Ligones

Debe prohibirse la lectura de las novelas de la escritora británica porque en cada una de ellas se produce un crimen, lo cual fomenta la violencia. Por supuesto se hará lo mismo con las películas basadas en sus libros.

Debemos retirar toda película donde haya muertes, asesinatos, o incluso las de secuestro o cualquier tipo de acto agresivo tanto físico como psíquico.

Se debe promocionar simplemente el cine blanco, para evitar que nadie se sienta agredido en su condición personal y de género.

La razón de mi ironía se sostiene porque esta película ha sido masacrada, buscar y leer las causas... No voy a decir más.

Os habéis preguntado algunos ¿Donde podemos hallar ese punto de inflexión del despeñadero del absurdo al que estamos llegando?

La semana pasada viendo una entrevista de Gurruchaga, comentó que hoy no podría haber grabado la canción que tan popular le hizo. ELLOS LAS PREFIEREN GORDAS.
Argumentó que existe una sensibilización exacerbada ante cualquier situación en la que un colectivo se sienta atacado. EN FIN...

Leyendo alguna crítica en esta página de cine, creí que habíamos visto películas diferentes... Leí unos argumentos profundos sobre cuestiones que nada tienen que ver con esta tontería de película, que alguien se empeña en situar al margen de lo que es o representa. No hace gracia, pero no la hace porque es absurda. Quien realice otra lectura sobre cuestiones ajenas, es que tal vez tenga algún tipo de problema serio.

Un poquito de sentido común.... por favor. LIGONES es una bobadita sin más recorrido, ejecutada sin gracia alguna y ya... Salvemos al mundo de la creciente ola de "gilipenes"

Que nadie venga con que no hay responsabilidad en la ficción, porque no es cierto. Somos las películas que hemos visto, las canciones que hemos escuchado y los libros que hemos leído, y el cine y todas las demás representaciones culturales forman conciencias. Porque el problema es que tanto la imagen que se da del hombre en ésta y la mayoría de las películas (descerebrados que sólo quieren follar y hacen lo que sea por conseguirlo) como la representación en clave cómica de una violación, en un país donde se comete una cada 7 horas, contribuyen a crear un imaginario en el que se perpetúa la cultura de la violación y se minimiza, se ningunea o se resta credibilidad e importancia a la violencia que sufrimos las mujeres. Eso es lo que hace "Ligones". Y no, no es humor ni se pueden tomar a la ligera supuestas gracietas que fomentan que este bucle no cese nunca.

Ni se puede justificar la violación ni se puede presentar como si fuera un chiste, algo divertido que se te ocurre hacer con tus amigos y que no tiene consecuencias. Si a nadie se le ocurriría hacer una comedia en la que se le da una paliza a un negro, ¿por qué sí sobre una violación?

No paraba de ver denuncias, quejas y una creciente ola de un feminismo exarcebado y exagerado deseoso de conseguir una presa con la que me temo parte del elenco intentar enganchar su propio carro a la fama, mala jugado en este mundillo.
He visto la película, en un pequeño pero acogedor cine madrileño, en su última semana en cartelera (después de unas nada despreciables 9 semanas)
No he encontrado por ningún lado ese fanatismo, machismo y el trato de la mujer como un trozo de carne que tanto se demanda en esta película. Me he visto sin embargo, una película sin ínfulas de grandeza, con gracia en algunos toques, narrando las desventuras de un grupo de amigos inadaptados, ni más ni menos.No creo que la película se quiera tomar mucho más en serio que esto.
Es por tanto recomendable para pasar una hora y media refrescante, perdonando sus fallos, que logicamente los tiene.
El elenco cumple su misión y es agradable ver caras pocos conocidas en una porducción española.

Deberían poderse censurar también las critícas a la ligera y poder obligar a que se opinara después de su visionado.Pero eso de opinar después de conocer, es difcil de ver en este país.

Déjenme empezar la crítica diciendo algo: no soy un experto en cine, no soy tampoco particularmente cinéfilo, por lo que no me siento capacitado para opinar con criterio sobre las sutilezas del arte de la actuación y la artesanía de la dirección de cine. Pero si yo voy paseando por el campo y me encuentro un helicóptero empotrado en un tendido eléctrico, no hace falta ser piloto para saber que alguien la ha cagado.

Más allá de la polémica que ha girado alrededor de las escenas, claramente de mal gusto, pero donde no se muestra ningún tipo de violencia sexual, esta excreción fílmica es una catástrofe al nivel de la explosión del Hindenburg: una cosa terrible que ha causado víctimas mortales, pero que de puro morbo no puedes dejar de ver. Me sentí tan compelido a compartir esta experiencia vital con todo el mundo que me he hecho un usuario de filmaffinity sólo para poder hacer esta reseña.

Las actuaciones en esta película están a otro nivel. A otro nivel por debajo. No he visto un reparto tan absolutamente incompetente para la interpretación en mi vida. Todos sobreactúan, ningún diálogo tiene el “punch” y el peso que debería tener y entre cada línea dejan unas pausas incómodas como la cama de un faquir. La única que parece que ha dado clases de interpretación es Teresa Lozano, pero tiene un papel secundario, así que de una actuación decente que hay no vais a disfrutar mucho, no.

Lo que vais a gozar son los personajes, tropos vivientes en verdad, que no podrían dar más asco si los mojaran en un batido de estiércol. Probablemente, si no hubieran llevado al extremo esas “personalidades”, hubieran sido más creíbles.

¿Qué puedo decir del guion? Del guion podemos decir que es un escrito que contiene los diálogos y las indicaciones técnicas necesarias, como planos, decorados, iluminación. Debo de asumir que en esta película hubo uno y que, seguramente, había varias copias en papel. A estas alturas de la reseña, si no puedo decir algo bueno, mejor no digo nada.

¿Recomiendo esta película? Sí. Absolutamente. Esta película es el “The Room” español y así habría sido si no se hubiera montado el follón que se montó.