El signo de los cuatro (TV)

Fue la primera que vi de Sherlock interpretado por Jeremy Brett. Interesante película, donde por su extensión en duración permite desarrollar las ideas con mayor profundidad. Las actuaciones son bastante sólidas, incluido el doble papel del fallecido Ronald Lacey como los gemelos Sholto. El recientemente fallecido Edward Hardwicke muestra un Watson eficiente, aunque comparto que David Burke hizo un Watson memorable y más astuto de como siempre es presentado. Excelente la persecución por el Támesis.

Con este especial de la saga Sherlock Holmes se presentaba la tercera temporada de las aventuras de nuestro detective predilecto, sin duda no defraudó.
La no participación de Burke en el papel de Watson pesa, pero Jeremy Brett lo suple (pese al desmejoramiento de su aspecto, a causa de su salud). También cambia la realización de la serie y otros aspectos técnico (con motivo de los cambios en la dirección, también la música (en los primeros episodios ayuda sobre manera a imbuirnos en lo misterios de la serie).

Pero todo ello pasa por alto en una historia que (para mi gusto), está excelentemente planteada. Todo es elegante y misterioso, con toques de humor británicos muy finos. La historia, trata de un grupo de hombres que estando en la India (colonia británica) deciden dar un golpe y hacerse con un tesoro incalculable, para ello se juran lealtad y honor, en una especie de pacto secreto que denominan "el signo de los Cuatro", pero ante las vicisitudes que encuentran (amargas, pues son descubiertos), deciden compartir el secreto y el tesoro con dos oficiales ingleses que a cambio les dará la libertad, pero uno de los oficiales es mezquino y avaricioso, el otro hombre de honor, el primero escapa a Inglaterra con el botín dejando tirado a su compañero y a los desafortunados ladrones... Ante tal traición jurarán venganza, y as así como comienza una narración por el Londres más aristocrático y místico (con los hijos del oficial enriquecido y ruin), junto a los bajos fondos, de miseria y picaresca, acompañado por la culpa de uno de los herederos y la presencia de una actriz muy acertada (hasta sensual, dentro del contexto que se requiere), que dará inicio y fin a la película.
Entre medios, nuestro Holmes atando cabos, mostrándonos métodos de deducción aparentemente fáciles, y una lógica aplastante, así como un conocimiento exacto sobre la conducta humana y del proceder a la hora de utilizar los métodos menos ortodoxos para llegar al fin perseguido, que por supuesto alcanzará (¡qué esperábamos, es Sherlock Holmes!).

Historia, misterio, Londres, mansiones, bajos fondos, audacia, observación, y Jeremy Brett dando clases de actuación sobre una pieza literaria de Sir Arthur Conan Doley...

Para pasar un momento agradable, interesante, lejos de lo trillado y comercial, este film es de lo más recomendable.

Desde aquella legendaria versión que en 1932 dirigió G. Cutts de esta misma obra, los medios técnicos y la concepción cinematográfica han variado tanto que a priori podría juzgarse que una y otra película apenas logran un punto de encuentro.
Y no es cierto.
Cada una en su época, ambas han sabido captar ese regusto especial de A.C. Doyle por el mundo oriental y han resuelto a su modo la transcripción a la pantalla.

La tensión, la intriga y la incertidumbre cobran relevancia a lo largo de toda la historia y la interpretación de los protagonistas merece destacarse.
También el ambiente, la excelente banda sonora y el tramo final del largometraje en el que, terminada la acción, se procede al esclarecimiento de los hechos.

Conocí al Sherlock Holmes de Peter Cushing, cuando los pasaban por TVE-1 creo que los viernes o sábados noche, aunque para mí el personaje de A. Conan Doyle tiene la cara de Jeremy Brett, al que descubrí en su emisión televisiva de los 80. Es difícil negarse a la evidencia que la dupla de protagonistas, junto a una magnífica relización y una soberbia ambientación victoriana, hace de esta versión la mejor de todas, en lo que se refiere a los canones clásicos. Después vendrán "Sherlock" con su trasposición a tiempos actuales, pero ese es otro tema.

Dueño del personaje y sabedor de ello, Brett nos obsequia con otra excelente composición del "Sheldon" de los detectives. Quizás demasiado largo el episodio, con las persecuciones por el Támesis, y algo obsoleto y acartonado, con una peligrosa tendencia a la teatralidad de los secundarios, sigue manteniendo la chispa de ser una magnífica adaptación.

Quizás falte algo de miseria, aquella época era realmente inhumana y poco empática con el pobre. Pero disfrutemos de Brett y Hardwicke. Es un gustazo.