Estudio amueblado 2.P.

Muy desaprovechada comedia, bastante simplista y con los tics típicos y tópicos del peor cine español (machismo, frustración sexual, tontismo generalizado). Ni López Vázquez ni Fernán Gómez rescatan de la mediocridad esta historieta sobre el mundo del flirteo. Lo mejor: lo guapa que está Esperanza Roy. Aburrida.

Acabo de ver este film y la única palabra que viene a mi mente es: ESPERPENTO.

No acabo de entender que nombres como Fernán Gómez, López Vázquez o Soler Leal salieran en semejaente desaguisao y es que el guión va de lo más normal a lo más freaky. Parece más una obra de teatro hecha a pedazos que un film. Respecto a la dirección, un Forqué no perdido, sino perdidísimo. Sus personajes son más cercanos a los de Francesc Beatriu.
¡Una pena que Forqué hiciera un film tan malo en una filmografía más que decente!

Película bastante sosita del género intrascendente y chabacano cuya justificación resulta difícil de entender.
Ni J.M. Forqué como director y guionista ni J.L. López Vázquez, F.F. Gómez o A. Soler Leal necesitaban una comedia de esta naturaleza.
Largometraje cansino, mal hilvanado y poco convincente que juega a la astracanada o al disparate sin prestar la menor atención a la calidad cinematográfico, al sentido de la mesura o de la oportunidad.
Solo algunos destellos de cierta gracia y determinadas situaciones de comicidad franca pueden salvar una obra a cuyo argumento se le podía haber sacado mayor partido.
Da la impresión de que el apartamento se encuentra pendiente de amueblar.

Una comedia renovadora para el cine español de la época. Es obvio que el planteamiento no pone obstáculos para las situaciones insustanciales, pero eso se compensa con lo primero que llama la atención de la película, que no es otra cosa que la elegancia en el manejo de la cámara por lo que se consigue un producto intrascendente pero cuidado dentro de sus limitaciones. Viendo esta película y otra que se llama "Eva 63", se llega a la conclusión de que era muy preferible la simpatía interpretativa que Soledad Miranda demostró en esas dos interpretaciones a la antipatía interpretativa que demostró en las películas que hizo con Jesús Franco como director. El encuentro con el extraordinariamente prolífico director de "Tenemos 18 años" estropeó las cosas, aunque también hay que reconocer que de seguir ella en esa línea simpática no hubiera tenido esa proyección internacional a la que aspiraba, y que quedó truncada. En esta obra hace de camarera y baila con gracia en un momento dado con López Vázquez. El mentado López Vázquez y Fernán Gómez consiguen sacar adelante esta comedia moderna para su momento, que tiene además ramalazos de sutileza en su conjunto y cierto ingenio argumental. Sin que se sacara todo el partido al planteamiento inicial, puede considerarse que es hasta cierto punto una obra infravalorada.