Amarga victoria

Amarga victoria, dirigida por el maestro Nicholas Ray, un artista transgresor en la forma como abordar los temas de sus películas, dando importancia a los conflictos personales de los personajes, existe un halo de melancolía en su cine, siendo evidente en películas tales como Rebelde sin causa, La verdadera historia de Jesse James, Más poderoso que la vida, Johnny Guitar, Hombres errantes, entre otras, que nos muestran el dolor, la tristeza, el amor de una manera poética, Ray le da una gran importancia a los sentimientos de sus personajes, siendo una de las mejores cualidades del maestro.

La historia se desarrolla en el desierto de Libia, durante la segunda guerra mundial, en el cual El Mayor Brand (Curd Jürgens), tiene que dirigir a un escuadrón por el desierto, para un importante misión, pero en dicho grupo se encuentra el Capitán Leith (Richard Burton), que mantuvo un romance con su esposa, estando enterado de este hecho, produciendo conflictos entre ambos.

Si bien se puede decir que estamos ante una película bélica por el contexto en que se produce la historia, es acertado decir es que nos encontramos ante un drama psicológico, en donde los protagonistas trasladaran su rencillas personales en plena guerra, poniendo en peligro la misión.

Se trata de un gran trabajo de Ray, en la manera como desarrolla a los personajes, Brand es un oficial maduro, que siente el fracaso de su matrimonio, y también como oficial, resistido por sus hombres, donde todo para él es cuesta abajo, en cambio el personaje Leith, es un joven oficial, que tiene un brillante futuro en el ejercito, además de ser el amante de la esposa de Brand, como es evidente existirá entre resentimiento y odio, que se producirá a lo largo de la película.

Es así que Ray utiliza el odio y la desconfianza entre los dos personajes, para transmitir una tensión durante todo el metraje del film, además del contexto en que se desarrolla esta, siendo un gran trabajo por parte de su director sobre los conflictos psicológicos que sufren los personajes, cuestionandose sobre su rol y su acciones, ¿El honor herido puede ser la excusa para cometer crímenes sin impunidad?, ¿hasta donde puede llevarnos nuestro odio?, es por tales razones, que nos encontramos ante un drama psicológico, encumbrandose como uno de las mejores películas dentro de la filmografia de su director.

El DRAE define pírrico, como el triunfo que termina causando más daño al vencedor que al vencido. Es lo que sucede en el "escuadrón del desierto" del bando aliado de la película, destinado en Libia durante la segunda guerra mundial. El Mayor Brand va a perder el apoyo de su tropa al fallar como ejemplo de honor y valentía, y al ser poseído por los celos y la envidia para con el Capitán Leith, el cual mantuvo en el pasado un idilio amoroso con Jane, la actual esposa de Brand. Desarrollaré el final de Brand en el spoiler.
Pero la peli es mucho más, es una radiografía de la guerra, del esfuerzo humano, del compañerismo, de la envidia, del egoísmo, de la muerte, del sentido de la vida, e incluso hay un guiño a la arqueología (Leith es un experto arqueólogo que en mitad del combate se fascina al ver las maravillosas ruinas bereberes. Cultura y civilización ante la barbarie de la guerra y el asesinato sin tregua).
El único pero de la película, sea quizás que veo poca credibilidad en los diálogos entre Leith y Brand, ya que a éste último le veo demasiado pasota en sus respuestas. Por lo demás, muy buena obra bélica, que además soporta bastante bien el paso del tiempo en sus escenas de acción. Un 7,25.

En principio se trata de un drama psicológico que se desarrolla en un ambiente bélico, durante la Segunda Guerra Mundial en el desierto de Libia. Pues bien, ni es lo primero ni es lo segundo a pesar de intentar una ambientación que tampoco la considero lograda. El desierto me suena muy falso y los movimientos de los personajes por él absolutamente improbables. ¿Puede aparecer en unos restos en medio del desierto un caballo y de cuya presencia no se dan cuenta hasta pasado un tiempo? Pero esto no es lo importante. La guerra psicológica entre el marido y el escamante de su mujer se lleva a extremos infantiles. Más por parte del marido y eso que Richard Burton trata de ser convincente, tanto que se pasa en su interpretación. No me ha gustado pero tendré que decir, por lo que he leído, que esta película fue admirada por los críticos europeos en su momento. Está claro que soy europeo pero no soy un crítico de cine de aquel momento. Me gustaría que la vieran y, aunque sea más adelante, que la comentaran Filmaffinity por si a mi se me ha pasado algo.

No nos engañemos: esta no es una película de guerra al uso. La guerra aquí es el escenario para una discusión en torno a la cobardía y a la valentía, el cumplimiento o no de las reglas o los discursos antimilitaristas. Hay una peripecia que sirve de “Macguffin": la necesidad de encontrar unos documentos en el cuartel alemán de Bengasi en Libia, durante la segunda guerra mundial. La realidad es que nos encontramos ante una descarnada y ácida visión de la guerra, una reflexión un poco pomposa sobre el valor y la cobardía, lastrada por un exceso de psicologismo y por la propia gelidez expresiva de la película. Ray imprime a su película una visión distanciada en la que resulta difícil sentir empatía por una serie de personajes, cada cual más desagradable y repulsivo, puestos en una situación límite. La película también puede verse también como un alegato antimilitarista en el que el verdadero heroísmo muere y triunfa la vileza –con frases tan campanudas como “Usted es un uniforme vacío, almidonado de autoridad” dichas por la aguardentosa voz de Burton- pero como tal queda muy limitado, máxime cuando ese mismo año se estrenó una obra maestra tenebrosa, esencial y sobrecogedora como “Senderos de Gloria” de Stanley Kubrick. Curd Jurgens, un actor muy pesadote e inexpresivo y Richard Burton, que parece que estaba ensayando para su insoportable papel de Jimmy Porter en “Look back in anger” (1957, Mirando atrás con ira) de Ralph Richardson, no terminan de convencernos del todo, especialmente por sus cansinos diálogos existencialistas tan a la moda. Tampoco Ruth Roman consigue aportar mucho a tanta testosterona psicológica. Inesperadamente aburrida.

Bajo la apariencia de un melodrama de ambiente bélico se oculta un lúcido análisis sobre los componentes del heroísmo. Siguiendo el proceso inverso del que siguió Bertolucci en "La estrategia de la araña", Ray muestra su escepticismo y su desesperanzado vitalismo. Si el italiano desmontaba el mito del héroe, Ray muestra como la vileza puede adornarse con laureles heroicos.

Una interesante película bélica, con la que Nicholas Ray viene a decir que la violencia no conduce a la victoria de nadie. Jean-Luc Godard dedicó una crítica elogiosa a este film en los años 50, en Cahiers Du Cinema. "Bitter Victory no es más que el reflejo de la vida, la vida misma hecha film. Éste es, al mismo tiempo, el film más directo y el más secreto, el más fino y el más burdo. No es cine, es algo más que cine", comentaba Godard. Film inédito en España. Un 6,5.