El asesinato de la hermana George

La película es un clásico de la cinematografía de la década de los años 60, adelantada a su época -no en el tratamiento de la crueldad y el fracaso, la manipulación y el efectismo, las personalidades obsesivas- sino en el reflejo del tema tabú de las relaciones lésbicas.

Hoy tiene ese tono sepia de los clásicos y es un placer visual y auditivo. Aunque algunas escenas parecen fuera de lugar, se establece ese guiño de complicidad con la "niña" mala que es Sister George fuera de la pantalla chica, aunque también uno la llega a detestar y compadecer. Todo a la vez.

Es un álbum de fotos y costumbres de la sociedad británica de hace 40 años.

Pero es más que nada un retrato atemporal de las relaciones insanas, del deterioro y del ocaso.

Extenso drama que ahonda en la relación de una mujer mayor, June, con su compañera de piso, Alice, una joven con la que está unida sentimentalmente.

Es notorio en cuanto la relación se hace interesante por la tensión que va surgiendo, nos despierta curiosidad por ver que van a hacer las dos, que se van a decir. June es una actriz reconocida gracias a su papel de hermana George, lo que pasa es que su vida está llena de inconvenientes que la irán superando.

En realidad, la relación va camino de ir al traste por un agotamiento de expectativas, y la verdad es que está bien planteado todo el drama. Es importante descubrir como el paso del tiempo puede minar a una pareja. En este caso el tiempo se aprovecha vilmente de la adicción a la bebida de June, posiblemente de la diferencia de edad entre ellas, del cese en el trabajo y, también, de la existencia de otras personas en el entorno que ofrecen novedad para una, intromisión para otra. Y el tiempo se aprovecha de esas armas para crear ese clima pernicioso de la ausencia de perspectivas, de futuro.

El interés de la película aumenta con la aparición en sus vidas de una “estiradilla” directiva de la cadena televisiva que primeramente sólo va a visitar a June a su casa para hablar del trabajo, de esta forma conoce también a Alice a la que, June, presenta como su compañera de piso. Aldrich crea de forma perfecta con esta mujer una curiosidad más en el espectador, como de cotilleo, de morbo, porque se puede entrever que esa mujer, también madura, va a interponerse entre ellas de alguna forma.

El morbo en aquellos años estaba presente desde el minuto uno, por la relación lésbica, pero aún hoy día funciona extrañamente, esa rubita graciosa con una mujer mucho mayor carente de atractivo, porque la otra, sugiere algo con su altivez, provoca más morbo, pero June es hasta penosa y, según mi humilde opinión, es que no importa tanto que sea una relación mujer-mujer en este caso, da igual que hubiera sido hombre-hombre o mujer-hombre. De hecho June, o “George” (más bien nombre masculino), pudiera ser un hombre perfectamente; hace el papel de un hombre, se emborracha, organiza movidas, ataca a monjas jovencitas, va en moto, se cachondea de sus compañeros, etc, gestos muy típicos del papel de un hombre.

Por tanto, la película se puede ver con interés como relaciones humanas abocadas a la infelicidad … a la tristeza. ¿Se salva la dulce Alice por su juventud?

No hay mucho más que decir. Las actrices están que se salen (especialmente la protagonista, que está como para hacerle un homenaje), no sin la ayuda de unos primeros planos de película de terror, en los que hay que hacer especial mención a los maquilladores, además de a los técnicos y artistas habitualmente reconocidos (iluminadores, fotógrafos, montadores y otros que se me escaparán).
La película es extremadamente incómoda, es una galería de frustraciones que te tiene dos horas en vilo. Es una vivisección de caracteres prototípicos en los que sin embargo la individualidad te salta a la cara a cada momento, y te la intentas espantar como si fuera un insecto gigante, pero no puedes, porque tiene las alas pegajosas.
Es difícil destacar una sola escena, pero quizá la del puro es de las más terroríficas.
A quien no la haya visto, que no espere más.

El título es engañoso. No se trata de una película policíaca, sino de un drama centrado en una madura actriz cuya vida personal y profesional se derrumba, a lo que reacciona con violencia. El asesinato de la hermana George (el papel de esta actriz en una popular serial va a ser eliminado, de ahí el "asesinato" del título) incide en un tema recurrente para Aldrich: la decadencia. Y lo hace de manera cruda, que si por un lado subraya su honestidad, por otro lado resulta grosera - aunque coyuntural - en el tratamiento que se da al lesbianismo (la citada actriz es homosexual). Beryl Reid interpreta en papel protagonista, que antes se ofreció a Bette Davis.

No es de las más conocidas de Aldrich, que es un director prolífico y muy versátil. Hizo de todo: aventuras, western, dramas, terror, bélicas... y todo lo hizo bien. Un gran director. Uno de los mejores, uno de mis favoritos. No es frecuente que las relaciones lesbianas se muestren en el cine.
En este caso además la relación es entre una mujer mucho más mayor que la pareja. Y otro aspecto interesante es la visión de la prostitución lesbiana, abiertamente tratada.El alcoholismo sí se ha mostrado más veces, pero no con tanta crudeza en una mujer. Siempre había sido 'despendoladas' de una noche, chicas de cabaret y novias de gansters, pero no mujeres mayores con trabajos normales, que no llegan a fin de mes y tiene problemas mortales.
El sadismo de la protagonista y las humillaciones a las que somete a su pareja es otro tema espinoso. Los celos de la protagonista también es un aspecto que sobrevuela toda la cinta.Desde luego Aldrich no tenía "pelos en la lengua", y no tenía el más mínimo prejuicio en mostrar la realidad más escabrosa.Me ha parecido un poco larga, 135 minutos son demasiados.Beryl Reid es June Buckridge, y Susannah York es Alice.La película consigue pasar por británica sin serla, el ambiente de exteriores está muy bien conseguido, como también la casa de la protagonista, en donde se desarrolla gran parte de la trama, como si se tratase de una obra de teatro.