Hidalgo: La historia jamás contada

Hidalgo, la historia jamás contada es un proyecto sumamente ambicioso del cine mexicano que tiene como objetivo reflejar al cura Miguel Hidalgo como un “hombre”, no un salvador ni un héroe.

Lo cierto es que meterse con Hidalgo es bastante fuerte en este país, hablamos del padre de la patria, el iniciador de la guerra de Independencia, un modelo, un ídolo para la gente. Por eso es lo controvertido de este film donde tenemos a una persona como muchas otras, cierto con sus ideales liberales, pero igual amantes de los toros, del baile y un don Juan. De este lado creo que el guion acierta en tocar temas desconocidos de este personaje para muchas personas, sin que a la vez se pierda el respeto que uno siente por él, simplemente desmitifica al hombre perfecto, no al salvador.

Esta muy bien hecha, la ambientación es muy buena, la música es notable, lo que creo pudo quedar mejor fue la fotografía ya que hubo algunos encuadres bastante mejorables. Damián Bichir me parece que cumple en su actuación, tampoco se exige al máximo, ya que el guion tampoco lo pedía.

Pero asi como la ves fácilmente, la olvidas, y realmente al ponerse a pensar uno dice que no nos contaron realmente nada interesante, a ratos aburrida, con escenas absurdas y una historia de amor que ya hemos visto hasta el cansancio (se me viene a la mente rápidamente El crimen del padre Amaro). No hay un clímax y la película aunque se pasa rápido, no te cuenta absolutamente nada. Ana de la Reguera como su personaje muy pero muy flojos, tal parece que lo único que hizo fue enseñar el escote. Muchos personajes, casi todos con nula intrascendencia.

Ahora la verdad es que jamás pensé estar viendo un bodrio, a pesar de todo creo que se deja ver, como un producto fallido sí, pero como anécdota queda bien. La pensé bastante peor y el final se me hizo bastante bueno, bien rodado y mostrando la lealtad de la gente hacia su líder.

Yo la paso pero tampoco hay que ser conformistas, de largo lo mejor de estos estrenos de celebración fue la única que se atrevió a mas como fue El Infierno, del resto muy poco, propuestas interesante que les falto un mejor pulida en el guión y una mayor ejecución en pantalla.

Pocos son los personajes históricos de México que son tan enigmáticos como famosos, como lo es en éste caso Don Miguel Hidalgo y Costilla, mejor conocido como el Padre de la Patria.
Se sabe mucho sobre él, hablando a partir de su grito de independencia, pero lo que concierne antes de ello pues que sea muy conocida su vida por todo el país como que no.
Esta película intenta recapitular una parte de su vida antes de su participación por la independencia, prestando más atención a lo superficial, es decir, mostrándo su lado más humano, tan común como cualquiera que se la pasa de borrachera tras borrachera,de fiestero, de ligue con las féminas, de rebelde y gustoso por lo que los demás llaman prohibido.
Ese es un buen punto a favor del film, desafortunadamente el resultado final se queda muy tomado a la ligera. Ello es por que le falta fuerza a las imagenes para mostrarnos un país esclavizado; un guión que sobrepase los límites de todos los personajes y del asunto de la otra historia del héroe; una puesta en escena más congruente y sobre todo creible.
Todo está en su lugar no lo niego:actuaciones discretas, dirección correcta, fotografía decente, guión aceptable...Pero todo fácilmente olvidable.
Algo que me llamó mucho la atención es que en el cine casi toda la gente se reía de todo, digo, admito que tiene muchisimos textos graciosos para arrancar una risa al espectador, pues el género de la cinta se acerca a una comedia, pero eso a que de situaciones o parlamentos previsibles igual se genere una carcajada, no la creo.
Finalizo entonces recomendándola pero con reservas, ya que puede no gustar o igual gustar poco o mucho, aunque no por ello creo que esta película pase a la historia como la mejor.

Ser de izquierdas puede ser muy cómodo para el día a día pero un grave problema si te se ocurre rodar una película histórica sobre uno de los héroes o de las revoluciones de esta ideología, que por supuesto incluye también el liberalismo. El temerario se ve obligado o bien a manipular como un bellaco o bien a ignorar los hechos cruciales para contarnos "otra historia" que poco tiene que ver con las razones por las que se conoce al personaje. Si Alberto Arvelo Mendoza se decantó por la primera opción con Simón Bolívar en "Libertador" (2013), Antonio Serrano se decide con la segunda en esta semblanza sobre Miguel Hidalgo (Demian Bichir), considerado el padre de la patria mexicana y héroe de la guerra de la independencia, de la que se cumplía el bicentenario en el pasado 2010, fecha del presente largometraje.

La decisión de Serrano le evita caer en el bochorno mayúsculo de la de Arvelo Mendoza, saturada de mentiras, pero a condición de convertir su "Hidalgo: la historia jamás contada" en un trabajo irrelevante. Si esta figura ha pasado a la historia es por la guerra revolucionario que condujo contra el poder español a partir de 1810. Sin embargo aquí se escamotea esta faceta que le haría quedar muy mal para en su lugar narrar su juventud, amoríos, forma de ser y enfrentamientos con otros religiosos, todo muy medido y cómodo para que nos caiga simpático, opuesto a toda clase de injusticias y tiranías representadas por los peninsulares realistas. Es decir, se le trata de humanizar y en el fondo ensalzar, pese a sus "errores", así le dicen ahora si eres progre, cuando en realidad fue un genocida brutal y criminal de guerra.

Todo mexicano sabe quien fue Miguel Hidalgo, o por lo menos tiene idea, precursor de nuestra Independencia y un ícono de la libertad en este país; pero pocos sabemos que detrás de éste gran héroe y “Padre de la Patria”, existía un hombre de carne y hueso, con debilidades y defectos, con el gusto a la bebida, el juego, las letras y las artes, un hombre culto y audaz, todo un personaje.
En la película “Hidalgo la historia jamás contada”, dirigida por Antonio Serrano, nos muestra éste lado del cura Hidalgo, hecho destacable del film; pero asimismo, desaprovecha una gran oportunidad de explotar una historia por demás interesante, al enfocar su drama en aspectos banales, abundando en demasía en la monta de un obra de teatro, y cuestiones que no tienen ninguna importancia y trascendencia, cayendo en lo absurdo, trillado y tonto, con historias de amor que una y otra vez vemos en las pantallas del cine.
¿Dónde quedó la lucha de la Independencia?, lo que tanto se había hablado y celebrado en este Bicentenario, y por lo que tanto se promocionó ésta película, no provocó nada en mí, no divulgó la lucha que buscaba Miguel Hidalgo por la libertad, no exaltó nuestra Independencia, y quiero dejar muy claro que no me espanta que hayan mostrado a Hidalgo de ésta forma, al contrario, lo que si me apremia es el hecho que enfocaron los 115 minutos de la película a este rubro.
Ahora bien, respecto a las actuaciones protagónicas, debo decir que la interpretación de Demián Bichir como Hidalgo, fue cumplidora, Demián es un gran actor, pero no pudo brillar debido al pobre guión. Por su parte, Ana de la Reguera ¡o qué desilusión!, vergüenza que siento por ser mi paisana, un papel intrascendente, falto de poder, lo único que pudo fue enseñar sus senos.
En relación al vestuario y ambientación me parecieron buenos, la música cumplidora a secas, el guión malísimo y falta de fotografía, en fin, es una película minúscula que con el paso de los años será olvidada; que forma de desaprovechar el Bicentenario de nuestra Independencia con una historia tan carente de patriotismo.

Hidalgo es tradicionalmente considerado en México como el Padre de la Patria, el primer líder de la Independencia. La historiografía actual, sin embargo, ofrece hoy en día matices muy importantes que desautorizan esa imagen, al menos, en el ámbito científico o académico, no tanto en el de la cultura popular/tradicional/nacional mexicana.
Actualmente, como decía, se considera que el levantamiento de Hidalgo habría de calificarse más bien de "autonomista", reclamando derechos de representación y mayor justicia social a la Corona (Española, por supuesto), a la que no cuestionaba. Baste decir que, al parecer, uno de sus gritos fue ¡Viva el Rey!, junto al consabido ¡Muera el mal gobierno!. Para entendernos, algo bien cercano a lo que pedían los propios liberales españoles desde Cádiz, los padres de la muy liberal Constitución de 1812. De hecho, un subtítulo al principio de la película informa: «El 16 de septiembre de 1819 Miguel Hidalgo e Ignacio Allende iniciaron una rebelión contra el mal gobierno». Por ello, cuando se realiza esta película, y se subtitula como "historia jamás contada" a uno –que, después de todo, es historiador- le brillaron los ojos: al fin se iba a contar a la gente de México una versión mucho más veraz que la pamplina nacionalista tradicionalmente repetida...
Sin embargo, la función de la película que se realiza y financia en el marco de la conmemoración institucional del Bicentenario de las Revoluciones mexicanas si bien efectivamente cuenta una versión de la historia diferente a la tradicional, no es sino actualizar la figura del padre Hidalgo. Actualizar en el sentido de presentar una imagen más acorde con los tiempos actuales. un hombre al que le gustan las mujeres, la música y la jarana, y al que repele la mojigatería y el conservadurismo. Es notorio, además, que en la película prácticamente se obvia el tema político, y no se denigra a los españoles o a su rey, al menos explícitamente, ni se dice que Hidalgo se levantara contra ellos, lo que apenas se expresa en las escenas de su cautiverio y ejecución. La película actualiza pues la imagen de Hidalgo, no por matizar como se debería el significado político de aquel levantamiento, sino por adecuar las virtudes del héroe al contexto actual, más dado a atraer a la juventud con fiesta, sexo y consumo que invitándola a la reflexión política sobre la libertad y la Historia (un reportaje publicado en EL PAÍS sobre la fiesta nacional mexicana, que celebra la efemérides del levantamiento de Hidalgo, recoge en su titular uno de los testimonios recogidos entre la juventud mexicana: “El grito de independencia es solo un pretexto para irte de fiesta”).
Añadiré también que resulta chocante el tratamiento dado en la película a uno de los rasgos más destacados del levantamiento de Hidalgo, y al mismo tiempo de los más difíciles de reivindicar hoy en día: la violencia desatada por los sublevados, que hizo correr ríos de sangre y fue desmedida y arbitraria (de nuevo, adviértase la similitud con la España de la época, y recuérdense las pinturas de Goya). Prácticamente no aparece en la película, que con intención se centra sobre todo en la época previa al levantamiento. Pero cuando lo hace, es para mostrar a un personaje al parecer histórico, un español conocido como Marroquín, quien muestra inusitada crueldad al ejecutar gozosamente a ciudadanos españoles –peninsulares, los conocidos como gachupines aplicando sus artes de matador de toros. Que apenas se mencione la violencia, y que cuando se haga sea para achacársela a un gachupín, es cuando menos tendencioso… pero de nuevo sirve a los fines de la película…
En definitiva, estamos ante un caso de actualización histórica de la figura de Hidalgo en el contexto de la cultura de masas, en el contexto de las celebraciones por el Bicentenario, llevada a cabo hasta un relativamente sabio término medio desde el punto de vista institucional.
Y sin embargo, la gran contradicción permanece en el núcleo de esa historia oficial: cómo reivindicar un estallido social violento contra el poder establecido para legitimar un estado moderno, con todas sus desigualdades. Y es que seguimos hablando del país que institucionalizó la revolución...
Por otro lado, los actores –con mención especial para Demián Bichir hacen un buen trabajo, la ambientación es convincente, la película es amena para el espectador medio. En cambio, los historiadores siempre tendemos a sentirnos frustrados porque no satisface nuestras expectativas, pero hay que aprender a vivir con ello y recordar que, después de todo, se trata de una obra de ficción.