The Righteous

*Raíces teológicas

En The Righteous los primeros textos de las religiones abrahámicas, no existe la figura de un diablo como la de nuestro imaginario en la actualidad. No era necesario, la figura del Dios monoteísta era reconocida como terrible por su ira. Para quienes estudian esta teología y se adhieren a ella, nada ha cambiado. Después de todo, no es el Diablo quien finalmente lanzará el gran juicio final, ni quien desatará a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. El libre albedrío, señala Frederic, nos permite elegir nuestros propios caminos, si caemos en la tentación, es nuestra responsabilidad.

Frederic se encuentra en un lugar muy oscuro al comienzo de The Righteous. Él y su esposa Ethel, Mimi Kuzyk, la mujer por la que dejó el sacerdocio, acaban de enterrar a su hija. Necesitan tiempo a solas para llorar, pero su período de duelo se ve interrumpido por la llegada de un joven extraño, Aaron, Mark O’Brien.

Tiene una pierna herida y les implora su hospitalidad. Frederic es cauteloso, después de todo, son una pareja mayor que vive en una casa remota en las afueras de la ciudad, pero quiere hacer lo correcto. Existen dudas razonables en la pareja, sobre todo en Ethel, pero Frederic decide no recurrir a las fuerzas locales para denunciar esa amenazante presencia. Es como si se tendiera una trampa para voluntariamente acabar cayendo en ella.

*Monstruos internos

El largometraje The Righteous, debut del director canadiense Mark O'Brien, que también es guionista, posee una escenificación muy bella, aunque resulte un tanto teatral. The Righteous se desarrolla como una sucesión de conversaciones llevadas a cabo en o alrededor de la casa solitaria, donde una habitación vacía es testimonio de la pérdida de la pareja. Desde el principio, los espectadores sospecharán que la muerte de la niña y la llegada de Aaron están vinculadas de alguna manera. Sin embargo O'Brien no pone el peso de su historia en eso, sino más bien en el pasado de los personajes para identificar los problemas interiores y entre ellos.

Es una historia que examina numerosos aspectos de las escrituras, aunque no de una manera excluyente para quienes posean un conocimiento limitado de las mismas. Al mismo tiempo The Righteous también plantea cuestiones morales que son inseparables de los antecedentes personales, explorando lo que significa comprometerse con un ideal. Incluso cuando eso suponga desafiar a las instituciones que nos lo pidan. Aquí, los pecados de la Iglesia se entrelazan con los de sus seguidores.

*Belleza sobria

La magnífica fotografía de The Righteous en blanco y negro de Scott McClellan amplifica cada detalle de los rostros de los actores y los enmascara en las sombras en momentos cruciales, permitiendo que las verdades emerjan poco a poco. Los secretos se abordan en el contexto de la corrupción que podría desprenderse de ellos, pecados que engendran más pecados y que poco a poco carcomen el alma.

La relación entre culpa, inocencia y violencia resulta complicada. A medida que los eventos se vuelven más confusos, nos resulta difícil saber qué parte de lo que vemos es real, y cuál es una manifestación de las creencias. Pero la condena sigue siendo tal independientemente de qué tipo de hechos provenga.

The Righteous, estrenada en España el XL Festival de Cine de Terror de Molins de Rei, con toda probabilidad será encuadrada en el terror. Aunque realmente está fuera de lo que habitualmente señalamos como película de género. Sus inquietudes y debates intelectuales, espirituales, existenciales la acercan más a Bergman que al terror como género visual.

*Conclusión

The Righteous nos adentra en el horror humano y los demonios interiores. Pero su ritmo lento y su estilo formal hacen que sea poco probable que llegue más allá de los circuitos de festival. Por impresionante que sea en ciertas escenas, el conjunto resulta incompleto.

Podemos pensar, y con toda la lógica en un director debutante, que O'Brien en The Righteous está probando la temperatura del agua antes de lanzarse a la inmensidad del océano. Aún así, es una obra de cine audaz y apasionada.

Escrito por Juan Avilés Torres

Vamos por partes. Primeramente vamos a intentar ponernos en la mente del director de un proyecto cinematográfico cuando decide rodar un film en blanco y negro. Podríamos encontrar alguna justificación si la trama se mueve por los derroteros del noir, nunca mejor dicho, o, pongamos por caso, dentro de algo onírico y también perturbador y terrorífico como podría ser Erasehead (David Lynch, 1977). Un ejemplo más reciente sería la excelente The Lighthouse (Robert Eggers, 2019) la cual también tira de escabrosidad.

The Righteous no justifica, tanto por la trama como por la escenografía, el uso de ese tono bicolor. Dicho de otra manera, se podría haber rodado en color y la percepción de la misma no habría cambiado en absoluto. Estoy seguro que, después de verla y transcurrido algún tiempo, no nos acordaremos de esa circunstancia.

Frederic, un ex sacerdote, vive con su esposa en una solitaria casa en medio de un bosque. Tras una desgracia familiar aparece, como salido de la nada, Aaron, un joven que hará que toda su vida salte por los aires.

Estamos ante un film totalmente de autor. El director, guionista y uno de los protagonistas es Mark O’Brien, que debuta en el mundo del largometraje con este film. Algo bastante arriesgado, puesto que es una obra que no agradará a un público mayoritario, con el agravante que toca un tema, el religioso, que resulta algo duro de digerir.

La escasez de escenas truculentas hace que se apoye excesivamente en los diálogos provocando que, si no te va ese tipo de cine, acabes bostezando al poco de empezar. Una de las cosas positivas, no obstante, es que la trama va apareciendo poco a poco, lo que origina una curiosidad que te hace llegar hasta el final con bastante holgura.

Otro de sus puntos fuertes es el de las interpretaciones. Llevan todo el peso del film con algún que otro interesante duelo actoral. Encabeza el reparto Henry Czerny (Mission: Impossible) en un papel en el que desarrolla toda su vena dramática, que es mucha. Como antagonista y con el cual se pasan toda la película hablando, tenemos al mismísimo Mark O’Brien (Ready or Not) como Aaron, en una caracterización hecha a la medida, por algo es el jefe supremo. Tenemos que nombrar también a una excelente Mimi Kuzyk, como esposa de Frederic. En papeles algo menores nos encontramos con Kate Corbett (It Chapter Two), Mayko Nguyen y Nigel Bennett.

Vamos acabando. The Righteous nos demuestra que en ocasiones dos más dos no son cuatro, dicho esto en el sentido de que encierra una historia algo escondida que, como mínimo, despierta nuestro interés. El cine, ya lo sabemos, tiene muchas variantes y aquí se trata de darle un poco a la mollera lo que, en principio, no está nada mal.

https://www.terrorweekend.com/2021/08/the-righteous-review.html