Una casa, la familia y un milagro

La película comienza con un flashback de la década de 1980 en el que empezamos a conocer a la familia compuesta por tres chicos y una chica los cuales viven con sus padres en una enorme mansión.  Ya de mayores vemos como el padre lleva en el hospital en coma más de cinco años, lo cual hace pensar que no despertará jamás y deciden vender la casa a un vecino y amigo de la infancia, los muebles a su vez se los venden a unos gitanos anticuarios bastante ridículos. Pero el padre despierta y tendrán que volver a conseguir todos los recuerdos personales así como el inmueble en cuestión.

Marca el debut como director de Augusto Fornari, actor y autor teatral que consigue darle a los personajes esa mezcla de cariño y rivalidad entre ellos bastante aceptable, consiguiendo que te caigan bastante bien, ya que cada uno es muy diferente.

Los gags son bastante típicos en este tipo de comedias italianas así como los clichés de los personajes. Le falta ser más incisiva así como un ritmo más rápido de humor sin tantos altibajos sentimentales para que no parezca una triste reflexión sobre la familia. Aunque ciertamente recuerde un poco la trama a "Goodbye Lenin" en el tema del engaño resulta simpática de ver y tampoco pretende mucho más que el mero entretenimiento siguiendo un poco la línea del cine francés de comedias ligeras familiares. 
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El actor italiano Augusto Fornari debuta en la dirección con esta comedia con guion propio que, aunque emplea los tópicos típicos del género, tiene varias situaciones divertidas en la parte central, que es cuando hay un mejor desarrollo de los personajes, después de un primer tercio de presentación que es bastante monótono, y que son los peores minutos de la película que va creciendo en calidad e ingenio con el paso de los minutos. La premisa es sencilla y es la venta de una mansión por cuatro hermanos aprovechando una situación de coma irreversible de su padre, hasta que todo se complica cuando Sergio, el cabeza de familia mejora de su situación delicada, y sus progenitores tienen que hacer cambios que originarán esas situaciones de humor bastante bien diseñadas, y que hará que esa segunda mitad y sobre todo la parte central tenga varias situaciones ingeniosas, aunque en el fondo nos encontramos con la típica comedia italiana que está llena de tópicos, pero que a menos en esta ocasión no aburre durante toda la propuesta.

Matilde Gioli, Lino Guanciale, Stefano Fresi y Libero De Rienzo son los que interpretan a los 4 hermanos, entre las que destaca la Mailde Gioli que tiene un mayor cambio de registro y que se mueve de manera más natural que los otros 3, y también destaca el veterano Luigi Diberti como Sergio, el cabeza de familia.
No es una película que necesite destacar a nivel técnico o artístico, pero al menos tiene unas canciones muy bien insertadas que amenizan la historia. Una película que puede gustar a los que los pasan bien con estas comedias europeas, ya sean francesas o italianas, y sobre todo al público medio que disfruta con estas historias cómicas familiares.

LO MEJOR: Algunas situaciones de humor bastante divertidas en la parte central.
LO PEOR: El primer tercio es bastante monótono durante la presentación de los personajes y el asunt central.

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Película que se resume en “hijos que venden la casa del padre, que lleva cinco años en coma, y se despierta”. En sí, es sencilla y no tiene muchas pretensiones pero es entretenida por las situaciones surrealistas y tontas a las que se abocan los personajes por sus malas decisiones.

En conjunto es divertida y tiene a veces escenas de chiste fácil y de reencuentro familiar. Y los personajes son entrañables a su manera y es la típica película para pasar un buen rato.

Si la tuviera que definir sería como comedia familiar, bastante previsible y de sonrisa fácil.