The Honor Farm

Otro de esos casos donde hay que decirle a los que busquen una película de terror o un thriller, que sigan de largo porque acá no lo van a encontrar.
Yo diría que la historia es una especie de indagación en el alma de una adolescente, sus miedos, sus sueños, anhelos, expectativas, la noche del baile de graduación, que será también su debut sexual, y como todo eso mezclado a su vez con un hongo alucinógeno que se come, la lleva a tener diferentes visiones.
Creo que la directora intenta que el viaje de esa adolescente la convierta en un mujer, y que ésta deje sus miedos y sus pretensiones cursis, y se anime a vivir sin esas cargas, que se atreva a mirar más allá.
Igual creo que mezclan innecesariamente el viaje interior de ella, con todo el tema de los ritos, las invocaciones espirituales y demás que en el fondo es relleno, ya que nada tiene que ver con lo que en realidad quiere contarnos.

Hay películas que sin ser grandes producciones tienen algo que te atrapan. Este es el caso de The Honor Farm. No destaca en nada en especial. Los hechos que relata los hemos visto infinidad de veces en el cine, sobretodo de género. No quiero que se me interprete mal, pero se nota un toque femenino en la manera como resuelve ciertas situaciones. Ese tono poético, en el que juega un papel fundamental el mundo onírico, está presente en toda la cinta.

Elucubrando un poco la podríamos catalogar como un cuento donde la princesa, tras huir de sus monstruos interiores, encuentra la felicidad al lado de su príncipe azul, un apuesto caballero que parece que haya estado a su lado toda la vida a pesar de que se acaban de conocer.

La belleza de las imágenes cuando se traspasa la frontera de la realidad, lo cual ocurre en bastantes ocasiones, hace que nos adentremos en ese mundo de la protagonista casi sin quererlo.

Karen Skloss está magistral en ese aspecto. A pesar de ser una obra coral, sabe centrar la atención en lo verdaderamente importante. Lo que ocurre es que los atónitos espectadores están esperando algo más de chicha, y eso, para disgusto de los más recalcitrantes seguidores del más puro terror, ocurre con cuentagotas.

Lucy y Annie asisten a una elegante fiesta. Para su desgracia, sus parejas acaban casi en coma etílico por lo que deciden seguir a un grupo de chicas que monta un rave en mitad de un espeso bosque. Tras probar unas extrañas setas, su vuelta a la realidad la harán de manera algo diferente.

Acertada puesta en escena de un guión algo confuso. No es que sea complicado pero da la impresión de ir a saltos, faltándole algo de continuidad. Las bellas imágenes que aparecen en pantalla salvan un poco todo esto pero no impide que los más impacientes recen por algo más de acción. La podríamos definir como una ensoñación rodeada de rituales siniestros que, desgraciadamente, no se dejan ver mucho. De fondo, y ya empieza a ser habitual, una tierna historia de amor.

En el apartado técnico destacar la música, obra de The Black Angels, Alex Mass y Graham Reynolds. Muy pegadiza sin molestar demasiado.

Otra cosa a destacar es la fotografía de Matthias Grunsky, que tanto vale para filmar en sitios claustrofóbicos, como en un bosque frondoso y hasta bajo el agua. Muy bien resuelto el rodaje de la no realidad.

En cuanto a las interpretaciones mencionar a Olivia Grace Applegate que se hace dueña y señora de la pantalla. La secundan un magnético Louis Hunter y una eficiente Katie Folger.

Para finalizar destacar la originalidad con que está rodada. Es un film totalmente idóneo para los que busquen algo más que los sustos y el gore.

http://www.terrorweekend.com/2017/07/the-honor-farm-review.html