Sólo Dios lo sabe

O como el maestro Huston es capaz de sacarse una obra magnífica del bolsillo. Viendo la película es innegable que el regustillo a "La Reina de África" está presente. Sobre todo cuando la relación entre el marine Allison y la hermana Ángela empieza a tomar tintes humanos. Pero antes de que esto ocurra Huston se encarga de meternos a través de su excelente cámara en una película que se termina conviertiendo en una de esas pequeñas joyas que el cine esconde en sus rincones. El saber disfrutarlas, admiradlas y comprenderlas te da ese billete para viajar a esos rincones.

Comienzan los primeros fotogramas con un excelente Mitchum a la deriva en medio del océano. Comiéndose la nerviosa cámara de Huston tras su desembarco solitario en una desconocida isla del Pacífico a la que la suerte o la desgracia, o simplemente las olas, le han llevado. Estamos en plena guerra mundial y el cabo de los Estados Unidos Allison se dispone a vivir una experiencia que le cambiará seguro su vida. No necesitan ni Huston ni Mitchum ninguna palabra. Se hablan a través de la cámara. Mitchum llega a la playa, se esconde, avanza desesperadamente a través de la vegetación en busca de agua dulce. Bebe. Se camufla de nuevo y nadando entre las aguas divisa e inspecciona lo que parece ser un asentamiento. No, una colonia. Hay una iglesia en lo alto de una pequeña colina. Aparece la hermana Ángela (Deborah Kerr) e inmediatamente la cámara se tranquiliza. Mitchum se calma. Terminan así unos primeros ocho minutos inolvidables, tremendamente dinámicos y que sirven perfectamente para demostrarnos lo que pueden hacer dos grandes en un abrir y cerrar de ojos.

A partir de aquí Huston filma algo que le gustaba y a lo que ya anteriormente en su carrera se había referido: la relación entre un hombre y una mujer tremendamente diferentes ambos y que consiguen, en medio de terribles difilcutades, encontrar fuertes nexos de unión entre ellos y que muestran al espectador de una forma tremendamente metafórica y simbólica. Esto le gustaba mucho al director americano. La casi-poesía que termina invadiendo la relación del cabo Allison y la hermana Ángela la convierten en una preciosa y evocadora historia de amor. Historia de amor que durante toda la película es imposible pero que Huston arregla con un final en el que el espectador es el auténtico guionista.

Pocos medios pero mucho talento. Fuegos de artificio bien utilizados y casi paremos de contar. Lo demás es plena magia interpretativa y de dirección. Totalmente imprescindible a la hora de seguir la carrera del director americano y para reafirmarse en que cuatro décadas rodando maestro todavía me parecen pocas...

Lo justo es empezar diciendo que siento debilidad por Robert Mitchum. Soy de los que piensan que Bobby, sólo con su presencia, llena un plano, da sentido a una escena, hace que una película merezca la pena. Él solito. Soy consciente de que algunos pensarán que exagero, pero también sé que otros me entenderán perfectamente.

Y teniendo en cuenta que el film es, básicamente un Mitchum/Deborah Kerr, resulta fácil entender que ya está hecha la mitad del trabajo.

Aunque no sólo por eso disfruté esta película. Creo que la simplicidad del planteamiento inicial (dos personas que se encuentran en una isla) sirve para desarrollar ideas mucho más complejas, de corte incluso trascendental y metafísico. Todo dosificado en diálogos formalmente simples, pero con un contenido sorprendentemente profundo.

Además, la acción queda distribuida con ingenio y clase. A lo John Huston. De modo que la historia de los dos náufragos accidentales nunca resulta aburrida. De eso nada.

De este film me gusta Robert Mitchum, me gustan los diálogos, me gusta el guion y, sobre todo, me encanta que una película con dos personas en una isla -casi- desierta sea siempre entretenida.

Situada en mi opinión dentro de la tabla media-alta de las películas de John Huston, “Sólo Dios lo sabe” es una meritoria obra con tintes teatrales que se adentra en las profundidades de la soledad, la imposibilidad de la realización de los deseos y de la supervivencia en entornos hostiles.

Al margen de la calidad en la dirección de John Huston, la película se sustenta por los dos protagonistas, curiosamente en los Oscar los americanos nominaron a la británica Deborah Kerr, mientras que los ingleses en los BAFTA nominaron a Robert Mitchum, personalmente y aunque los dos están espléndidos, me quedo con la actuación de Mitchum.

Si la puntuación no alcanza mayores cuotas es por una parte final en clara disarmonía con el conjunto del film, que explico en el spoiler.

Película muy recomendable, aunque no deja de ser algo bastante desilusionante todo el desenlace.

Nota: 6,8.

Un drama que combina argumento bélico y una historia de amor bastante obvia no es, definitivamente, mi primera opción al momento de seleccionar una película clásica para ver, no obstante “Sólo Dios lo sabe” presenta dos elementos trascendentales que me impulsaron a evadir mis propios prejuicios: 1) La pareja conformada por Robert Mitchum y Deborah Kerr; y, 2) La dirección del experimentado John Huston. Luego de sucumbir ante mi poco fundada corazonada no me puedo quejar, la cinta satisfizo mis expectativas con creces y en los párrafos siguientes intentaré comunicarle por qué.

Durante los últimos días de la II Guerra Mundial el Cabo Allison (Robert Mitchum), de la Marina estadounidense, luego de que la tripulación del Submarino en el que viajaba tuvo que abandonarlo durante una misión, es llevado por la corriente marítima hasta una isla aparentemente desierta en el Océano Pacífico, habitada únicamente por una monja irlandesa (Deborah Kerr) que espera, sosegadamente, ser rescatada. Consecuentemente, entre el marino y la monja, se desarrolla una amistad singular matizada por una atracción física, sexual y emocional totalmente implícita, contenida por los estándares morales de los protagonistas e interrumpida constantemente debido a la tensión que surge cuando ambos se ven a la merced de los invasores japoneses que entran y salen de su refugio natural de manera constante y antojadiza.

Lo primero que salta a la vista es que, sin contar el número reducido de extras que interpretan a soldados japoneses y norteamericanos, la historia se desarrolla con la presencia de, únicamente, dos personajes, en consecuencia depende de ellos, de una dirección equilibrada y, sin duda, de un guión lo suficientemente interesante, que la obra sea un éxito. En el sentido anotado debo expresar que precisamente los actores, el director y el guionista son los aspectos más conspicuos de “Sólo Dios lo sabe” y es por ellos (en especial por el gigantesco talento y presencia escénica de Robert Mitchum y Deborah Kerr) que la disfruté mucho y la recomiendo.

He visto esta película unas cuantas veces y cada vez que la veo me gusta más. Supongo que será esa madura y sincera relación entre el marine y la monja, junto al exotismo de la isla amenazada por los japoneses (que en realidad eran chinos ya que no encontraron extras japoneses).
La relación entre dos personas "solas" en un paisaje exótico es algo que a John Huston parecía gustarle mucho. Pues años atrás rodó la aún más madura y comprometida "La reina de África". De la cual bebe mucho ésta.

Quizás echo en falta algo más de atrevimiento en el guión, pero debido a la censura de la época -un inspector de la Liga Católica de la Decencia visitó el rodaje- es algo normal.

Cuando un director logra realizar una obra maestra y año más tarde se propone hacer otra película con una idea similar es inevitable compararlas, pero realmente sería injusto despreciar esta joya. Se que no llega al nivel de "La reina de África", pero es de los trabajos más refrescantes y divertidos de John Huston.

También sería injusto no mencionar el trabajo de sus dos maravillosos protagonistas. Robert Mitchum está impecable, posiblemente sea una de sus mejores interpretaciones. Huston pensó en Marlon Brando para el papel, pero dudo que éste hubiese dotado al personaje de ese encanto natural e indiferente de Mitchum. Huston quedó tan impresionado con el trabajo de Mitchum que le habló de trabajar juntos en otra película que tenía en mente; "El hombre que pudo reinar".
Deborah Kerr está magnífica, aunque me hubiese gustado verla algo más destapada... como haría en varias de sus posteriores películas.

Un 9 quizás sea demasiada nota, pero me parece una nota muy baja la que tiene en ésta página.