An Adventure in Space and Time (TV)

No sé cómo comenzar con ésta critica, me ha parecido que el documental fue bueno... Muchísimo. La actuación de David Bradley me ha fascinado, el parecido que tiene con William Hartnell es tanto, que me la he creído.

No les voy a mentir diciendo que he visto todas las temporadas de Dr. Who, desde el primer Doctor, eso es imposible por los archivos perdidos de la BBC, quien les diga que es 100% Whovian y que ha visto todos los capítulos de todas las temporadas, les miente.

Yo solamente tenía el conocimiento de cómo fue la creación de la serie a través de investigación, pasar horas leyendo y por el novio de mi hermana que es super fan, siento que no sé lo suficiente a pesar que sé más de la mayoría que conozco, que todavía me falta conocer y comprender la creación y en si al Time Lord mayor, pero eso no evita que yo quede fascinada, enamorada de éste documental, llorar con la historia de William Hartnell y llorar más aún viendo al verdadero al final. Lloré, lloré de la emoción... Vale la pena verlo una y otra vez, una y otra vez, de verdad, es muy recomendable.

No tengo palabras para describir esta maravillosa obra. Quizás sea porque mi fanatismo hacia Doctor Who nubla mi juicio. Normalmente los biopics o películas que recrean momentos históricos suelen verse manipulados por la necesidad de introducir elementos narrativos y dramáticos, y aunque posiblemente este sea uno de esos casos, todo es de agradecer.

Desde los primeros momentos del filme nos bombardean con una emotividad exacerbada y edulcorada, pero esto no hace más que añadir un romanticismo necesario a la hora de relatar la genésis de la famosa serie británica. A fin de cuentas, la propia serie está cargada con el mismo amor.

¿En referente a lo técnico? Una realización correcta y una fotografía excelente, sobre todo para tratarse de una TV Movie. Lo que quizás destaque más son las interpretaciones, especialmente la de David Bradley como el mítico Will Hartnell, cuya caracterización y gran trabajo es de lo más realista que he visto nunca, y la de Jessica Raine como Verity Lambert (una personalidad del mundillo a la que se tendría que recordar más). Brian Cox, está tan genial como es él, al menos durante el poco tiempo que le tenemos en pantalla.

Es una película de obligada visión para todos los fans de la serie, y una obra realizada con muchísimo amor.

Emocionante. Magnífica. Una joya en un envoltorio sencillo, el homenaje a los 50 años del Doctor Who. Y que mejor manera de homenajear la serie que recordar sus orígenes y a sus iniciadores. Porque en la creación de un personaje televisivo no solo participa el guionista, sino que intervienen el equipo creativo, el técnico, los interpretes y la producción. Veremos los entresijos de la creación: los sonidos, la sintonía, el diseño. Todo. Y asistiremos al nacimiento de los Daleks.

Erase una vez....el Doctor Who. Conoceremos a Sydney Newman, el visionario showrunner de la BBC que pensó que era buena idea una serie de anticipación científica para adolescentes, alejada de los robots típicos de ojos grandes y depositó su confianza en una de las primeras mujeres productoras, Verity Lambert, para que viese la luz la serie proyectada. Lambert obtuvo su trabajo por mérito y capacidad, porque era la mejor, y no por cupo, como nos venden ahora. El director que dió la primera imagen del Doctor fue Waris Hussein, una destacada promesa de la dirección, de ascendencia hindú y homosexual. Verity y Waris sufrirán cierto desprecio envidioso y ruin, pero su trabajo pondrá las cosas en su sitio. Los actores que los interpretan están muy bien escogidos. Se parecen y mucho.

Pero nada de esto llegaría a esta celebración sin el primer Doctor Who, William Hartnell, encarnado, en un trabajo sublime y conmovedor, por David Bradley. Una interpretación llena de matices, asombrosa, sensible, metiéndose como nadie en la piel de Hartnell, sabiendo leer entre las líneas de su biografía. Bradley se come la película. Te emocionas con su evolución vital, la sufrirás con su familia. Acabas cogiendo cariño al personaje, y ello es porque el trabajo de Bradley, repito, es impresionante.

Pero el Doctor Who no está ligado, afortunadamente, a guionistas, actores o productores. Los sobrevivirá conforme marchen, como veremos también en la película. Porqué el Doctor es patrimonio de los británicos y, por ende, de la humanidad. Trasciende y evoluciona, Como la sociedad.

Un maravilloso homenaje al Universo whoviano, a ese personaje que ha acompañado a muchas generaciones de británicos, pero también a otros ciudadanos de este mundo. Todos ellos tienen una encarnación del Doctor favorita ¿Y tú no? ¿Cuál es la tuya?

Los Whovians son los seguidores de la serie "Doctor Who". Esta película para televisión es un homenaje a ellos. Sólo a ellos. A los amantes de un personaje tan misterioso como incomprendido. Fuera del mundo de los, mal denominados, "frikis", hablar de "El Doctor" es una referencia vacua y vacía. Nadie te entenderá, y si sabe de lo que hablas te llamará "bicho raro" e incluso te preguntará "¿cómo puedes ver eso?".

"Una aventura en el espacio y el tiempo" es el comienzo de todo. No es un capítulo de la serie, es un homenaje a los creadores. A cómo empezó todo. La idea, a quién propusieron para dirigirla y sobre todo, quién fue el primer Doctor. Todo ello con un tono de tensión ¿Saldrá adelante la serie?.

Un cuento inmejorable que todos los whovians esperan impacientes. Aquí está. Disfrutad.

Supongo que hay que ser un seguidor muy acérrimo de la serie para darle las altas calificaciones sentimentales que esta película va obteniendo. He de confesar que no he visto ni un solo capítulo de Dr. Who y que me acerqué a esta cinta con el anhelo de encontrar algo parecido a una introducción o un aperitivo que me llevara a interesarme en ella. Bajo estas premisas, me encontré con una cinta que, lejos de desvelar las temáticas del Dr. Who y sus circunstancias, dramatiza una especie de documental o de 'making off' de los inicios de la saga, allá a principio de los 60.

Bueno, si como yo desconoces todo de esta aclamada serie, la película carece de todo interés. Salvo la excelente ambientación y la notable interpretación de Bradley, lo demás desarrolla una historia más que corriente, muy vulgar, y muy previsible en todos sus momentos.