La mujer ilegal

La pareja formada por el director Ramon Térmens y por el guionista y actor Daniel Faraldo llevan varios años trabajando juntos. En sus películas han abordado numerosos temas de interés nacional. En "Negro Buenos Aires" trataban la corrupción política, en "Catalunya über alles!" nos hablaban del racismo y en "El mal que hacen los hombres" nos mostraban cómo funcionan los secuestros exprés. Ahora nos presenta su último trabajo "La Mujer ilegal" que denuncia el trato a los inmigrantes en un thriller con trasfondo social y gran crudeza.

La película nos intenta mostrar el trato que reciben los inmigrantes ilegales en España y en el resto de Europa. Y todo eso lo hace a partir de la historia de una mujer nigeriana y un abogado español (papel encarnado por el propio Daniel Faraldo). Todo empieza cuando el abogado descubre que una joven kosovar, cuyo caso lo lleva él, ha aparecido muerta en un centro de internamiento. A partir de ese momento hará todo lo posible para descubrir lo que pasa en esos centros y la corrupción que hay.

La película funciona y tiene su mayor fuerza en los distintos testimonios de los inmigrantes, que conmueven por su veracidad y por la tristeza que muestran. El director pretende tocar la sensibilidad del espectador, para que reflexione sobre una realidad que, aunque es muy incómoda, está presente en nuestro día a día.

El mundo de la prostitución, la trata de blancas y cómo funciona el sistema de deportación español están muy presentes en todo momento. En cuanto al reparto destaca la interpretación de Isak Férriz (en un papel de policía corrupto). La película va de más a menos, tiene momentos más interesantes que otros, pero aun así merece la pena su visionado.

Lo mejor: Los testimonios de los inmigrantes con su abogado en su despacho
Lo peor: Va perdiendo interés a medida que va transcurriendo la trama

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*El fenómeno de la inmigración en España

El habilidoso cineasta Ramon Térmens plantea un sólido drama policial a tres niveles. Encontramos en la propuesta una ficción que aborda el fenómeno de la inmigración en España, también toca el funcionamiento de las redes de prostitución y todo ello está enmarcado en los polémicos Centros de Internamiento de Extranjeros en España.

El propio director plantea las siguientes preguntas: “¿Se puede mantener a alguien en prisión por el único delito de “ser ilegal”? ¿Qué pasa en el interior de los CIEs? ¿Quién se aprovecha de la “ilegalidad” de unos seres humanos a merced del poder y de los abusos? ¿Es posible revertir la situación o nos tenemos que conformar en que todo sistema tiene sus “daños colaterales”? ¿Hemos perdido la esperanza para el ser humano? ¿Progresamos? ¿O retrocedemos?”.

A lo largo de La mujer ilegal el director trata de encontrar las respuestas pertinentes, pero deja la última palabra en el espectador. Éste, es el que finalmente debe emitir los juicios morales sobre lo qué narra el cineasta y cómo lo narra. En mi opinión, la apuesta es sólida en la denuncia y emotiva en lo sentimental.

*Los Centros de Internamiento de Extranjeros en España

La mujer ilegal lleva en su propio título una aberración legal que parece encontrar hueco en algunos sectores muy conservadores de la sociedad. Y es que ningún humano ya sea mujer u hombre puede ser ilegal. Es decir, las personas no pueden ser ilegales como si fueran un trámite administrativo. Otra cosa es que no tengan los papeles en regla, que acepten un trabajo con condiciones alegales o que no consigan en tiempo y forma los papeles para poder trabajar.

Pero con independencia a la clasificación administrativa de las personas, lo que trata de hacer Térmens es denunciar la terrible situación de los Centros de Internamiento de Extranjeros. De la ficción se pueden inferir malos tratos, violaciones, algún suicidio y las terribles condiciones de hacinamiento. El cineasta consigue que la pantalla ilumine la razón a través de las emociones.

*Las redes de prostitución

El funcionamiento de las redes de prostitución se muestra cruel, descarnado y humillante para las muchachas que prestan sus servicios allí. La mujer ilegal demuestra como las chicas tienen que pagar cuantiosas deudas y además se les retira el pasaporte. El colmo para ellas, sucede cuando en las redadas policiales la cuerda se parte por el hilo más fino. Es decir, las jóvenes que no tienen la documentación en su poder acaban en los Centros de Internamiento de Extranjeros. El círculo se cierra, la pesadilla aumenta.

En los aspectos escenográficos cabe destacar que la icónica cárcel ‘Modelo’ de Barcelona, simula ser el CIE de Valencia en la película. La dirección de arte, el vestuario y el maquillaje se muestran lúcidos al crear el club de alterne.

*Las interpretaciones

La mujer ilegal o el personaje de Juliet Okoro marca la trama y está interpretado con gran sensibilidad por Yolanda Sey. La interprete catalana se postula para ser nominada en los próximos Premios Goya en la categoría de mejor actriz revelación. En su personaje, encontramos la razón de ser de la película. Y es que a través de ella, Térmens muestra al espectador como las chicas nigerianas son captadas por las mafias y redes de prostitución. Por otro lado, también nos encontramos en el filme español el buen debut cinematográfico de Raquel Camón. Su papel es el de Fátima Jamed y da vida a una comprometida activista que lucha por los derechos de los inmigrantes.

También destacar a Daniel Faraldo metido en el papel del abogado que vehiculiza la narrativa. A través de sus ojos observamos su lucha desgarrada por esclarecer un crimen que se ha producido en Centro de Internamiento de Extranjeros. Poco a poco, la narración se va hilando destapando corruptelas policiales, clanes mafiosos y sin olvidar el lado más humano de los personajes. Un lado que a veces se vuelve totalmente inhumano como en el caso del policía interpretado por Isak Férriz. El resto del reparto rinde a buen nivel.

*Conclusión

La mujer ilegal se siente como un puñetazo encima de la mesa dado con arrojo por el cineasta Ramon Térmens. Hablamos de un filme trepidante en su narrativa policial que a su vez se muestra efectivo en su parte de denuncia social. Una denuncia que se usa para involucrar al espectador en la pesadilla que muchos inmigrantes viven al llegar a España. Pero la película también tiene su lado luminoso. Y es precisamente ahí, en lado de la empatía, donde encontramos un halo de esperanza que nos deja un buen sabor de boca en los postres del filme.

Escrito por Miguel Pina

Buena película española, que trata un tema social de gran actualidad pero escorado hacia el thriller policíaco. Esto hace que, unido a la denuncia de una vergonzante situación para con los refugiados extranjeros que van a parar a los CIES. se adentra el filme en un terrreno de intriga policíaca, con un héroe cotidiano, un hombre normal que simplemente cumple con su trabajo, contra un policía y funcionarios corruptos amparados por una Ley de Extranjería obsoleta que deja muchas veces desamparados a los más necesitados.
La cinta es ágil y resulta muy entretenida e interesante en todo momento. Cierto es que a veces haya algunas escenas, "bonitas" pero innecesarias amén de alguna baja de ritmo, normal en una película de larga duración (se podría haber aligerado un poco el metraje), pero en líneas generales gusta mucho por la fuerza dramática de su atractiva historia.
Está muy bien interpretada y la realización es dinámica y, lo más importante, clara para su comprensión.
Mejorable, no digo que no, pero no es maniquea y su mensaje está claro. Otra cosa es que el respetable aparte la vista y cierre los oídos ante una realidad injusta.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/

En esta película el independentista catalán Ramón Termens aborda el drama de la inmigración ilegal y la situación en los centros de internamiento de extranjeros. Los protagonistas, un corrupto y despreciable policía, representante de las fuerzas de ocupación españolas en Cataluña interpretado Isak Férriz, el cual se empleará a fondo no en aporrear ancianos que van a votar, si no en hacerle la vida imposible a los inmigrantes ilegales que quieren regularizar su situación dentro del Estado español. La película se centra en la lucha de una inmigrante nigeriana en espera de su deportación, interpretado de manera más que aceptable por la hasta ahora desconocida actriz Yolanda Sey.

Se utilizan testimonios de inmigrantes ilegales, cuyo drama personal esta fuera de toda duda, y se muestra la lucha entre David y Goliat, la lucha entre el abogado de extranjería interpretado por Daniel Fajardo y la política represiva de un Estado que muestra una vez más su peor cara.

Película demasiado lenta que busca conmover al espectador, y en parte lo consigue.

Antes de criticar la película, me gustaría reflexionar sobre el sistema de valoraciones de FilmAffinity.

¿Cómo es posible que un peliculón como éste, con sólo tres críticas, ninguna de ellas "profesionales" (los críticos de cine debían estar todos ocupados criticando la última de super-héroes), dos de ellas positivas y una sorprendentemente negativa (a pesar de reconocer todos sus valores e incidir sólo en su lentitud, algo que no es, desde mi punto de vista, correcto), tenga una valoración tan baja? ¿Habría ocurrido lo mismo de tratarse de la última entrega de la factoría de Hollywood planteando un tema similar pero en clave de buenas intenciones y errores circunstanciales, como les gusta a ellos?

Es impensable. La película habría arrancado con una valoración de 8 o 9, y en las semanas siguientes, sólo una multitud de críticas negativas basadas en criterios cinematográficos habría bajado esta valoración. Pero, no, claro, es "sólo" una película española tan, tan real que tiene que recurrir a nombres ficticios para organizaciones (imagino que todos habrán reconocido al partido ultraderechista en el debate televisivo) y hechos. Tan real que duele, que te dan ganas de llorar, de impotencia, de rabia, de empatía, de emoción, en definitiva. Tres temas a cual más sangrante tratados simultáneamente sin caer en la tentación del panfleto fácil o el maniqueísmo. Personajes reales, con sus defectos, su picaresca, su cobardía y sus prejuicios, tan alejados de la propaganda mediática que te remueven las tripas por su sinceridad.

Entrando en harina... ¿Lenta? Para nada. Y eso que el ritmo es una de las cosas que suele salir mal parada en películas de este tipo. Ni es lenta ni aburrida. De hecho, el director no te da respiro: no hay ningún momento en que se te permita desviar tu atención de la trama. La interpretación, soportada principalmente en el buen hacer del argentino Daniel Faraldo y la catalana (¿entendido, racistas, catalana y negra, sí, qué pasa?) Yolanda Sey, una cantante de góspel y actriz que debuta a lo grande como protagonista, es soberbia, lo que suele ocurrir cuando hay una buena dirección de actores (cuando esto falla, ya puede ser el actor más cotizado, el resultado es un desastre).

La fotografía, impecable, sin que sea de esas que te dejan con la boca abierta. El guion, sorprendentemente fluido teniendo en cuenta la complejidad de los tres problemas (la eutanasia, la corrupción policial y la inmigración) al mismo tiempo. La banda sonora, de esas que está ahí y que no te distrae en ningún momento, acompañando a la trama a la perfección.

En definitiva, un imprescindible que no debe quedarse en el oscuro limbo de las películas para iniciados. Si eso sucede, "los malos" (permítaseme el maniqueísmo a mi, que no soy ni cineasta ni político ni sociólogo) habrán ganado... otra vez.