Residue (Miniserie de TV)

No está mal Residue. Su atmósfera es creíble, las actuaciones cumplen su función, la historia principal tiene su gancho. Como producto televisivo cierra bien, y trasladar el formato a forma de película resultó ser correcto.

Pero hay que tener en cuenta dos cosas: hablamos de una miniserie de tres episodios fusionados en uno solo. Ver cada capítulo de manera independiente quizás genere otro efecto que visionar los tres de una sola corrida. Lo que quiero decir con esto es que Residue se me hizo interminable en su decisión de generar suspenso ahí, justo ahí donde el argumento da vueltas persiguiendo su propia cola. Porque no hay avance en la trama. Sabemos de la explosión, luego de la cuarentena, más tarde de los asesinatos. Y sabemos todo esto a los quince minutos de empezada la serie. Se añade luego, y gracias, un factor sobrenatural que todavía no está claro. Y listo.

Digamos que generar suspenso es, justamente, el arte de suspender algo (un suceso, una revelación) para crear una atmósfera. Residue, a mi sentir, se pasa de rosca. Y el espectador maneja muy poca información. Salvo que logre nutrirse de misterio puro es muy probable que esta serie le resulte un canto de cisne en cámara lenta.

Extraña miniserie de tres capítulos que en un principio iba a ser una película.

La colocación de una bomba en una discoteca libera una serie de armas biológicas que se encontraban en los sótanos y galerías de la misma, produciéndose una serie de extrañas muertes por causas desconocidas, lo que les lleva a cerrar en el centro de la misma ciudad un amplio recinto bajo una cuarentena hasta que descubran que es o cuál es el agente nocivo liberado.

Una fotógrafa, nuestra Natalia Tena, descubre que al hacer fotos en vida aparece una extraña sombra de humo alrededor de las víctima, y junto a un policía alcohólico y drogadicto, que perdió a su hija en la explosión de la discoteca, y su novio, un alto funcionario del Ministerio del Interior, investigan al margen de la investigación principal del gobierno.

Algunos retazos de terror, mucha confusión y pocas explicaciones, un final rápido con visos a continuar la serie con otra temporada es lo que ofrece esta miniserie, poco recomendable.

Mi nota, un 4.

Residue es un film inglés que a partir de una intrigante historia paranormal logra trabajarla a partir del suspenso y la tensión constante en donde también hay lugar para pocas y contundentes escenas de un acción brutal con secuelas macabras.
El film articula con maestría dentro del relato cinematográfico una fotografía oscura, tenebrosa con una banda sonora que ayuda a crear y mantener un clima de tensión y espectación constante.
Con actuaciones justas y diálogos breves y contundentes el film muestra una economía de recursos que no agobia al espectador con detalles mientras que lo invita siempre a sospechar y suponer cuál es la causa de lo que desencadena la tragedia y que es lo que realmente ocurre, cosa que el film de final abierto deja, sabiamente, sin aclarar. De esta manera la angustia de la protagonista en su búsqueda de la razón, y que presiente y también teme, se hace carne en el espectador.
El film hace numerosos y sabios homenajes a películas de las que es deudora; Eyes Wide Shut de Kubrick de la que toma parte de su música y recrea la atmofera en una de sus mejores escenas, 28 días después de Danny Boyle de donde toma parte de su ambiente, Ju-on de Takashi Shimizu de la que recrea algunos gestos y rostros de terror y de Brazil de Terry Gilliam cuyas escenas finales se le parecen.
Residue está dirigida por un talentoso director argentino residente desde hace poco en Londres y que ha ganado numerosos premios entre ellos un BAFTA.
Seguramente esta película no defraudará a los amantes del buen cine de suspenso y terror clásico.