una reflexión sobre meditación muy erudita. Dejo la serie unos días, cansado.

Pienso: veo que hay elementos enfrentados, un apartado visual rebosante lleno de chistes idiotas, simpatía dentro del gamberrismo, hermosos fuegos de artificio y un "argumento"/reflexión cerebral, denso y complejo que pese a hablar de aspectos místicos y culturales que me son ajenos sencillamente es capaz de atraparme. Pero leer a tal velocidad me cansa. Y sé que una filosofía puede condensarse en un argumento de un modo mucho más articulado. En lo que Rick y Morty falla (si es que alguna vez pretendió encarnar tal filosofía nihilista en serio, pues siempre me pareció un apósito molesto) Bojack Horseman lo hizo, mil veces mejor que Midnight Gospel.

Vuelvo, esta vez con la serie en castellano. Mi mente absorbe los aspectos generales del audio en formato podcast que transmite datos, conceptos y desarrollos sobre mindfulness a toda mecha. Mis ojos siguen siendo incapaces de registrar el alto detalle visual. Mi atención se diluye y se divide. Me empiezo a sentir incómodo viendo que sintetizo menos si no leo por el propio formato de la serie, que impide ejercer la "atención plena". Incluso los capítulos menos densos me pillan con la cabeza muy deshecha. Corroída.

Curiosa paradoja. La serie es profundamente contradictoria en sí misma. Me empieza a llamar la atención que activamente la serie parezca batallar por destruir tu atención, porque trates de luchar por darle un sentido único a una bomba de contenido que satura tu percepción. Ojos, oído y cerebro empiezan a sentirse claramente en compases diferentes por culpa de los diversos flancos por los que esta serie asesta golpes y termina agotando.

Finalmente el último capítulo da en el clavo y armoniza, como si de una resolución de contrarios se tratase, podcast y vídeo. El emotivo final ata cabos y termina generando un escenario desgarrador en el que el espectador es llevado con suma delicadeza y sensibilidad, propia de la situación que vive Clancy frente a su interlocutor/a. Al fin el formato de podcast deviene en argumento fusionándose con la imagen y deshaciendo en el proceso al espectador en lágrimas en un hermoso marco cósmico.

Quizá mi juicio sobre la serie no sería tan duro si esa harmonía que el capítulo final presenta hubiese existido desde el principio. Pero este juicio sería útil si juzgaramos a la serie como serie, como haríamos con Bojack Horseman o Rick y Morty por ejemplo, y no como un ejercicio metanarrativo.

Una conversación con una amiga me hizo ver que quizá, detrás, pueda haber una intención impresa. Más concretamente, reflejar con el ataque a la atención del espectador con base en los flancos auditivo y visual la imposibilidad vital de poner atención en aquello que estamos viendo por la saturación de estímulos a los que estamos sometidos. Es decir, una metáfora audiovisual de nuestra vida cotidiana. De modo paradógico, la serie como serie fracasa en el punto que el espectador medio de Netflix o de cualquier otra plataforma legal o ilegal realmente busca del catálogo que consume como adicto. Consumir un producto audiovisual del que luego no se acordará ni sacará nada en claro por el mero hecho de evadir su atención, de disociarse de la vida que le rodea y de sí mismo. Exactamente lo mismo hace Midnight Gospel, rompiendo con su base filosófica, el mindfulness y reflexionando sobre la vida y su relación con la muerte sólo para reencontrarse en el capítulo final donde todo tiene un fondo argumental más sólido. Sin embargo, lo hace con un contenido filosófico potente que este catálogo en su mayor parte no posee. Es quizá lo que pueda incomodar al espectador. Es quizá lo que pueda haberme incomodado. Tal osadía. Y eso hace justicia a mi nota. Es interesante.

*Hora de aventuras y sus mundos fantásticos

Durante diez temporadas pudimos vivir toda suerte de aventuras de la mano de un niño (Finn) y un perro (Jake); aventuras que tenían lugar en mundos de fantasía repletos de princesas, brujas y todo suerte de seres.

Hora de aventuras se hizo un lugar entre los más pequeños (la presentación de personajes no podía ser más colorida y llamativa) e incluso entre un público más adulto, encantado con lo absurdo de sus tramas y cierta profundidad que estaba ahí, para quien la quisiese descubrir.

*Hora de aventuras, serie de culto

También destacaba su mezcla de aventuras, acción, comedia e incluso drama y romance. Además, sus historias, un tanto autoconclusivas (y aparentemente sencillas) al inicio, fueron desembocando en algo mucho más ambicioso.

El hueco dejado por dicha serie de animación fue inmenso y todos (al menos los fans) nos preguntábamos qué seria capaz de ofrecernos Pendleton Ward, su creador, tras ella, ya que había dejado el listón por las nubes (por las nubes de esos mundos mágicos tan presentes en su famosa obra).

*The Midnight Gospel tiene mucho que contar

El primer capítulo de The Midnight Gospel, en el cual nuestro protagonista, Clancy, viaja a un planeta sumido en un apocalipsis zombi, puede recordarnos un poco al primer capítulo de la serie de Finn. Si bien, el devenir/resultado de uno y otro es bien distinto.

Y es que lo digo desde ya: quienes esperen encontrar en The Midnight Gospel una nueva (o una continuación de) Hora de aventuras van a sentirse francamente decepcionados.

*The Midnight Gospel, contenido y continente

The Midnight Gospel, para empezar, no es una serie de animación para todos los públicos (Netflix la tiene catalogada para mayores de 16).

En The Midnight Gospel tienen cabida la religión, la violencia e incluso el sexo. Y las escenas absurdas de acción quedan en un segundo plano, eclipsadas por diálogos extensísimos (los que mantiene Clancy con alguno de los habitantes del planeta de turno al que viaja) sobre cuestiones terrenales y/o incluso espirituales.

Vale, sí, sigue siendo de lo más colorida (y psicodélica) y, sí, sigue contando con un diseño de personajes de lo más peculiar (los de esta serie son más excéntricos y, en líneas generales, también más feístas), pero en ella priman (lo repito para que no haya la más mínima duda) las conversaciones; conversaciones profundas, extensas, existencialistas…

Curiosamente, dichas conversaciones siempre tienen lugar en medio de un entorno de lo más caótico (sic).

*Conclusión

Filosófica como pocas (series de animación o no), The Midnight Gospel nos habla de la vida y la muerte; de la autoconsciencia; del autodescubrimiento. Y lo hace envuelta en un papel multicolor marca de la casa.

Si Hora de aventuras era un canto a la amistad, The Midnight Gospel es un canto a la vida. O, mejor dicho, a vivir el presente; a averiguar tu lugar en el mundo. Curioso que nos llegue en plena pandemia mundial.

Lo mejor: Sus posibilidades son prácticamente infinitas. El último capítulo es una auténtica joyita.

Lo peor: Que sea tan discursiva (y densa, muy densa) puede echar para atrás a más de uno. Lo mismo sucederá con los que esperen una especie de continuación de Hora de aventuras.

Escrito por Javier Mazo

El cine hoy en día se ha vuelto muy básico, la tecnología ahora ha hecho entretenimiento simplista y nada más, muchos cinéfilos actuales solo busca entretenimiento visual no ver cine de calidad. Si vamos a los inicios del cine siempre habido cine surrealista, abstracto y complejo o sino porque en 1929 se realizo el corto de culto surrealista de Buñuel y Dalí Un Perro Andaluz, inclusive directores de talla como Bergman, Tarkovsky, Fellini, Lynch tienen películas de este tipo y si vamos al mundo de la animación series como Ren y Stimpy o la mas reciente Rick and Morty o el mismo director de culto Satoshi Kon, siempre nos han dado cine para que pensemos y admiremos, dándonos no solamente guiones básicos y simplistas para entretenernos y nada más, sino cine para que reflexionemos, pensemos y admiremos cada vez más este maravilloso arte.

The Midnight Gospel es animación surrealista en todo aspecto, con un guión muy bien trabajado, planteándonos temas filosóficos como el nacimiento, la procreación y la muerte, nos plantea dudas existenciales (que es la muerte y que hay después), los multiuniversos, física cuántica y más contenido que irán sacando cuando la vean.

Ward y Trussell creadores de la maravillosa Hora de Aventura, retornan ésta vez con algo mas maduro, abstracto y muy creativo, poniendo en evidencia que la animación puede tomar muchos temas, dimensiones, personajes que van mas allá de lo que nos imaginamos, si hay bastante material relacionado con alucinógenos, drogas provenientes de la mezcalina y dmt en especial, parece que los creadores han consumido este tipo de drogas y en base ha ello escribieron parte del guión de esta serie. Sin duda es una serie recomendables si quieres ver otro tipo de cine y salir un momento a los que nos tiene acostumbrados entretenimiento actual, guión raro pero gustoso y original en todo sentido.