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Argel

Intriga. Drama. Romance Después de un importante robo de joyas, Pepe le Moko, un hábil ladrón francés, se oculta en las callejuelas de la kashbah argelina huyendo de la policía. El policía Slimane espera pacientemente el momento en el que Pepe caiga en la tentación de abandonar su refugio para poder arrestarlo. Mientras tanto, el tiempo pasa y en el distrito argelino Pepe se enamora de una bella y turbadora joven. (FILMAFFINITY)
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
24 de junio de 2010
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Descarado plagio de "Pépé Le Moko", rodada un año antes por Duvivier con un protagonista mucho más acorde al espiritu de la novela de La Barthe, y por supuesto con más oficio que Cromwell que aquí se limita a calcar de forma vergonzosa la película del francés.

El casting actoral chirría empezando por su protagonista, Boyer, a quien el papel le sienta como a un burro una mantilla. Gabin interpretativamente le da veinte mil vueltas, además de ajustarse más al perfil de mequetrefe carismático sin parecer un aristócrata de tonillo empalagoso hablando en inglés. El policía que dirige la caza de Pépé resulta excesivamente yanki y no francés como debería ser. El único acierto es Hedy Lamarr, cuya belleza exótica encaja mejor en la historia que la de Mireille Balin (su homóloga en la peli francesa).

La ficha técnica dice que James M. Cain es uno de los guionistas (sí, sí, el de El cartero llama dos veces...), pero no se lo crean: Aquí no ha trabajado ni el apuntador. La copia es tan descarada como la "Psicosis" de Gus Farsant, de ahí el 4.

Además del soporífero ritmo que imprime Cromwell, que hace que la película parezca una telenovela en muchos tramos de la película. Y la Casbah está mejor y más exhaustivamente retratada en la peli de Duvivier que en la de Cromwell.

Lo siento, pero no cuela.
tantra
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21 de noviembre de 2007
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya comenté y califiqué dos películas de Cromwell, Sin remisión y Callejón sin salida, con la misma puntuación: Notable (8). Y voy a seguir en la misma línea, sin cambiar, porque John Cromwell tampoco cambia y con Argel (Algiers) nos regala un trabajo muy profesional del propio realizador, del equipo fotográfico y de los actores.

La química de la pareja Boyer-Lamarr está entre las más explosivas que he visto en mucho tiempo, con escenas de incontenible deseo y sensualidad. Desde luego la artista alemana ya prometía después del escándalo suscitado por su actuación en Extasis. En cuanto a Charles Boyer discrepo de quienes afirman que no resulta creíble en su papel del ladrón Pepe Le Moko, tal vez influenciados por imágenes del actor en papeles cercanos a la jet set de finales del siglo XIX ó roles similares. Para mi, su actuación es convincente. Lo que no me convence y por ello le resto puntos a la película es ver a Boyer cantando enamoradamente cancioncitas cursis y ñoñas como Julie Andrews en Sonrisas y Lágrimas ó Dorita buscando al Mago de Oz. Eso no.

Argel hubiese merecido mejor nota de no ser por este tipo de cosas. La corte de matones que acompañan a Pepe Le Moko tampoco tiene desperdicio y están mas sonados que una campana. Hasta la amiguita de turno tiene una tuerca desajustada. Y claro, tanta fauna desequilibrada no resulta demasiado creíble. Y, sinceramente, resulta una lástima, porque la película consigue transmitir un inconfundible aroma norteafricano con sus barrios prohibidos de calles abigarradas donde el delito acecha en cada esquina. Vamos, que he estado a punto de incluirla en mi lista de mejores películas, pero no. Al final la cursilería y los, en exceso, extravagantes personajes se impusieron al caudal erótico de Hedy Lamarr y al cóctel de codicia y seducción que tan bien representa Charles Boyer.

Ahora bien, el 8 es merecido.
FATHER CAPRIO
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1 de febrero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Remake" del mítico "Pepe le Moko" de Julien Duvivier, solo de un año antes, que hiciera de Jean Gabin una estrella definitiva. Cromwell, como excelente artesano que fue, logra una película notable, fluida y con no poca personalidad, en base a esa "casbah" de Argel: multitudinaria, laberíntica, llena de singulares personajes en un hormigueo humano apetecible.
"Argel" mezcla intriga, humor, sensualidad y melodrama. Boyer y Lamarr demuestran química, pero es Joseph Calleia como el inspector Slimane quien se come la función con una actuación maravillosa. La troupe de secundarios roza a gran altura también, especialmente Gene Lockhart.
Es imposible que "Argel" no sea una notable obra, cuando a ratos incluso magnífica: director muy competente, James M. Cain de coguionista y nada menos que James Wong Home de director de fotografía. Eso era Hollywood en aquellos tiempos tan lejanos...
kafka
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25 de marzo de 2012
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda industria tiene un objetivo bien claro entre ceja y ceja, y en el bolsillo de sus propietarios. Ese objetivo se llama Dinero. Esos cuentos de mejorar la calidad de vida de la gente, servir con transparencia o vender al menor costo, se dan uno entre mil y muy de vez en cuando, sólo para corroborar que en toda regla hay excepciones. Porque, quien rinde culto al dinero carece de escrúpulos, la integridad la lleva en la corbata y la visión competitiva la mantiene aguzada para ver antes que nadie donde puede haber billetes. Es una enfermedad crónica… y tiene mucho que ver con graves problemas de autoestima y escasa moralidad.

Hollywood es también una industria y funciona como cualquier compañía cinematográfica del mundo. La gente propone cosas, pero se hace única y exclusivamente lo que determinan los productores. Entre estos, la mayoría piensa que se trata de buscar fórmulas sensacionalistas para atraer al público (acción, fantasías, efectos especiales…); hay quienes piensan que la originalidad es la que vende y que se debe filmar historias que a nadie jamás se le hayan ocurrido; otros creen que se trata de complacer los instintos primarios de la gente y darle morbo, venganzas y terror; algunos pocos sienten que su objetivo es hacer arte para enaltecer la belleza y/o despertar conciencias y tienen fe en que el público responderá a sus esfuerzos… y entre otros, también hay productores-vampiros, que trabajan con una sóla idea: buscar lo bueno y éxitoso que hacen los demás y nosotros lo copiaremos de la manera más fiel posible.

Entonces, se hace seguimiento de lo que llena las taquillas en otros países, se compran los derechos del guión, y teniendo ya de espejo la película original, basta contratar a un buen elenco de actores que retome los personajes y a un director de oficio que sepa imitar la puesta en escena. Y pan comido. La gente ve poco cine de otras partes y si es del caso, se hace como con la original “Luz de Gas” (Inglaterra, 1939), que cuando se decidió rodarla en Hollywood, en 1943, la MGM compró los negativos de la original y procedió a incinerarlos sin ningún escrúpulo. Por fortuna, alguna copia sobrevivió y es posible que todavía aquel filme pueda verse.

“ARGEL” es más de lo mismo. El productor Walter Wanger, vio un buen filón en la brillante película de Julien Duvivier “Pépé le Moko” (Francia, 1937), y de inmediato consiguió ponerla en manos del director John Cromwell a quien encargó rodarla cuadro por cuadro, en el blanco y negro más parecido posible, y con actores que imitaran los mejores gestos de los originales. Para que Cromwell no quedara como un vulgar plagiador, se le permitió añadir la consabida publicidad al tabaco y variar un ápice el final, nada afortunado. Ah! Y se contrató al escritor James M. Cain para que la traducción de los diálogos conservara su buen gusto.

Como resultado, “ARGEL” no añade nada al cine y sólo vale para quienes no tienen idea de que existe esa joya titulada “Pépé le Moko”.
Luis Guillermo Cardona
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10 de diciembre de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinta de cine negro ambientada en la Casbah, barrio antiguo de la ciudad de Argel, guarida de malhechores, prostitutas, traficantes y ladrones.

Charles Boyer clava el papel del misterioso jefe mafioso Pepe Le Moko, rey de la Casbah pero a la vez prisionero de ella. (Recomendable ver la peli en v.o. Boyer tiene un vozarrón de miedo). Luego está el comisario de policía, personaje astuto y cínico. Y también tenemos a Hedy Lamarr que está la mar de buena, y al grupo de facinerosos a las órdenes de Pepe Le Moko. En resumen, un elenco de personajes digno de cualquier novela de Dashiell Hammet.

El ambiente en el que se desarrolla la peli remite por momentos a "Casablanca", con esos cafés llenos de humo de tabaco, esos vestidos de generosos escotes de las femme fatale, etc.

El final es de lo más dramático que he visto en mi vida. Un final digno de una película de altura.
cherburgo
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