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Todos a casa

Drama El 8 de septiembre de 1943, Italia se rinde y firma un armisticio con los Aliados. En medio del desconcierto y la confusión general, una parte del ejército italiano se dispersa y los soldados empiezan a volver a casa. Alberto Innocenzi (Sordi), Subteniente de Complemento, meticuloso en el cumplimiento de su deber, intenta mantener unidos a sus soldados y encontrar algún mando al que presentarse. Pero la situación es tan caótica que ... [+]
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
19 de febrero de 2007
41 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película del cine italiano que refleja los momentos posteriores a la rendición del ejército italiano ante los aliados en la II Guerra Mundial. Comencini sabe utilizar la confusión que se produce en los primeros momentos de un cambio social para arrancarnos más de una carcajada. Enmarcada en un neorrealismo evolucionado pero todavía con la imagen granulada característica de la pantalla de Rossellini, "Todos a casa" intenta sonreir ante la dramática situación de gran parte del pueblo en posguerra que no sólo ha perdido a familiares, amigos o propiedades sino también su propia identidad. La vuelta a casa y recomponer sus vidas no será tarea fácil...

Alberto Sordi...¿Qué decir de él? Magnífico como siempre porque era un verdadero actor. está genial como oficial "incomprendido".

Hay un momento excepcional de gran ironía política...Cuando durante el trayecto en tren votan de manera democrática y Sordi "se lava las manos".

Impagable.
Luc
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12 de noviembre de 2010
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si es que estaba demasiado sensible hoy, pero hacía tiempo que no me reía y a la vez no lloraba tanto con una película.

Tiene un guión aparentemente sencillo pero con un trabajo de fondo brutal, que te llega muy adentro. Aunque suene un poco tópico de ésta sí se puede decir: Muestra desde lo más primario que tenemos las personas, hasta lo más sublime. Desde el hambre, capaz de hacer que cualquiera olvide sus valores, hasta la compasión por alguien que apenas conocemos. La traición, la indiferencia, la mentira, pero también el amor a la familia, el perdón o la belleza del arte (en este caso, la música).

Es también un homenaje al colectivismo mostrando las peores consecuencias del individualismo. Pero mostrándolas de forma piadosa, como entendidendo que los hombres (unos más que otros) somos así, qué se le va hacer. Todos podemos entender que con una conciencia colectiva mayor nos iría mejor, pero no podemos resistirnos a pensar sólo en lo nuestro.

Creo además que un español o cualquiera que lleve algo del Mediterráneo en su cultura se puede sentir bastante identificado, por las similitudes culturales con los italianos.

Y todo ello retratando una situación histórica relativamente desconocida, supongo que por la simplificación al contar la guerra muchos años después.

Un gran descubrimiento.
Sullivan
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15 de septiembre de 2014
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
123/15(27/08/14) Toda una grata sorpresa este film italiano poco reconocido injustamente, una cinta que sabe reflejar con gran sentido de humor unos hechos dramáticos, el realizador Luigi Comencini posa su ácido bisturí sobre un tema crucial para los transalpinos en la WWi, y lo hace con un gran sentido analista, repasando en esta road-movie un país arrasado por la guerra, donde la mayor victoria era vivir un día más.

Con el desembarco de los aliados en Sicilia y su avance imparable sobre Italia, los líderes fascistas derrocaron a Benito Mussolini el 25 de julio de 1943, el 8 de septiembre de 1943 el jefe del gobierno italiano el mariscal Pietro Badoglio, declaró el armisticio, pactado con los aliados, esto provocó el caos en el ejército transalpino, el rey Vittorio Emmanuele III huyó, el alto mando quedó sin órdenes, muchos soldados italianos aprovecharon para desertar y volver a sus hogares, pero lo nazis decidieron ocupar el país provocando su reinado del terror sobre los lugareños.

Arranca en la italiana costa del Véneto el 8 de septiembre de 1943 en un cuartel militar, hasta allí llega la noticia por radio de que Badoglio ha pactado el armisticio con los ingleses y norteamericanos que han arribado a costas sicilianas, los soldados estallan de alegría, piensan la guerra ha terminado, el caos domina al ejército italiano, los soldados dejan las armas con intención de volver a casa en una diáspora dramática, lo malo es que ahora los nazis han pasado de “amigos” a enemigos, han ocupado el país y buscan colaboracionistas y judíos para detener. El protagonista es el teniente Alberto Innocenzi (gran Alberto Sordi), primero fiel a sus superiores, aunque estos no sepan que hacer, luego se une a la marea de desertores , comenzando una odisea para llegar a su casa, junto a él el zapador Assunto Ceccarelli (buen Serge Reggiani), un napolitano que pretende regresar a su casa con permiso por úlcera, el sargento Fornaciari (gran Martin Balsam), y el soldado Codegato (buen Nino castelnuovo) por el camino son testigos de la anarquía, desolación, destrucción, miseria, hambre y miedo que reina Italia. En la historia tendrá importancia el encuentro de estos con una chica judía, Silvia Modena (buena Carla Gravina).

El guión pertenece a un gran binomio italiano que han trabajado mano en decenas de films, Agenore Incrocci y Furio Scarpelli (“Rufufu”, “La Armada Brancaleone” o “El Bueno, El feo Y El Malo” son prueba de ello), crean una historia fluida, humanista, que mezcla con mordacidad el humor, el drama, el género bélico, ello con diálogos inteligentes, punzantes y divertidos, creando momentos que se mueven entre el humor, la tensión y, la amargura y la mezquindad, una road-movie que refleja espléndidamente lo que ocurrió en Italia en este tiempo, como padecieron las penurias del conflicto, con el hambre, la xenofobia, la violencia, la muerte, realizando una primorosa radiografía el director Luigi Comencini de la compleja Condición Humana, de cómo actúa en situaciones extremas, tocando temas como la compasión, la amistad, el sentido del deber, el nihilismo, el comprometerse con una causa, los valores familiares, el racismo, el estraperlo, el hambre, la belleza de la música, una notable tragicomedia encuadrada en un entorno cruento. Nos habla sobre todo de cómo el protagonista, reflejo de persona que no quiere tomar partido en un viaje por una devastada Italia comienza a sentir el deber de no ser neutral, toma conciencia de quienes son los malos y hay que luchar contra ellos. Con gran naturalidad Comencini sabe encontrar el equilibrio entre el drama puro y duro encontrando humor en las miserias humanas, esto en el marco de un paisaje desolado por el Jinete de la Guerra en el que la gente lucha por la supervivencia.

La puesta en escena resulta muy naturalista, rezuma realismo, veracidad, aires cuasi-documentales, se supone en el Véneto, el gran trabajo en diseño de producción de Carlo Egidi (“La larga Noche Del 43”, “Matrimonio A La Italiana” o “Divorcio A La Italiana”) pero rodada en Livorno y la campiña de los alrededores, y en zonas aún derruidas por la WWII, como curiosidad el ministro Giulio Andreotti se negó a prestar 2 tanques y los hicieron de madera contrachapada, todo esto alcanzando en grado sumo autenticidad, a lo que ayuda la cruda fotografía de Carlo Carlini (“El General de La Rovere”), el calor se palpa, se siente el sudoroso sol, el seco polvo del camino, con bellas tomas generales, sirviendo para emitir el territorio colapsado que era la Italia profunda.

Alberto Sordi demuestra una vez más lo gran actor que es, un Titán exhibiendo humanidad, aristas, debilidades, se percibe su evolución de la indiferencia al combatismo, magnífico, rol que en principio debía hacer Vittorio Gassman. El galo Serge Reggiani (cantante de éxito en Francia) realiza un interpretación estupenda, emitiendo candidez, dignidad, compañerismo, con un aire a perrito desvalido siempre con el paquete, este rol estaba destinado a Nino Manfredi pero Sordi se opuso, no quería competencia. El estadounidense Martin Balsam compone con sencillez y contención a un tipo pragmático. Eduardo De Filippo (dramaturgo italiano) da vida al padre de Innocenzi, muy buena su creación del fascista convencido, rol destinado a Totó. Carla Gravina en su corta aparición como la judía Silvia Modena deja un halo conmovedor a su alrededor.

El film posee momentos recordables: La pelea fuera de campo en el túnel donde la inmensa mayoría de la compañía deserta, ingeniosa; El desgarrador de cuando en un pueblo devastado por la guerra los lugareños descubren harina en una camioneta, el caos y la locura por conseguir un saco denota el hambre del pueblo;… (continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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5 de junio de 2011
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras del armisticio del 8 de septiembre de 1943, Italia cambió de bando en la guerra mundial, aliándose contra la Alemania nazi, lo que dejó a muchas unidades del ejército italiano desconcertada cuando todavía se preparaban para enfrentar la invasión. Algunas de estas unidades se unieron a los nuevos aliados, sin embargo un gran número de ellas decidieron disolverse, desertando en masa. Esta es la historia de “Todos a casa”, el mejor film de Luigi Comencini ("Pan, amor y fantasia" 1953, "El incomprendido" 1966, "Sembrando ilusiones" 1972, "La mujer del domingo" 1975), retrato en clave tragicómica de los momentos posteriores a la rendición del ejército italiano, y la confusión de esos primeros días.

Perteneciente a ese irrepetible grupo de autores surgidos del neorrealismo italiano (Vittorio de Sica, Mario Monicelli, Luchino Visconti, Roberto Rossellini, Federico Fellini o Michelangelo Antonioni...) a Luigi Comencini se le incluye en la categoría menos reconocida, pero a la que, por suerte, el tiempo va rescatando (Valerio Zurlini, Gillo Pontecorvo, Pietro Germi, Dino Risi...), autores también premiados en los festivales que, sin embargo, siguen siendo olvidados fuera de su país, y que consiguieron realizar un cine directo que sabía extraer la tensión, el drama, la carcajada y la denuncia con un cine que plasmó, inteligente y críticamente, los cambios que ha partir del final de la 2ª Guerra Mundial se fueron desarrollando en su país y por extensión en la nueva Europa liberal.

"Todos a casa" es posiblemente el mejor exponente de esta transición. Dramática, divertida, comprometida y realista..., los 20 días de peregrinaje de sus protagonistas reflejaron a Italia.
Jabi
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9 de marzo de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lúcida, brillante, despierta, trágica y cómica. Fantástico relato del entreacto que se abre tras el armisticio en Italia. Un maravilloso Alberto Sordi extrayendo sus registros de maestro entre maestros en el arte del pasar de la sonrisa picarona al dolor sincero y conmovedor. Una vez más los italianos nos enseñan el camino del cine completo, más que redondo, icosaédrico. Me encanta, una vez más.
angel
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